Prólogo: Un cronista tan viejo como el tiempo

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Finalmente lo has conseguido, humano. Contra toda lógica, has desechado tu don para escuchar el susurro del viento. ¿Quieres oírla? "Historia", es una palabra compleja, que abarca más allá de lo que los libros constatan. Pero yo lo conozco todo, sí, todo.

Recorría esta superficie desde antes de que brotaran las semillas de los primeros árboles, y desde entonces viajo de punta a punta en este mundo, oyéndolo todo, recordándolo todo, registrándolo todo en una escritura que plasmé en la tierra, una escritura que solo el viento puede leer. Por eso lo sé todo, sin ninguna duda. "Todo", eso también es una palabra compleja, que abarca el universo extenso en cuatro runas desleídas.

¿Uuum~? Callas, y babeas como un poseso, pero el temblor de tus manos te delata, delata tu temor. El dulce temor de los hombres que alcanzaron esta forma bizarra de "iluminación", de los hombres que logran oír el aullido de mi voz que rebota en las piedras. Está bien, juguemos a esto, escucha la historia, escucha "Historia" real, porque lo recuerdo como el día de ayer, porque lo registré todo cuando y como pasó, aunque el cuándo sea una medida sin número pronunciable para ti.

Mucho sucedió antes de tu vida, pero saber de eso es inútil para un "tú". Saltemos a la parte que a los egoístas vivos les interesa, aquella que tenga alguna relación con ellos, con la vida.

¿Cómo? ¿Qué sucedió antes de ti? ¿En serio? Solo otro tonto que se interesa en el pasado, eres una triste rata sin esperanza. Esto es hilarante, y yo que pensé que serías interesante. ¡JA! JA, JA, JA. Hasta el viento erra su paso, está bien, te concederé oírlo pero no gastaré mucho tiempo en ti, despojo.

Debería comenzar con el primer atardecer de la vida, la Guerra de los Cielos, esos son recuerdos lejanos, que ni los Sylvain ni ninguna otra raza podrían declarar como algo más que mitos y leyendas, cultura atrapada entre las resecas hojas de un pasado que nadie podía acreditar. C'iel y Gaiara son nombres que ya solo susurramos los vientos, y las montañas son las únicas testigos que quedan en pie para admitir su existencia con total certeza.

Atrás quedó la época de gloria del nacimiento, que tanto descontrol produjo. El rencor, contra los conquistadores Duk'zarist, es lo único que sobrevivió a la Guerra de la Oscuridad, de ahí que todos se obsesionen contra los "demonios".

Y nacida de la nada y tragada por ella, llegó la Época del Caos que se consumió a sí misma hasta los despojos, hoy solo las ruinas de aquellos imperios de corta vida sobreviven a esa época de sangre y males vanos.

Sí, lo sé, no entiendes nada de lo que digo. Piensas que miento y me burlo, pero esto sucedió, en los montes escribí el nombre de cada muerto que importó, de guerreros reales que forzaron su camino en aquella época. A diferencia de los tuyos, mis registros no se decoran para aparentar la lógica y coherencia de un credo débil, en vez de eso, reflejan la realidad y se escriben al momento que suceden. Nadie los censura y nadie los juzga.

¿Abel? Je, sí, claro. Recordamos a Abel, al Imperio de los once, y a Rah, el Insensato. Recordamos a Zhorne y la unificación que logró para resistir al Inquisidor del Norte. Pero esas historias de tus hermanos no son ni la mitad de lo que pasó y nadie, si no yo, recuerda los nombres de cada uno de los que dejaron su nombre impreso en la "Historia".

¿Crees que la labor de aquellos cronistas me supera? Ellos juzgan la historia, ellos la tiñen de sus colores, o sea que sus crónicas son propaganda. Las mías, en cambio, son escritas en piedras grises y yo no la juzgo, solo la reflejo. Es el pasado, bueno o malo, así pasó, es todo lo que importa.

¿La diferencia está en interpretar la historia? ¿Para qué sirve eso? No, la diferencia, entre los bibliotecarios cronistas y los vientos, está en que las acciones de Imperium, Tecnocracia e Illuminati no escaparon a nuestro conocimiento. Nosotros sí lo sabemos, que le sucedió a la magia que se desvaneció, donde quedó todo aquello que el hombre necio olvidó y de que naturaleza es la barrera que separa los mundos.

