CONTRABAND - Una guerra sin fronteras ©

17. Mercancía de alto valor

Cuando notó el cuero deslizarse por su cuello abrió los ojos al instante. El espejo le permitió ver quien era su agresor. Un hombre con pasamontañas y estatura media mantenía el cinturón con fuerza, estrangulándola poco a poco. Cathe pudo notar el aliento del asaltante en su nuca mientras intentaba colar sus dedos entre el cinturón y su cuello. Al no lograrlo su única opción era luchar por su vida. Puso su pie sobre el lavabo y utilizó su pierna como palanca para impulsarse hacia atrás y desequilibrar al agresor. Éste chocó contra una estantería y Blake aprovechó para zafarse del citurón. Intentó correr fuera del baño pero su enemigo le agarró la pierna derecha tirándola al suelo. Notó el áspero cuero de su guante sobre su suave piel desnuda. Cuando intentó levantarse éste aún la tenía agarrada y con la otra libre le pegó una fuerte patada en la cara. Consiguió ponerse en pie y correr hasta la cama pero no fue la única. El desconocido vino por detrás y la agarró por las caderas desequilibrándola y tirándola contra el suelo. Antes de que se diese cuenta agarró uno de los libros que estaban bajo su cómoda y lo utilizó para golpear con fuerza al hombre antes de que se abalanzase sobre ella.
Él no llegó a caer, pero su desorientación permitió a la chica levantarse y desenfundar su arma de la cartuchera, al girarse se lo encontró más cerca de lo que pensaba y éste la golpeó con fuerza en el rostro, rematando el ataque con un golpe en sus manos lo que hizo volar el arma hasta el salón bajo el dormitorio.
Catherine contraatacó con un codazo en el pecho del hombre, un posterior giro cogiéndole del cuello y pegándole un rodillazo en el vientre. Otro puñetazo en el costado de la chica la tiró contra la cama. Él la agarró por detrás y la pegó a su cuerpo. Sin titubear, Cathe saltó contra él haciéndole caer de espaldas, partiendo la  barandilla de madera oscura que separaba el altillo del salón. El asaltante giró un poco su cuerpo e hizo que ambos cayesen con la mesa de madera fina del salón, quedando ésta destrozada.
Ambos sin aire y magullados se recuperaron poco a poco. Catherine enfiló su arma y el agresor desenfundó una navaja que guardaba en uno de sus bolsillos.
La agente se puso en pie como bien pudo, no sin antes recibir una navajazo de su agresor en la parte alta del muslo lo que le produjo un fino corte por el que empezó a sangrar. Al no tener ropa que le protegiese las piernas solo le quedaba la opción de coger la Glock y no detenerse a intentar parar la hemorragia que hacía fluir una fina capa de sangre por la suave piel de su pierna.
El asaltante se levantaba poco a poco. Cathe se arrastraba hasta su arma. La navaja con la sangre de la mujer estaba lista para volver a atacar. La pistola estaba a escasos centímetros y cuando creyó estar suficientenente cerca, se impulsó agarrando la esquina de uno de los sillones del salón, empuñó la Glock y metió tres tiros en el pecho del hombre que venía hacia ella dispuesto a apuñalarla. El cuerpo sin vida del hombre cayó justo a su lado.

Tardó unos breves segundos en recobrar la respiración. La adrenalina recorría su cuerpo. Pasó su mano por el muslo que se había llevado el navajazo y notó como la sangre se había extendido por el resto de su pierna desde su nalga hasta la rodilla. El resquemor se había intensificado, pero por suerte no era un tajonazo profundo.
Se acercó gateando al encapuchado y le retiró el pasamontañas.

- Mexicano - susurró para sí misma

Una pequeña calavera detrás de la oreja le hizo pensar que podría pertenecer a Charro Negro.
Agarró su teléfono fijo y marcó el número de Frank.

- Me han atacado en mi casa. Necesito ayuda.

Sin hacer preguntas pusieron rumbo al apartamento.
Al llegar encontraron el apartamento lleno de policías y dos sanitarios atendiendo a Catherine, acostada bocabajo en el sofá mientras una paramédico le curaba el muslo.

- ¿Qué puñetas ha pasado? - preguntó Frank horrorizado ante el destrozo
- Estaba escondido en mi armario. Creo que le sorprendí - explicó la joven.
- La policía llegó rápido. ¿Los llamaste tú?
- No, los vecinos oyeron los disparos.

Justin se arrodilló junto al asaltante. Vio los tres disparos agrupados en su pecho y la navaja ensangrentada junto a su mano.
Un miembro de la Científica estaba fotografiando el escenario.

