A la mañana siguiente el despertado sonó muy temprano para mi gusto y la hora para prepararme paso muy rápidamente. No quería llegar a la escuela aún, pero sin darme cuenta me encontraba en la puerta de la Gran Academia de Artes Escénicas temblando, hasta que me empujaron hacia el interior. Mi nueva amiga brasileña estaba a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja. Llevaba su pelo hiper-rizado recogido en un moño, igual que yo.
-No pareces la misma, dudaba que fueses tu... -río mientras caminábamos a la gran sala de el día anterior, donde tendríamos la charla y la primera clase de ballet.
En la tercera clase del día, en fusión, François nos colocó por parejas, soltando un rollo de discurso sobre que es muy importante aprender a adaptarse a una pareja de baile, bla, bla, bla... No me molestó esa parte de la clase, es más, no era la primera vez que bailaba con una pareja. Lo que no me agradó es que mi pareja, el chico con el que decidieron que compartiera plaza en la escuela, parecía mirarme con desprecio, así que decidí entablar conversación con él.
-¿Como te llamas? -pregunté casi susurrando, mientras esperábamos las indicaciones del francés.
-Joseph.
-Yo soy...
-Jamaica, lo se.
-La misma.
La corta coreografía que Fran nos montó me recordó a la que Selene hizo al terminar los cuatro años de carrera, con la que consiguió la beca para París. Ella le pidió a Gabi, su pareja por entonces, que fusionaran ambos estilos creando casi una obra de arte. Parecían uno sobre el escenario, eran como Brad Pitt y Angelina Jolie, la pareja perfecta. Cuando Selene se marchó a París alguien le paso el rumor de que Gabi le estaba engañando y ella corto la relación. Desde entonces no se pueden ni ver, pero Gabi esta pendiente de ella.
A la hora del almuerzo, Aleisha me esperaba sentada en una mesa con Laurel, Andreu y Grant. Los cuatro comentan sobre los ejercicios hechos en las clases de esta mañana, un tema del que no puedo opinar, pues no estaba "cualificada" para ello... Pero algo me decía que estaban apunto de sacarme de ahí.
-Laurel, tenemos que... ¡Ostias! ¿Jay? -Eddie me miro extrañado- ¿Que haces tu por aquí?
-Pues hice la prueba y me cogieron... -dije torciendo el gesto- ¿Y tu? ¿Estas en la escuela?
-Que va, esto no es para mi. He venido a recoger a mi hermana -respondió señalando a Laurel.
Todos los que estaban sentados en la mesa pararon de hablar para escuchar nuestra animada conversación y observaban a Eddie con descaro.
-Eddie, no puedo irme, tengo clase nada más terminar el almuerzo. Llegaré andando a casa, por mi no te preocupes -dijo Laurel mirando a sus compañeros y después a su hermano.
-De acuerdo, te veo en casa entonces. Un placer volver a verte Jay.
Eddie me guiña el ojo, tal y como hizo en el Harder y un escalofrío agradable me recorrió entera después de su gesto. Aleisha me pidió que la acompañara urgentemente al baño y así lo hice. Cerró la puerta detrás mía y me miro con gesto entre serio y acusatorio.
-¡Quiero que me lo cuentes todo! El hermano de Laurel te ha guiñado el ojo, y créeme, muchas han intentado salir con él. ¿Como fue? ¿Cuanto llevais?
-¿Perdona? -Aleisha me miraba con ese entusiasmo que la caracterizaba- Le conocí anoche, estuve hablando con él, nada más...
-Si, si... Lo que tu digas, pero algo tienes con él...
-Una competición tengo contra él en dos días y ensayo en media hora, así que no quiero perder tiempo.
Agarré mi bolso y busque la salida apresuradamente. De la prisa, no vi que Joseph estaba delante y lo arrollé. Me disculpe y levante la vista después de recoger el bolso, tenía unos ojos oscuros preciosos. El se limitó a sonreír para restarle importancia. Le devolví la sonrisa y salí rápidamente hacia el coche de Mireia, que estaba aparcado en la acera de enfrente de la escuela.