hotel bella muerte |frerard

12 the crystal ship

Maldecir...

― ¡Me la tienes que pagar, Junkie!― el mencionado se sobresalta, viendo a Gerard atravesar más rápido la recepción de lo que él puede bajarse la manga de su camisa, el pelirrojo apoya ambas manos en el mostrador ― ¿Por qué no me dijiste que dolía....? Oh mierda, ¿qué pasó ahí?― ve su brazo. Frank intenta bajarlo de la madera, pero Gerard le detiene por la muñeca.

Al día siguiente de su encuentro sexual con Frank, Way se ha sentido jodidamente extraño, eso sin contar que toda aquella tarde y noche la pasó tratando de asimilar la molestia en su trasero, llegando a la conclusión de que tener sexo gay no es tan fácil. Así que, no había tocado el Bella Muerte desde hacía dos días, y el haber llegado y ver a Frank, en parte le alegró.

―No me digas que fue por las drogas de la basura― comenta, Frank gruñe en respuesta, tratando de jalar su brazo.

―Gerard...

―Esto tiene pus, Frank, dime por favor que no has seguido metiendo la aguja por ahí.― el pelirrojo alza la mirada, viéndole con total serenidad.

―Claro que no, me he estado inyectando en el otro brazo― responde Iero, viéndole con frialdad, Gerard suspira, volviendo su vista al brazo: alrededor del piquete se ve toda la piel roja, el piquete está lleno de pus y sangre seca, tiene la vena saltada, con leves tonalidades violáceas alrededor.

―Hay que atender esto― gruñe Gerard, Frank se zafa con brusquedad del agarre.

―Lárgate a follar con una puta, tengo trabajo― el drogadicto le ve con odio, bajando la manga de su camisa, la cabeza le duele terriblemente, y ya no tiene ninguna droga, Frank sabe, que alrededor de las cinco comenzará a desesperarse. Gerard en cambio le ve con dureza, viéndole a los ojos.

― ¿Cuánto llevas sin consumir?― gruñe, el tatuado bufa.

―Lo último que hice fue volar con Mary Poppins, no tengo nada.

― ¿Es marihuana?

―Afirmativo, pareja― el castaño sonríe con ironía ―Si buscas intravenosa... no tengo nada desde ayer, la última que pude darme fue en la madrugada de ayer» gira los ojos, viendo a Gerard desde su posición.

―Tienes que atender esa infección.

―Vete a coger.― el pelirrojo arquea ambas cejas, tratando de oprimir su sonrisa.

― ¿Estás celoso?― Frank pone los ojos en blanco ― ¿Es eso?, ¿tienes celos de que coja con mujeres?, te recuerdo que tú me dejaste el trasero adolorido la otra noche.― el Junkie se levanta, recargando los codos con pereza sobre el mueble.

―Primero, estaba completamente drogado, ni siquiera sabía si eso había sido real, y segunda, no estoy celoso de que las zorras se dejen coger por ti, señor Heterosexual.― Gerard aprieta la mandíbula, acercándose más al drogadicto.

―A la mierda la preferencia sexual, estás celoso de que me las coja a ellas en vez de a ti.

―Yo ni siquiera recuerdo las veces que lo hemos hecho― el pelirrojo se acerca tanto que su respiración se mezcla con la del tatuado.

―No mientas.

―No lo hago― sonríe, pero Gerard puede ver la mentira en sus cansados ojos, suspira, no se dejará guiar por su mirada.

―Vamos a atender esa infección.

―Estoy trabajando.

―Tú nunca trabajas― Frank se quita del mostrador, pero no hace amago de salir del cubículo.