- Si ya tenía pocos golpes... - dijo Cathe mientras los sanitarios le ayudaban a sentarse en el sofá - Puedes tomarme tú declaración.
- Sí, supongo que sí
- Pero aquí no. Ven a la cocina.

La hija mayor de los Blake intentó alejar a Frank del tumulto que los agentes del NYPD creaban. Justin no tardó en sumarse a la discreta reunión.
Mientras la chica se mantenía cubierta por una manta térmica empezó a contarles todo lo que sabía.

- Creo que no venía a matarme
- ¿Bromeas? La navaja con tu sangre no dice lo mismo - replicó Justin
- Sacar la navaja fue el instinto de supervivencia.

Un cruce de miradas entre Donson y Frank bastó para saber que el instinto de su compañera hablaba por ella, un instinto que no solía fallar.

- Tú me dijiste que el paquete de mi escritorio había llegado hace dos días. Si así fuese y yo no hubiese estado infiltrada habría traido a casa esto.

Cuando abrió el puño, los agentes vieron una pequeña bolsa de pruebas que contenía medallón dorado, en forma de corazón, con la incripción "Everything is Ok".

- ¿Qué es? - preguntó
- Es la posibilidad de encontrar a Kalaca. Cuando llegué, ese hombre - dijo señalando hacia el cadáver - estaba escondido en un armario buscando el medallón. Supo que yo era una amenaza, así que se quitó el cinturón para usarlo como arma. Cuando escapé de él y fui a coger la Glock sacó su navaja. Si hubiese venido a matarme habría traido un arma con silenciador como poco, no esa mierda. ¡Justin! Quiero someterme a la entrevista cognitiva.
- Te lo llevo proponiendo dos años y cada vez que lo mencionaba querías arrancarme la cabeza.
- Lo sé, pero el inspector que llevaba el caso de mi madre y mi hermana me envío esto por algún motivo.
- ¿Recuerdas algo más de aquel día?
- De lo poco que recuerdo, él... ese... hijo de perra, cogió este medallón y lo abrió para luego enviárselo a mi padre. Creo que puede tener sus huellas.
- Por intentarlo... pero un análisis puede llevar su tiempo - añadió Frank ante la petición de la agente.
- No si sabes a quién pedírselo.

Los tres se giraron hacia la puerta del apartamento. Nathan acababa de entrar por la puerta.

- ¿Cómo has...?
- ¿Cómo he encontrado tu casa? Baskett me avisó del tiroteo y me dio tu dirección.
- Mañana puedo llevar la prueba a la sección criminalística de la marina. Está en Brooklyn y conozco a uno de los técnicos. Nos lo hará sobre la marcha.

Un escalofrió recorrió el cuerpo de Cathe. Una extraña sensación de desconfianza ante su nuevo compañero corrompía su visión de él.

- Pues no es una mala idea. Un informe militar puede ser mucho más fiable - continuó Justin dando la razón a Parker.
- Está bien, pero la prueba se queda conmigo. Es mi responsabilidad.
- Llamaré a mi colega. Por cierto he hablado con la capitana, coge algo de ropa te vienes a mi casa esta noche.

Frank y Justin se giraron al unísono hacia Catherine.

- ¿Cómo dices? - articuló a preguntar la agente.
- No pensarás salir medio desnuda a la calle. Sé que en este barrio se vive para la fiesta, pero en camiseta y lencería creo que será demasiado- dijo el novato mientras llamaba a su amigo.

Con las prisas después de la cura de la herida, se tapó con la manta y no había reparado en ponerse pantalones. Con Frank y Justin tenía confianza, a diferencia de con el recién llegado.

- Llamad a Siara ya mismo - ordenó susurrando a sus compañeros sin que Nathan lo oyese.
- ¡Listo! Mañana tenemos el análisis.
- Cathe, la jefa insiste en que la protección militar será lo mejor, además al parecer vive a pocas calles de aquí - dijo Frank a su compañera
- Pero... - antes de poder quejarse fue interrumpida
- Y por si vas a quejarte, es una orden.
- Lo que quiere es que nos conozcamos para empezar a trabajar juntos. Iré a por algo de ropa - añadió a regañadientes.
- Yo me quedaré con los forenses analizando la escena, si era parte de Charro Negro como dice ella, tenemos que ir con cuidado - dijo Frank
- El cadáver tuvo que venir en algún tipo de coche. Bajaré a buscarlo - añadió Justin
- Por lo que a ti respecta, cuídala. Te estamos vigilando - finalizaron ambos señalando a Parker.

Con una sonrisa en el rostro ante sus nuevos compañeros, Nathan esperó a que Catherine volviera lista para irse. Con la leve cogera que ahora ella padecía, salieron del apartamento.