Poción de amor (Diakko Fanfict)

La flamon de mia koro

La rubia no pudo ignorar el intenso escalofrío que le recorrió la espalda.
Sintió la contrariedad de esconderse y abalanzarse al mismo tiempo llegando a confundirla en un estado perplejo.
Claro que esto solo sirvió como oportunidad para que Akko continuara con su jugueteo.
De pronto Diana se percató del sutil movimiento que había hecho su compañera con gesto incitador.
Poco a poco la había apresado en un abrazo como si ambas estuvieran en una danza tomadas de las manos,pero mas cercanas en lo que a espacio se refiere.
Atsuko la observó atenta ante cualquier cambio en la tardía reacción que la joven Cavendish pudiese dar a la incomodidad.
Pero tal parecía que el shock en Diana era demasiado abrumador.
Su aspecto por otro lado no era el propio de la heredera de una famosa casa,solo era una joven que comenzaba a caer en el caótico sentimiento de la lujuria.
Algo en Akko ya no funcionaba con normalidad.
El repentino gusto por molestar a Diana fué mas intenso que el miedo de ser descubierta en una embarazosa situación.
Tan pronto como la rubia sintió el acercamiento de la japonesa intentó alejarse con los brazos temblorosos y recuperando un poco de su mirada de reproche y molestia.
Frunció el ceño lo suficiente para que la castaña se detuviera a centímetro de su rostro,solo que la reacción de esta no fue la esperada.
Al ver la cara de enojo Akko pareció bastante divertida acercándose sin sutileza pegando su nariz a la de ella.
La fuerza de Diana fue desapareciendo para solo poder arrugar los hombros de la blusa de quien la retenía.
La sangre le produjo un intenso hormigueo que la hizo jadear por el nerviosismo de tener cara a cara a otra chica en una situación tan impropia...aunque realmente era porque se trataba de aquella chica que la incomodaba tanto últimamente.
Antes de siquiera darse cuenta Akko respiró en sus labios con el único propósito de tentarla.
Todo parecía tan natural...es decir aunque cualquiera hubiera respondido con un rápido empujón desde el inicio en realidad nada parecía incorrecto o al menos ajeno a la rubia.
Tan pronto como la castaña la tomó del cabello para cerrar esa corta distancia la ojiazul solo se paralizó cerrando los ojos con fuerza.
Pero un segundo paso y nada,dos segundos pasaron y algo andaba mal.
Akko se había separado sin soltarla y sonreía...una sonrisa sonrojada y algo burlona.
Diana abrió los ojos confundida por un momento pero poco bastó para darse cuenta de la broma que la japonesa le había jugado.
Una pequeña humareda se expandió con un sonido sordo interrumpiendo la situación.
Parecía que algo había causado una pequeña explosión.
El duende se cubrió los ojos y Diana despertó de su letargo con violencia.
Empujando a la castaña deshizo el abrazo tomando su varita y apuntándole sin previo aviso.
-¡Trasportu!

                   (Biblioteca)

-¡Uaaa!-gritó Akko cubriéndose la cara.
Algunos segundos del silencio en él entorno le hicieron darse cuenta de que ya no estaba en la habitación del equipo azul.
Los libreros alrededor y las ventanas traspasando la luz nocturna le dieron algo de orientación momentánea.
¿Cuanto tiempo había pasado para no darse cuenta del atardecer?
Esa era la menor de sus preocupaciones por el momento.
Diana le había lanzado un hechizo...pero lo que había pasado antes era muy extraño.
Akko no era el tipo de persona que disfrutara molestar y no podía creer lo mucho que había gozado haciéndolo anteriormente.
-Aaa soy una mala personaaa
Rascándose desesperada dió vueltas por la biblioteca para acallar su conciencia,pero su dilema no duró demasiado antes de ser interrumpido.
-Bonan Nokton miss Kagari.
Akko se giró hacia la voz con un gesto de sorpresa.
-¡Ah!Eres tu,digo...lo lamento no sabía que estabas aquí.
La joven Vespero sonrió cerrando el libro que sostenía entre las manos,mas no agregó nada más haciendo que la conversación se cortara.
-Mmm debo irme...
Antes de que la castaña se diera la vuelta su compañera habló desde donde se encontraba sentada.
-¿Se divertían...Diana y tu?
La japonesa no pudo evitar quedarse de una pieza palideciendo sin volver el rostro.
-Ya que las ví hace unos minutos caminando por los pasillos con apuro creí que tenían planeado jugar en su habitación o algo.
La pelinegra decía las cosas con naturalidad sin ningún doble sentido pero para Akko las circunstancias la obligaban a enrojecer y ponerse nerviosa por la clase de "juegos" que se estaba imaginando.
-¡Jajaja!-se rascó la nuca intentando actuar normal- digo...no estábamos jugando,es decir no somos tan cercanas...
Elizabeth la miró detenidamente ya que le impresionaba el grado de honestidad que podía reflejar un rostro como el de Atsuko Kagari.
-Eres demasiado brillante,¿lo sabías?
Akko dejó de reír bastante curiosa a las extrañas cosas que la nueva estudiante le quería decir.
-¿A que te refieres?
La ojiamarilla recorrió el estante con sus dedos deteniéndose en cierto libro que tomó abriendo en una página específica.
-Tiam amo bruligis la flamon de mia koro.
La joven brujita hizo un puchero intentando comprender el idioma natal de la otra chica lo que la hizo sonreír antes de continuar.
-Entonces el amor hizo arder la llama de mi corazón...eso es lo que significa.
-Aaa claro...-comentó Atsuko aún perdida en la conversación-no entiendo.
Fue entonces que Akko sonrió con su habitual rostro inocente,pero algo inexplicable cambió en el ambiente.
Elizabeth la observaba con fijeza como siempre pero por un momento apretó los dientes produciendo que sus labios se contrajeran en una  leve mueca de enojo.
-Digame Miss Kagari,¿Se ha enamorado alguna vez?-dijo levantando una ceja.
La castaña se tensó evitando el contacto visual.
-Y...Yo...supongo que hay alguien,pero creo que no me está yendo tan bien...es decir¿porque la pregunta?
La chica de cabello oscuro recuperó su postura con cierto aire de diversión.
-Veras el amor es simple y complejo para aquellos involucrados por ello causa tal confusión,pasar por ello es como un juego que va de lo sutil a lo hostil así que debido a que los humanos tienden a encapsular su verdadero ser difícilmente sucumben a los deseos de su personalidad interna lo cuál alenta las oportunidades.
-mmmm ya veo...-murmuró Akko con la mano en la barbilla.
-¿No entendiste nada cierto?-suspiró Elizabeth
-Jaja creo que me atrapaste,pero es que usas muchas palabras extrañas y soy algo...
-Comprendo-sonrió con suficiencia la joven mientras se acercaba a su compañera-eres alguien impulsiva,pero algo te frena para actuar con libertad ante la persona que amas,¿quieres que te ayude con eso?
-¿Eso se puede?-murmuró Akko emocionada-¿Que tengo que hacer?
Elizabeth acercó su rostro de forma invasiva con una sonrisa socarrona.
-Permiteme tu dedo.