Cuando cierro mis ojos

Capitulo 11

Esto estaba más allá de ser sólo un sueño, hoy era el día en que iban a romper la barrera. Louis caminaba por el pasillo del hospital, mientras mordía sus labios nerviosamente. Y es que siempre que Louis estaba nervioso tenía una tendencia a desquitarse con su cuerpo.

Hubo ocasiones en que sus uñas eran el blanco de sus nervios por lo que se las mordía hasta que sangraran. Cuando era pequeño sus mamá solía decirle que lo que iba a conseguir debido a su hábito era que su estómago se llenara de gusanos, pero eso sólo lo perturbo aproximadamente durante una semana. Si necesitaba sacar su estrés, recurría a su hábito para sofocar la ansiedad persistente en su estómago.

Hasta alguna vez se puso algún repugnante tratamiento en las uñas, pero no hizo efecto porque de todas maneras terminaba mordiéndoselas. Más tarde, ese mismo día, se había encontrado con su novia (antes de que se diera cuenta de su correcta sexualidad) y la besó en los labios. Cuando se apartó, el rostro de ella se había enroscado en la mueca más enferma que había visto en su vida.

Resulta que algo del tratamiento se había quedado en sus labios y se había trasladado a su boca durante el beso. Por lo tanto, en ese momento decidió abandonar por completo el tratamiento y simplemente aceptar que era un mordedor de uñas compulsivo.

Sabía que no estaba olvidando los sentimientos, pero eso lo iba ayudar a dejar de pensar en ellos, por lo que busco consuelo en la familiar sensación de morderse las uñas.

“¡Louis! Deja de hacer eso, es repugnante” lo reprendió Zayn, golpeando con fuerza la mano de Louis que había viajado involuntariamente a su boca.

Louis frunció el ceño porque sabía que no iba a hacer lo que su mejor amigo le aconsejaba. Zayn tenía buenas intenciones pero ahora Louis estaba odiando lo mucho que su amigo se estaba preocupando en este momento.

“¡Estoy nervioso! No puedo detenerme” opuso Louis mientras caminaban hacia una mesa donde se encontraba una hermosa y joven enfermera.

“¿En qué puedo ayudarlos?” preguntó ella, su voz era tan burbujeante como un arroyo en primavera.

“Me preguntaba si usted podría decirme donde estaba la habitación de Harry Styles, estoy aquí para visitarlo” explicó Louis, con voz vacilante.

Los ojos de la joven se iluminaron con el reconocimiento y sonrió con emoción.

“¡Tú debes de ser Louis! Soy Scarleth, una de las enfermeras de Harry y supongo que se podría decir que también soy su amiga. No quiero avergonzarte, pero eres incluso más guapo de como él te describió”.

Zayn tuvo que taparse la boca para ahogar su risa incrédula.

“Um… gracias. ¿Te importa mostrarnos en que habitación está?” preguntó Louis y Scarleth se puso de pie con entusiasmo y le hizo señas de que la siguieran.

“Él va a estar tan emocionado de verte” compartió ella, cuando sus zapatos hicieron clic a lo largo del suelo de linóleo.

Caminaron por el pasillo pintado de color amarillo. La intención del color probablemente era hacer que el sitio fuera reconfortante, pero a Louis, sólo le hacía sentirse enfermo. En cada puerta había un pequeño cartel con el nombre de quien ocupada la habitación.

Esto hizo que Louis sintiera un escalofrío y mucha más ansiedad, y sus manos volaron hacia su boca pero a Zayn no parecía importarle. Con cada puerta que pasaba, Louis buscaba el nombre de Harry, pero simplemente siguió y siguió caminando por el largo pasillo.

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Una vez que Scarleth se había ido, Harry pasó el resto de la mañana y hasta bien entrada la tarde perdido en sus pensamientos.