W.I.T.C.H. 1° Saga: Los Doce Portales

Capítulo 2 (Parte II)

Kandrakar.

-Nuestras Guardianas tienen ya el mapa de los doce portales. La honorable Yan Lin ha hecho un buen trabajo, Oráculo.

-Eso significa que la última tarea ha sido cumplida. Ya sabes que hacer, Tibor. Advierte al consejo de la junta. ¡Quiero que tenga el recibimiento que se merece!

***

-¿Ya supieron? ¡Es la noticia del momento! -fue lo primero que dijo Cornelia al encontrarse con sus amigas en la escuela aquella mañana-. La policía está en la oficina de la directora. Hace unos minutos vi dos agentes.

-Pobre mujer -se lamentó Hay Lin mientras caminaban por los pasillos hacia sus clases-. Es mala, pero no como para merecerse la cárcel.

-Siento desilucionarte, Hay Lin, pero no creo que estén aquí para arrestarla -habló Will-. ¿Viste el noticiero ésta mañana?

-No, ¿por qué? ¿Qué pasó?

-Salió también en el periódico -agregó Taranee mientras subían las escaleras-. Desapareció un chico de ésta escuela.

-Sí, Andrew Hobrny -dijo Cornelia-. ¿Te acuerdas quien es?

-¿El chico rubio de sexto año?

-¡Exactamente! Hacía tres días que no llegaba a su casa. Ésta mañana fue declarado desaparecido oficialmente.

-Irma, si no me equivoco, Andrew es el chico que te desesperaba, ¿no es así?

Irma, quien se había mantenido extrañamente silenciosa durante todo el camino, abrió los ojos alarmada.

-Bueno... La verdad es que...

-¡Miren! ¡Están saliendo! -gritó Taranee al ver la puerta de la sala de la directora abrirse.

Las cinco chicas se escondieron en la curva del pasillo para ver como dos enormes oficiales salían, con gestos serios.

-Si tenemos alguna otra noticia, se lo haremos saber -dijo uno de ellos.

-Muchas gracias, agente -contestó la mujer.

Las cinco chicas se miraron entre sí, curiosas, mientras los oficiales se marchaban. Más tarde aquel mismo día, la directora interrumpió las clases de matemáticas, entrando al salón con mirada preocupada.

-Hay Lin, necesito hablar contigo. ¿Puedes venir un momento, por favor?

Todos se voltearon para mirar a la chica, quien se levantó de la silla, dubitativa. Mientras caminaban por el pasillo silencioso, dejando atrás el salón donde todos sus compañeros murmuraban hipótesis locas sobre lo que estaba estaba ocurriendo, Hay Lin se preguntó si era posible que hubiera podido relacionarla de algún modo con el incendio de la noche anterior. ¡Alguien debía de haberla visto!

-Puedo... puedo explicarlo todo... -comenzó a murmurar en cuanto estuvieron en la oficina.

Sin embargo, la directora mantenía una sombría mueca dibujada en el rostro y ojos preocupados.

-Hay Lin, no se cómo decirte esto... -comenzó-. Tu padre llamó por teléfono. Viene por ti.

***