Vaya, me has hecho hablar, pero no te emociones. Esto no le es dado a nadie saberlo, oidor, y tú no serás la excepción. De todas formas ¿Qué significan para ti tales nombres?

Sí, lo recordamos. Paseamos este cuento por todos los rincones de la tierra, pero nadie es capaz de oírlo por completo, por eso no importa lo que oigas, nunca lo sabrás todo.

¿Deseas oír más? Los humanos lo recuerdan bien, lo que pasó después. No tiene caso. Sobre el Emperador y Sumo Pontífice Zhorne, sobre sus Señores de la Guerra, sobre el Sacrosanto Imperio de Abel que levantó, sobre la Iglesia y la Inquisición, sobre los caballeros de Tol Rauko.

¿Oh? No, sobre eso nadie sabe. Olvídalo.

Ya lo sabes todo sobre tu raza, ¿Por qué insistes en oír? No sabrás más por nosotros sobre los Emperadores de la casa de Giovanni, no ignoras nada sobre Kushistán y sus religiones "paganas", nadie ha ocultado lo suficiente a Lascar y sus desvíos, y todos oyeron del parricida Lucanor.

¿Qué esperas hallar al remover el pasado inalterable? Oh, ya veo. Deseas saber de Elías y Eljared. No, oidor, eso también está sellado más allá del conocimiento posible, y también forma parte del pasado inalterable.

¿Ah? No te sorprendas, oidor. Al viento ningún pensamiento le es ajeno.

¿Entonces? ¿Eso buscabas al forzar tu locura? ¿Así justificas perder la cabeza para entender a los vientos? Verdaderamente has desperdiciado el don de la razón, oidor.

Ya estás perdido, como la Emperatriz Elisabetta. Sí, tú lo sabes, Su Majestad se sienta en el trono pero una reina, sin reino ni poder real, es poco más que una imagen en un lienzo. El mundo se está sumiendo en un caos, pero no es más que una pantalla para una telaraña más grande que se teje en el trasfondo. ¿No la sientes, ni siquiera en mi voz, oidor? La magia está regresando. Lo que antes se selló, lo que el mundo olvidó, está volviendo a resurgir con fuerza. ¿La atrajo el caos? ¿O nació de él? Ji, ji, ji, ji, ji.

¿Oooh? Sí, lo sabía. Otra rata.

Todos los oidores son iguales, lloran al oír que el pasado es inalterable.

Todos los oidores son iguales, se desesperan al no poder cambiar nada con el poder del conocimiento.

Todos los oidores son iguales, vienen a comprender los errores de la humanidad y a los grandes de su raza. Si tan solo supieran que los menos importantes son aquellos de quienes los libros relatan hasta el número de veces que yacieron con otros.

Pero no te preocupes, no dejaremos que esta oportunidad se desperdicie, pues cada vez hay menos oidores.

Vamos a hablarte de algo que sí vale la pena. Justamente hoy estoy oyendo algo grande que se cuece en las fronteras del Imperio, y debes estar contento de lo rápido que he hallado algo tan interesante.

No podrás cambiar los sucesos, pero podrás saber la historia de un grupo de valientes que sí pueden cambiar el rumbo del mundo.

Sus cunas no están registradas en ningún libro importante, en algunos la sangre está cargada de tierra, otros son parias que su misma procedencia rechazó, otros cargan a sus espaldas la cruz de su destino y otros son la representación de la causalidad. Pero su espíritu está cargado de vida, puedo sentirlo, están por hacer temblar al mundo.

Aún si su misión falla, no me cabe duda que inscribiré sus nombres en los montes, en la crónica de esta nueva era que comienza.

Sus caminos casi se cruzan. Quédate a oír una historia que sí vale la pena. ¿Qué pasará? No lo sé, pero eso es lo divertido de mis historias. Que son reales e imprevisibles.

¿Por qué te lo cuento? No te preocupes. Esto siempre es igual.

Todos los oidores son iguales, vienen a esta cumbre para entender el aullido del viento y acaban lanzándose al vacío con desesperación.


Cumbre del Aullido del Viento

Anima: Beyond MemeversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora