Visitas inesperadas

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—¿Hiro Hamada?

—Si, soy yo.—le respondió el medio japonés a la señorita rubia del otro lado de la barra.

—En seguida traigo su pedido.—se desapareció por una puerta, lo que probablemente sería la cocina.

La pareja de recién casados se encontraban en su luna de miel en cabo. Habían salido a un montón de lugares, desde ir sólo  a una farmacia por bloqueador solar hasta ir de compras en tiendas turísticas. Pero el "idiota"de Miguel -como diría Hiro-  tenía dolor de cabeza por estar todo el día bajo el sol. Hiro se encontraba ahí en busca de la cena no sin antes haber pasado de nuevo a la farmacia para comprarle unas pastillas.

Pudo haber traído a Baymax, pero se negó rotundamente el mexicano "nuestra Luna de miel no incluye malvaviscos roboticos" al recordar esas palabras Hiro volteó los ojos.

—Entonces,¿tú eres Hiro Hamada?—el medio japonés volteó a ver a la figura claramente asiática en la barra. Estaba bebiendo una especie de bebida rosa.

Hiro lo inspeccionó,su estilo de samurai y esa cosa rara en su espalda que parecía una guitarra vieja sólo le gritaba que es japonés.

—¿Y tú eres?

—Kubo. No hay muchos japoneses por aquí.—lo que le dio la razón. "Toma eso Miguel ¿Tan difícil es saber si alguien es chino, japonés, coreano? Claro que no"—la señorita me confundió contigo.

—Ah.—removió su cabello dejando ver ese parche en el ojo. "¿Será un disfraz o que?"

—Un accidente...familia loca,lo normal—Hiro se avergonzo, se dio cuenta que lo miraba. 

—¿Vacaciones?

—Luna de miel ¿Tú?

—Algo así. ¿Te casaste aquí?

—No, cerca de Santa Cecilia.

—Casado—bufo.—que suerte.—¿Suerte? Hiro no estaba seguro,al estrés que fue sometido no lo llamaría suerte. ¿Suerte de casarse con un mexicano demasiado llorón a cualquier dolor? Tal vez.

—¿Viniste sólo?

—Vine con mi novio.

—¿Novio?

—Ah, lo siento. Espero no te incomode,soy...bueno, gay.—Hiro ya lo suponía. Es raro ver a alguien con una bebida rosa en un restaurante y que tenga el cabello algo largo como para sujetarlo en una coleta. Alto ahí...el Hamada también tenia el cabello algo largo...¿se vería tan homosexual por ello? ¿debería cortarlo?

—También yo.—Hiro se puso rojo. Jamás le había confesado su orientación sexual a nadie, además de su familia y la familia de su ahora esposo.

Supongo que entre gays se pueden leer. 

El Hamada reviso su celular...Bueno, la comida tardara un poco, ¿que mas da quedarse tan solo un rato con un desconocido a platicar?

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—Hiro, ¿sabes lo que siempre me he preguntado?— el mencionado negó con la cabeza mientras daba un sorbo de su vodka preparado.— Como pueden las personas altas como tú, dormir toda la noche cuando la manta no puede cubrirte desde los hombros hasta los dedos de los pies...

—Oye, ¿tienes que preguntar esto a las 3 en punto de la mañana?—rodó los ojos y en el proceso sintió como su cabeza dio pequeñas vueltas.

—Entonces no puedes dormir eh, ¿es por la manta?

—Es porque estamos en un bar, Kubo

—¿Cómo?—volteo a todos lados y se detuvo en su bebida.—¡Es verdad! Eres un genio, es impresionante saber que eres como una especie de científico loco...

Nuestra gran historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora