La pared de cristal se sentía más delgada que antes. Ya había pasado una semana desde que habían comenzado sus “sueños compartidos”. Harry empujó la barrera, frustrado porque no podía romperla.
Estaba cansado de esperar. Se sentó durante horas y horas, pasando del sillón a un banco y de nuevo al sillón. Incluso hizo aparecer un tazón de doritos, aunque en realidad, no sabían a nada.
Harry y Louis habían descubierto que podían manipular algunos elementos de sus sueños, si querían, podían hacer que hasta los objetos más simples aparecieran, simplemente deseándolo. Pero por desgracia la habitación no cambiaría ni tampoco lo haría el separador.
Harry estaba dibujando en una hoja cuando Louis llegó. Louis lo miró sorprendido, como siempre.
“Esto no tiene sentido” murmuró Louis, dejándose caer en el sofá. Evocó una manta suave y se acomodó en el sofá.
“No puedes dormir en un sueño, Louis. Creo que es como una regla, o algo así” protestó Harry, volviendo su atención a la hoja de papel.
Sabiendo que Harry no iba a dejarlo en paz, Louis hizo un gesto con la mano, y la manta desapareció. Louis se estaba hartando de este sueño, quería escapar dentro de un mundo donde nada lo perturbara, no dentro de un sueño bizarro.
Harry notó la mueca en el rostro de Louis y pensó que tendría que hacer algo para distraer a su amigo. Harry había decidido que ya eran “amigos” después de las primeras tres noches mientras que Louis todavía no aceptaba a Harry como una persona real.
“Juguemos a hacernos preguntas” suspiró Harry, sentado con las piernas cruzadas delante de la barrera.
Louis rodó los ojos, pero cedió a la idea, de todos modos no tenían nada mejor que hacer.
El juego había sido creado por Harry en la cuarta noche porque quería conocer a su nuevo amigo. Solo había dos reglas:
1.- Preguntar y responder.
2.- Si no te sentías comodo con las pregunta podías decir la palabra de seguridad: Pasapalabra.
“Tú primero” respondió Louis, sentándose frente a Harry.
“Está bien… ¿zombies o unicornios?” preguntó Harry.
Se retorció con entusiasmo a la espera de escuchar la respuesta de Louis. Louis fue sorprendido por la pregunta, aunque a estas alturas no debería de haberlo estado sabiendo lo peculiar que era Harry.
“Bueno, los unicornios son criaturas felices y mágicas. Pero… los zombies son más rudos” pensó Louis, acariciando su barbilla en una profunda reflexión.
Harry rebotó hacia arriba y hacia abajo, con la esperanza de que Louis le diera la respuesta “correcta”. Siendo la respuesta “correcta”, cualquiera que fuera la respuesta de Louis.
“Creo que elijo los unicornios, porque aunque si sucediera un apocalipsis, yo quisiera tener un cuerno y escapar del mundo en lugar de convertirme en un caníbal no-muerto”. Concluyó Louis con una sonrisa de satisfacción.
“¡Exacto!” exclamó Harry sonriendo alegremente ante la respuesta de Louis.
Louis no podía dejar de notar la “siempre feliz” visión que Harry tenía de la vida. En su vida real, Louis no siempre estaba en el mejor de los estados de ánimo, pero cuando él estaba aquí, podía sentirse mejor con la dicha de Harry.
“¡Tu turno!” dijo Harry.
Louis dudó por un momento, pesando que quizá no debía de preguntar lo que estaba a punto de preguntar, pero de todos modos lo hizo. “¿Cómo es que siempre estas feliz, Harry?”
El resplandor positivo de Harry vaciló por un segundo, pero fue suficiente para que Louis lo notara. Así que Harry no siempre era tan feliz y despreocupado. Louis realmente admiraba eso, porque sin duda hacia a Harry más real.
Harry no quiso revelar mucho antes de que él confiara plenamente en Louis, por lo que respondió con cuidado, “Trato de serlo. Me ayuda a seguir a través de… algunas cosas. Si no lo soy, yo… me consumiría lentamente”.
