“Yo no quiero su compasión” escupió Harry, entrecerrando los ojos hacia su médico, la Dra. O´Malley.
Ella había estado tratando de ser comprensiva, mientras le daba la noticia de que su salud estaba en declive. Las cosas no iban mejorando.
La cabeza de Harry cayó en sus manos, estaba devastado por la noticia.
“Por favor, déjame solo”.
El tono de voz que utilizó Harry provoco que la piel de la doctora se pusiera de gallina. Se dio cuenta de que Harry estaba renunciando, ella no iba a estar ahí viéndolo deteriorarse, iba a hacer algo.
“Harry, escúchame. Recuerda, hay otra opción, un trasplante de médula ósea” la Dra O´Malley le recordó.
Él la miró furioso. “¿Por qué me está dando toda esta falsa esperanza? Usted sabe que las posibilidades de encontrar un donante que sea compatible conmigo es casi imposible y además tendré que poner a sufrir a una persona sólo para mejorar mis posibilidades de vida, no estoy dispuesto a hacerle eso a un extraño”.
Ella suspiró, estaba hundido en negatividad. Había donantes que estarían dispuestos a ayudarlo. El problema era que él no quería la ayuda.
“Encontrar alguien compatible contigo será difícil, pero no imposible. Si sólo nos dejara-“
Harry alzó la mano deteniendo a la doctora.
“Déjeme solo”.
Decepcionada, se volvió sobre sus talones. Salió de la habitación y dos chicos entraron de visita.
“Harry, ¿Quién es esa belleza?” preguntó Liam, dejándose caer en el extremo de la cama de su rubio amigo.
“Mi doctora…” murmuró Harry y su mirada se centró en sus manos.
Que al igual que él, temblaban de miedo. No tenía la paciencia para tolerar las bromas de Liam cuando su vida estaba en juego. Tenía miedo. Esta noche seria la noche en la que compartiría la verdad con Louis. Podía ser una de sus últimas oportunidades para hacerlo. Liam y Niall vieron a su amigo absolutamente confundidos. Niall acercó una silla a la cama y tomó la mano de Harry y Liam puso su mano sobre la pierna del rizado en señal de apoyo.
“¿Qué pasó?” preguntó Niall, con suavidad.
“El cáncer, eso es lo que pasó” contestó Harry con las lágrimas ya en sus ojos. “Mi salud se va por el desagüe, me siento mal todo el tiempo y todo el tiempo veo a la gente con sus ojos llenos de decepción porque estoy “renunciando”, pero ¿saben qué? Estoy cansando y esta es ¡mi maldita decisión! Estoy demasiado cansado y no quiero seguir con esto…”
La respiración de Liam y Niall se detuvo al oír la confesión de su amigo. Sabían que tendrían que respetar cualquiera que fuera su decisión. Tendrían que ser fuertes y apoyarlo, no importaría cuando loco y frustrante fuera.
Pero Liam no estaba dispuesto a dejar de luchar por Harry.
“El trasplante. Hazz siquiera lo has considerado a pesar de que te lo propusieron hace un mes” dijo Liam, deseando sonar lo más imparcial posible, por desgracia, la pasión natural de sus palabras traicionó su esfuerzo.
Harry miró a Liam, sorprendido por la sugerencia de su amigo. Liam sabía lo que Harry sentía respecto al trasplante.
“¿Por qué hablas de eso? Te lo he dicho muchas veces, sabes que no quier-“
“Aunque la sugerencia de Liam pudo haber sonado egoísta, es muy válida. Tal vez deberías de pensarlo por segunda vez, podrías salvar tu vida, Harryl” interrumpió Niall, apretando la mano de Harry para consolarlo.
ESTÁS LEYENDO
Cuando cierro mis ojos
FanfictionHarry y Louis son extraños. Viven vidas completamente diferentes, pero cada vez que se van a dormir entran en un mundo de ensueño donde se ven cara a cara.