La Dra. O’Malley miró directamente a Louis y los dos hicieron un pacto silencioso que esperaban que cada uno entendiera, Louis no estaba claramente preparado para que Harry supiera que iba a ser su donante de médula ósea.
La situación ya era bastante complicada así que la doctora no quiso añadir nada más.
“Si… um… bueno, tengo buenas noticias para ti, Harry” declaró la doctora y el rostro de Harry se iluminó de inmediato.
Louis miró entusiasmado a Harry y tomó su mano, no podía creer lo que estaba sucediendo. Él iba a tener la oportunidad de salvarle la vida, y era la mejor sensación que jamás había experimentado.
“¿Qué pasa?” preguntó Harry, sintiendo ansiedad y nauseas. Odiaba el suspenso y aún más importante, odiaba los secretos.
“Nos pusimos en contacto con la persona que tiene el mismo tipo de médula ósea que tú y ha aceptado hacer la cirugía” explicó ella, sonriendo con entusiasmo a su joven paciente.
Harry sentía como si hubiera sido golpeado por un tren cuando por fin le dieron a conocer la noticia, tanto que sentía un cosquilleo por toda su garganta. Pero ya era demasiado tarde para advertirle a alguien por lo que de inmediato levantó su orinal.
“Oh, dios mío… ¿estás bien?” preguntó Louis, su voz sonó con preocupación por el débil estado de Harry.
“Es uh… un efecto de la quimioterapia, pero no voy a mentir, cuando era más joven y me ponía nervioso, por lo general era así como me libraba de la sensación. Supongo que es un mecanismo de defensa”. Explicó Harry, limpiando el vómito que quedaba en sus labios.
La doctora se mordió el labio ante la reacción de Harry, con la esperanza de que su paciente no estuviera mintiendo simplemente para calmar la preocupación de su novio. Louis miró a la doctora y tuvo un sentimiento de complicidad en el estómago.
“Hey, ¿por qué no voy por algo a la cafetería, mientras la doctora te habla sobre la cirugía?” sugirió Louis, con ganas de salir y dejar que los dos conversaran en privado. “¿Necesitas algo?”.
Harry odiaba que Louis que se fuera tan rápido, pero también sabía que él y la doctora tenían que platicar en privado. Por un momento pensó en que ansiaba, antes de decir: “¿pudín de vainilla y fresas?”.
“Ya vuelvo”. Dijo Louis antes de inclinarse para besarlo, pero Harry lo detuvo.
“Mi boca huele bastante mal, voy a lavarme los dientes mientras estás fuera”. Explicó Harry cuando vio la mirada de confusión en los ojos de Louis.
Louis asintió, comprendiendo antes de salir de la habitación. Al pasar por un lado de la doctora, intercambiaron otra mirada de complicidad antes de que ella y su paciente se quedaran solos.
Zayn todavía se sentía completamente perdido sobre lo que había pasado entre Niall y él. Pero cuando Niall lo llamó para invitarlo a tomar un café, se sorprendió aún más. Había pensado que el chico de pelo rubio lo evitaría al menos durante un par de días y luego a partir de ahí, sería como si nada hubiera pasado.
Niall estaba mordiéndose las uñas de prácticamente todos los dedos para calmar su ansiedad, mientras estaba sentado esperando que Zayn llegara a su cita.
Oh, dios mío, pensó Niall, acabado de llamar a esto una cita. Es oficial: estoy sintiendo algo por Malik.
Zayn entró a la cafetería segundo después de que Niall pensara aquello. Niall le hizo un gesto y Zayn le sonrió antes de caminar hacia él.
“Hey” murmuró Zayn, con su voz llena de nervios y dudas.
Niall se sorprendió al oír esa falta de confianza en la voz de su amigo, porque por lo general no era de los que duda sobre su fuerte personalidad. Niall sólo esperaba que no fuera su disconformidad por la noche anterior.
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Cuando cierro mis ojos
FanfictionHarry y Louis son extraños. Viven vidas completamente diferentes, pero cada vez que se van a dormir entran en un mundo de ensueño donde se ven cara a cara.