Louis sostuvo el aliento al escuchar la respuesta de Harry, el rizado era mucho más real de lo que se había imaginado. Se estaba convirtiendo en una persona real, y eso estaba asustándolo.
Harry no era real. No podía serlo. Él era una parte de la imaginación de Louis.
“Mi siguiente pregunta: ¿En qué escuela estudias?” preguntó Harry, sonriendo maliciosamente.
"¡¡PASAPALABRA!!” Exclamó Louis, cruzando los brazos a la defensiva.
Harry se echó a reír porque había cruzado la línea de la “información personal”. Esa pregunta estaba en el límite prohibido al igual que: apellidos, dirección, nombres de profesores, nombre de sus padres, número de seguro social, número de teléfono, etc.
“¡Está bien! ¡Está bien! Háblame de tu primera mascota” Harry dio marcha atrás, sin dejar de reír con satisfacción.
Louis estaba dispuesto a responder eso “Su nombre era Darby. Era un Golder Retriever con una pizca de locura. Sin embargo, la amaba con todo mi corazón. Ella era la perra más dulce y más amorosa que he tenido en toda mi vida. Dormía en mi cama todas las noches. Era el animal más precioso que he conocido. Era como mi hermana pequeña” explicó Louis, dejándose llevar por los recuerdos.
“Evócala” sugirió Harry, con un brillo en sus ojos.
Louis no sabía qué hacer. No estaba seguro si iba a funcionar, pero también todavía no estaba seguro si quería compartir a Derby con Harry. Pero de todos modos chasqueó los dedos y la perra que amaba apareció ante él.
“Oh, dios mío… es como la recordaba” balbuceó Louis, sorprendido por lo que había hecho su mente.
Darby caminó hacia él inmediatamente. Ella lo miró con sus ojos amorosos, y él la levanto en sus brazos. La besó en la frente y estornudó.
Harry miró la interacción, y la sensación de cariño creció en su corazón.
Louis tenía que ser real, tenía que serlo.
“¡Esta perra fue atropellada tres veces! ¡Tres!” compartió Louis, sonriendo ampliamente.
Ella comenzó a retorcerse en sus brazos y Louis la dejó en el suelo. Darby caminó hacia la barrera y apretó la nariz contra ella y comenzó a lamer. Harry llevó la mano hasta donde estaba la nariz de la perra, y sonrió. Su madre nunca había querido tener una mascota, así que esto era emocionante para él.
“Es hermosa” murmuró Harry, deseando poder acariciar a la perra.
Louis vio como Harry miró a Darby. Lo vio lleno de infantil asombro y Louis pensó que tal vez, Harry todavía era un niño
.De repente, Harry desapareció. Darby negó con la cabeza y aulló confundida. Louis pasó el resto de su sueño jugando con ella, disfrutando de los recuerdos. Harry se despertó con un sobresalto.
“¡Buenos días, cariño!” saludó su madre, dejando una taza de gelatina en frente de él.
Él suspiró, hundiéndose más profundamente en la incómoda cama en la que había estado atrapado durante los últimos dos meses.
“¿Te sientes mejor?” preguntó, tomando sus manos entre las suyas.
“¿Me veo mejor?” reflexionó, con dureza.
Harry no podía aceptar que estaba enfermo. Él sólo había sido un adolescente normal hasta que se le había diagnosticado cáncer. Había estado a punto de empezar su primer año de universidad con sus dos mejores amigos, Liam y Niall. Él pudo haber sido un músico exitoso… hasta que se enfermó.
A veces Harry se preguntaba por qué tenía que sufrir todo esto, él no quería morir.
Últimamente, su única vía de escape era su música y sus sueños.
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Cuando cierro mis ojos
FanfictionHarry y Louis son extraños. Viven vidas completamente diferentes, pero cada vez que se van a dormir entran en un mundo de ensueño donde se ven cara a cara.