El fantasma de hielo. | Yuri On ice. | Completo. | Yuyuu.

Capítulo IX: Historia de un fantasma.

Hola a todos!!!

Aquí les traigo un nuevo capítulo, ya tenía ganas de escribirlo.

Les agradezco mucho sus votos y comentarios =D, por ustedes esta historia continua.

Ahora, veremos el pasado de Yurio (y un dato que no he puesto desde el principio, pero a ver si lo captan, sino igual saldrá al final, hay que leer con cuidado), pero para motivarlos: dedicatoria en el siguiente capítulo a quien lo encuentre.

La canción de este capítulo es el Entreacto del Fantasma de la Ópera y Love like you do de Ellie Goulding (esta última representa los sentimientos de Yurio), les dejo los links.

Quiero aclarar: esta parte del fic no pertenece del todo a la obra original, es una combinación de entre lo que leí del Fantasma (ya que se menciona poco sobre su pasado) y lo que yo imaginé.

Espero les guste el capítulo, si es así, comenten y voten por favor =).

Ya saben, Yuri On Ice y El Fantasma de la Ópera NO me pertenecen.

Capítulo IX: Historia de un fantasma.

Su primer recuerdo recaía en uno de sus primeros cumpleaños. Su madre le había prohibido salir de casa, y él desconocía la razón, pero al ver a los niños jugando en el parque del frente, a través de la ventana, sentía ganas de unirse a ellos.

El día de su cumpleaños número cuatro, y su madre sólo le iba a recordar, pero el niño tenía un deseo: salir a jugar y hacer amigos. Sin que ella se diese cuenta, se escapó de casa y atravesó corriendo el pastizal para llegar a donde estaban los otros niños, pero en cuando llegó, éstos lo divisaron inmediatamente y horrorizados, empezaron a correr. Él no comprendió, y trató de acercarse a un niño cuando éste lo empujó y la fuerza lo hizo caer de sentón. Aprovechando esto, los otros niños escaparon llamando a sus mamás.

Se quedó en el pasto sentado sin comprender lo que había pasado. Cuando se dio cuenta, su madre estaba tras él con una expresión entre triste y enojada, como si la hubiesen traicionado. Tomó con fuerza un brazo del niño y lo arrastró a casa.

El pequeño lloraba por el jalón y le preguntaba a su madre qué ocurría, pero ella lo ignoraba. Esperaba que lo soltaran una vez que llegaran a casa, pero eso no pasó, ella continuó arrastrándolo hacia un cuarto al que él no tenía permiso de ingresar. Allí, había un cristal similar a una ventana pero en vez de ver el exterior, veía el reflejo de su madre. De otro empujón, ella lo puso a él frente a esa extraña ventana.

Y lo que vio lo asustó. Se volteó para abrazar las piernas de su madre, quien no correspondió el abrazo.

-¿Ahora ves por qué no puedes salir? –Preguntó en un tono serio, pero el pequeño no entendió. Ella lo tomó de los hombros y lo obligó a ver de nuevo en el espejo aquello que lo había aterrorizado. -¡Eres tú! –Gritó ella mientras las lágrimas salían de sus ojos.

El rubio sintió cómo su corazón se aceleraba y se miró con más detenimiento. Su piel era gris, pegada a su rostro, la nariz estaba chueca y tenía muy marcados los pómulos.

-Mamá... -Llamó en un susurro, pero ella le apretó el agarre en sus hombros, lastimándolo.

-Por eso no debes salir. Eres un monstruo.

Eso marcó al niño para toda su vida.

A partir de ese suceso, él no salía de casa, o mejor dicho, de su habitación. Se encerraba con libros y se imaginaba a sí mismo como esos protagonistas tan hermosos y talentosos, donde todo les era prácticamente fácil y salían ganando.