-¿Quieren una respuesta sincera? No creo ni una sola palabra de lo que me han dicho. Mejor inventen otra historia que no sea la de los monstruos, hijos -dijo el oficial Lair observando a Uriah y sus amigos.
-¡Pero es la verdad, señor! ¡No fuimos nosotros!
-¡Su broma ha llegado muy lejos! Ya se divirtieron asustando a la gente en el museo.
-¡De verdad, señor! Fueron esos monstruos....
-No te molestes -lo interrumpió el oficial-. Ya me contaron esa falsa historia. Tendrán que hablar con la jueza Cook.
En ese instante, una mujer entró a la fiscalía y observó a los niños asustados sentados frente a ella junto a sus familias. El oficial Lair los miraba con enfado.
-Buenas tarde, jueza -habló una mujer de cabellos anaranjados-. Él es nuestro abogado. ¡Mi hijo es Uriah es inocente, su señoría!
-Cálmese, señora -le susurró el abogado-. Déjeme hablar a mí.
La jueza Cook alzó la mano en el aire antes de que alguien pudiera decir algo más.
-No abogado, hablo yo. El pequeño Uriah y sus amigos han hecho una travesura que podrías costarles muy cara... Pero no quiero complicarle la vida a nadie. Mi hija tiene la edad de estos muchachos, van a la misma escuela.
-¿No van a ir a prisión, verdad? -preguntó una mujer preocupada de cabello rubio.
La jueza se cruzó de brazos.
-Por supuesto que no. Ya hablé con el director del museo y está dispuesto a retirar la denuncia... Pero eso no significa que el asunto se vaya a quedar así.
***
Los susurros de la gente se oían por todas partes a medida que Elías avanzaba por el pueblo, seguido por las cinco Guardianas, hacia la Catedral.
-La principal característica de este mundo es la inmovilidad -les explicaba, mientras caminaban-. Vivimos en un instante que nunca termina.
-Entonces trataremos de cambiar las reglas -aseguró Will-. Desafiemos el encanto de Phobos y veamos que sucede.
-¿Cómo piensan hacerlo? Aquí no funcionan sus poderes.
-No los necesitamos... Entonces, hasta ahora has tratado de aplicar tus colores con el agua que tomas del pozo.
-Exactamente -afirmó el pintor, mientras se detenían ante la inmensa edificación.
-Bueno, ¿por qué no usas la lágrima que está escondida en la catedral? A lo mejor las cosas comienzan a funcionar al revés.
-Pero, ¿cómo vamos a entrar? -dijo Taranee, tratando de empujar las enormes puertas de madera-. Está cerrada.
Elías miró con ojos esperanzados a Will y entonces lo supo.
-Un mundo incapaz de cambiar, es un mundo sin esperanzas, ¿no? Por lo menos hay que hacer el intento.
Y entonces, todos juntos unieron sus fuerzas para abrir las puertas selladas. El asombro pintó sus rostros cuando estas cedieron, abriéndoles paso al interior del lugar.
-¡Es increíble! -exclamó el pintor-. Yo sólo dibujé el exterior. Esta es la primera vez que la veo por dentro.
-Es bellísima -susurró Cornelia, que deslizaba la vista por todo el lugar.
Era inmenso, con enormes pilares blancos que creciano en altura Hasta desembocar eno el techo de vitral.
Will, que también admiraba asombrada, descubrió lo que estaban buscando.
-¡Aquí está! -exclamó, acercándose al altar en el centro del salón-. La ultima lágrima.
Elías apenas había tomado el pequeño frasco de cristal en sus manos, cuando un horrible sonido los interrumpió. Un nuevo portal se había abierto en el velo, justo delante de ellos, y el cazador resurgió desde su interior.
-Si yo fuera tú, solitaria eso -bramó.
Will sintió que el cuerpo se le llenaba de adrenalina al mismo tiempo que su mente procesada todo lo que estaba ocurriendo a una velocidad casi infinita. Aquel portal era la prueba de que el encanto podía romperse.
-¡Vete, Elías, vete! -gritó, al mismo tiempo que Frost comenzaba a correr hacia ellas.
Sin tiempo de pensar en reparos, el pintor corrió hacia la puerta con la mayor velocidad que pudo, y con la última lágrima entre sus manos. El cazador lo dejórdenes huir. No estaba allí por él, sino por ellas. No iba a dejarlas escapar de nuevo. E iba a asegurarse de ello alzando su espada en el aire.
Pero Will no estaba dispuesta a pelear a muerte con él. Tenía otra idea. Una mejor.
-¡Corran, chicas, corran rápido!
Anonadadas, las demás corrieron con ella en dirección a la puerta en una fracción de segundos, mientras el cazador les pisaba los talones, a una velocidad sobrehumana. En cuanto atravesaron las puertas, inmediatamente los ciudadanos los rodearon y los soldados aparecieron para atrapar a Frost con todas sus fuerzas.
-¡No queremos problemas en nuestro pueblo! -declaró el comandante.
Y sin necesidad de que hicieran nada, los soldados se encargaron de capturar al cazador.
-¡Funciona! ¡Funciona! -anunció una voz a lo lejos.
Will se volteó para ver a Elías, que corría con una sonrisa en el rostro hacia ellas.
-La lágrima disolvió los colores -dijo, mientras les enseñaba la paleta en sus manos-. ¡Ya puedo pintar!
-Eso significa que nuestros poderes han regresado -anunció ella-. ¡El encanto se rompió! Nosotras debemos regresar, pero no cerraremos el portal que esta aquí.
El pintor frunció el ceño.
-¿No lo haran? Pero esa es su misión.
Will asintió con la cabeza.
-Pero también es tu única posibilidad de regresar a casa.
-Esta es mi casa -los ojos de Elías se iluminaron al decir esas palabras-. Nadie me espera... Ni en Meridian, ni en ningún otro lado.
***
-Y cuando hayan terminado con esta parte, no se olviden de limpiar los baños -dijo el director del museo, con los brazos cruzados.
Uriah tomó con fuerza la escoba entre sus manos y apretó los dientes. Habían pasado un par de días desde el incidente en el museo y desde entonces pasaban horas y horas encerrados allí. Tres meses de servicio comunitario había sido el castigo elegido por la jueza Cook. Podría haberles ido peor, pero aun así aquello no cabía en los planes de Uriah.
-¿Esa no es la hija de la jueza? -preguntó Kurt, señalando a las cinco chicas que miraban el enorme cuadro del salón principal.
-¿Y eso qué? -se apresuró a decir Nigel-. Ella no tiene nada que ver con lo que sucedió.
Al voltearse, Taranee descubrió que tenía la mirada fija en ella y no pudo evitar sonreír.
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W.I.T.C.H. 1° Saga: Los Doce Portales
FanfictionEsto es Kandrakar, un lugar donde no existe el espacio, ni el tiempo. En el medio de la gran nada, es el gran templo de la congregación. Consigue encantarte con su belleza. Acércate, pero cállate; el Oráculo está a punto de hablar. -El tiempo se est...