Cuando cierro mis ojos

Prólogo

Louis cerró los ojos y apoyó la cabeza en la almohada después de un largo día en la universidad. Cursaba el primer año de la carrera de Negocios. Tuvo que tomarse tres melatoninas para poder dormir, pero al final, la oscuridad le dio la bienvenida.

Louis estaba de nuevo en la misma habitación. El mismo apartamento de antes, los mismo carteles de bandas que no conocía colocados a un lado de la gran ventana con vista hacia… donde sea que fuera.

El espacio particularmente no era sofocante, pero Louis se sentía completamente inestable y confundido. Caminó unos pocos pasos hacia adelante y estiró su brazo para tocar el vidrio que separaba en dos la habitación.

Nunca entendió porque la habitación necesitaba estar separada… era desalentador no poder inspeccionar el otro lado. Después de todo, era su sueño. Este particular sueño había estado ocurriendo durante dos noches seguidas.

La primera vez, había tenido el tiempo necesario para inspeccionar por completo su lado de la habitación, así que esta segunda vez, el sueño se estaba tornando aburrido. Su lado no tenía nada especial, además, se estaba molestando por la limitación que el cristal marcaba. Así que no sabía si en realidad era un sueño o una horrible pesadilla.

Louis estaba revisando una caja de juguetes, cuando escuchó un golpe del otro lado del cristal. Instintivamente, se escondió detrás de un sofá de cuero y comenzó a respirar entrecortadamente. Esperaba que lo que hubiera del otro lado no amenazara su bienestar, aunque solo fuera un sueño. Los cuales se suponían que eran para disfrutar, no para sufrir.

 “¡Ow! Pensé que no era capaz hacerte daño mientras sueñas”. Una voz ronca se quejaba desde el otro lado de la habitación.

Louis miró por encima del sofá y vio a un muchacho moreno tirado en el suelo. Y tuvo que poner una mano sobre su boca para asegurarse que la otra persona no lo escuchara reír.

Louis recordó la primera vez que llegó a la habitación y lo mucho que se había “golpeado”. Para la segunda noche, había descubierto que podía elegir su punto de aterrizaje. Por lo tanto, había decidió aterrizar sobre el sofá.

El chico se levantó lentamente y comenzó a explorar la habitación, con sus ojos verdes muy abiertos debido al asombro. Pasó sus manos sobre las paredes y sobre algunos de los carteles. Harry estaba totalmente confundido en cuanto a por qué estaba allí. Él había estado soñando que peleaba contra un monstruo gigante de Doritos y lo siguiente que supo, fue que estaba aquí. La habitación tenía un techo alto que a Harry le gustaba. Hacía que en comparación, todo lo demás pareciera más pequeño. Harry caminó hacia el sofá de cuero que parecía atractivo y se topó con algo.

Tan pronto como Louis vio que el extraño se acercaba al sofá, se agachó de nuevo y contuvo el aliento. Dio un respingo al oír chocar al ojiverde contra la barrera de cristal. Le dolió la cabeza al recordar el golpe que recibió la primera vez que se topó con el cristal.

“¿En serio?” preguntó Harry, frotándose la cabeza.

Puso las manos sobre la barrera y la siguió hasta llegar a una pared. Descubrió que la habitación estaba divida a la mitad, a pesar de que podía ver hacia el otro lado. ¿Era una especie de broma de mal gusto?

“¿Hay alguien ahí?” preguntó Harry, sabiendo que probablemente no recibiría respuesta, además de su eco.

Louis oyó la pregunta y antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, respondió: “Sí, umm… estoy yo.

Harry se sorprendió por la respuesta. Realmente su imaginación lo estaba engañando. Pero poco a poco, una figura apareció detrás del sofá. El muchacho era mas bajo que Harry, con un cuerpo atlético y el pelo castaño.

“¿Qué demonios….?” Murmuró Harry, sacudiendo la cabeza ante el detalle de que su mente había creado la persona en frente de él.

“Lo sé. Lo sé. Yo tampoco lo entiendo”. Respondió Louis , sonriendo tímidamente.

Harry sonrió caminando hacia la pared de cristal.

“Lo que no entiendo es la barrera. Es un sueño, tú no eres real. ¿Por qué estamos separados?”. Se preguntó, empujando el vidrio.

Louis estaba casi ofendido por lo que el rizado había dicho. Louis era real, tenía una vida. Él iba a la escuela y hasta tenía un trabajo de medio tiempo. Él era una persona real. ¿Esta otra persona estaba insinuando que él también era real?

“No sé lo que está pasando, pero yo soy real. Este es mi sueño. No el tuyo. Esto tiene que ser alguna especie de juego que mi mente está creando”. Pensó Louis, dejándose caer al sofá.

Se frotó las sienes, en un intento de convencer a su mente de que esto era un sueño. Sin embargo, ni la habitación, ni el rizad que parecía estar muy frustrado, se desvanecieron.

“¿No me digas que soy un producto de tu imaginación? También soy una persona real. Incluso tengo un nombre: Harry. Así que…” se defendió Harry, cruzando las brazos tercamente.

Louis sonrió al ojiverde antes de presentarse: “Yo soy Louis. Y… no sé qué pensar acerca de todo esto”.

Harry se sintió mejor al saber cuál era el nombre del desconocido. ¿Estaba al lado de un extraño, ahora un conocido, en su sueño?

A la vez, todo el asunto era inquietante y emocionante para Harry, mientras que Louis simplemente rechazaba totalmente la idea de que Harry era una persona real.

“Creo que esto es…” dijo Harry antes de que Louis desapareciera en el aire.

Harry se quedó completamente solo en la habitación. Ya echaba de menos su amistad de ensueño.

Louis se despertó sobresaltado, bañado en sudor frio. Sabía que no sería capaz de dormir por el resto de la noche.

“¿Estas bien, amigo?” Zayn, su compañero de habitación, preguntó a través de la oscuridad.

“Si, estoy bien. Solo fue un sueño extraño”. Explicó Louis.

Antes de que Louis contara hasta diez, oyó como los ronquidos de Zayn comenzaban de nuevo.

“Harry…” susurró Louis, el nombre salió de su boca como si fuera más familiar de lo que debería ser.

 Louis suspiró, antes de poner su cabeza sobre la almohada.