18. El perfil

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Los leves pitidos que el ascensor emitía planta tras planta comenzaron a desaparecer del rango de percepción de Cathe cuando la ansiedad comenzó a jugarle una mala pasada. Cerró los ojos y los apretó con fuerza. Notaba en sus oidos un vacío ensordecedor. Intentaba no pensar en el estrecho ascensor en el que se había metido. Sentía un extraño sudor frio por su espalda y como las paredes se cerraban sobre ellos.
Sus malos pensamientos tuvieron un breve segundo de lucidez cuando Nathan, a su lado, le agarró la mano al darse cuenta de la situación de su nueva compañera.

- ¿Estás bien? ¿Por qué no me dijiste que eras claustrofóbica?
- ¿Y hacerte subir dieciocho pisos por las escaleras ahora que empezamos a llevarnos bien? Ya tendrás tiempo para odiarme.

La respuesta de él fue una simple sonrisa.
Cuando las puertas se abrieron, el aire fresco fue un soplo de vida para Cathe.

- Es esa puerta de ahí - dijo Parker señalando una puerta al final del pasillo.

Con una leve cojera, la agente comenzó a seguir sus pasos.

- Oye, dime una cosa. ¿Cómo un marine pure permitirse un piso en el Upper East Side?
- Un buen sueldo.
- Venga ya, estamos en el barrio más caro de Manhattan - replicó Blake justo antes de quedarse embobada mirando hacia la puerta que Nathan acababa de abrir.

Un imponente apartamento en colores claros y amueblado con modernos pero acogedores sofás, mesas y estanterías, se dispuso ante ellos. Varias estanterías empotradas daban un aspecto acogedor a la estancia. Al fondo del espacio diáfano, las vistas de Central Park y algún que otro edificio impresionaron aun más si cabe a Catherine. El paisaje urbano de la ciudad, sumida en la oscuridad de la noche era un espéctaculo que Blake nunca dejaba de disfrutar.

- ¿Y esto también es gracias a tu maravilloso sueldo de la marina? - preguntó la mujer con ironía.
- No sé,  tú dirás. Me han dicho que eres bastante buena haciendo perfiles. Hazme uno a mi - dijo Nathan mientras se sentaba en el sofá.

Cathe se sentó a su lado. Sus miradas se cruzaron por unos segundos, pero ella decidió mantenerle la mirada para hacerle creer que con ese instante de tensión podría saberlo Pero la criminología no era ninguna magia. Al entrar se había fijado en fotos y otros objetos que podrían guiarle en su perfil.
Parker encendió una pequeña lámpara junto al asiento y esperó a escucharla detenidamente.

- Nathan Parker... - comenzó - Tus padres eran personas importantes, que conocían a personas importantes e hicieron de ti alguien importante. Tu madre seguramente se dedica a la política: senadora, gobernadora, ¿diputada en el congreso?
Un cargo lo suficientemente alto como para permitirse un apartamento aquí. Tu padre fue el que te metió en el mundo militar. A diferencia de tu madre creo que él te falló en algo. Tienes la bandera enmarcada allí, lo siento he de decir. Pero no tienes ni una sola foto suya.
¿Qué hizo mal?

El rostro inexpresivo de Nathan hizo comprender a Blake que iba por buen camino.

- Mi padre... fue teniente general en la guerra de Vietnam. Desde pequeño había admirado a los patriotas que habían dado su vida por nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial. Mi abuelo murió en Leningrado a manos de un soldado nazi. En cuanto cumplió la mayoría de edad, John Parker, se alistó en el ejército para seguir los pasos de su padre.
Mi madre es a día de hoy senadora en Washington, lo conoció en uno de sus permisos. Me criaron en la clase alta y siempre quisieron orientarme a seguir los pasos de mi madre.
- ¿Y cómo acabaste en la marina? - preguntó Catherine interesada mientras recogía sus piernas encojiéndose en el sofá y apoyando su cabeza sobre su mano en el respaldo.
- Mi padre era un héroe de cara al público pero se convirtió en un monstruo en casa.
- Déjame adivinar - interrumpió - ¿Vietnam?
- Sí que eres buena - respondió Nathan mientras ambos empezaron a reir.
- Fue Vietnam, volvió muy jodido. Tal vez no asumió las secuelas de la guerra como otros hacen. A él lo consumió poco a poco. Tenía miedo del timbre, del cláxon de los coches o del más mínimo pitido creyendo que algo iba a explotar ante él.
- ¿Y por eso reniegas de él? ¿De tenerlo en tu vida? ¡Tú eres marine! Sabes que las secuelas causan esos miedos - replicó la chica.
- No es solo eso. Era la agresividad. Perdió por completo el control sobre sí mismo. Mi madre recibió más de un golpe de su parte. La situación se hizo insostenible hasta que él solo acabó con el problema.
- Se suicidó... - añadió Cathe pensando en voz alta.
- Se pegó un tiro con el arma que había traido de Vietnam. En su nota de despedida solo ponía "lo siento". En cuanto tuve la oportunidad me alisté para ser tan buen soldado como él fue pero mucho mejor marido y mucho mejor padre de lo que nunca fue.
- ¿Estas...?
- ¿Qué? ¿Casado? - preguntó Nathan completando la cuestión de su acompañante.
- Pregunto porque no veo nada que pertenezca a una posible señora Parker, pero sí un apartamento decorado con bastante buen gusto. - añadió Catherine
- Divorciado, estoy divorciado. A mi exmujer la conocí en Faluya.
- ¿Soldado?
- Diplomática en la embajada. Cuando terminé mi servicio en Irak vinimos a Nueva York y nos instalamos aquí. Y es verdad, ella reformó la casa - dijo haciendo reir a su compañera.
- ¿Y qué salió mal? Si se puede preguntar - añadió Cathe.
- Supongo que teníamos trabajos muy estresantes, los problemas que tuve al volver del servicio y que no era el momento. Nos apresuramos demasiado. Ahora mismo, está destinada en Moscú - añadio para finalizar con su historia.
- ¿Se fue a Rusia? - exclamó sorprendida - Pues muy mal tuviste que haberlo hecho para que se fuese tan lejos.
- Fatal - completó él antes de reir - Te toca Catherine Blake ¿Qué hay de ti? - preguntó orientando su cuerpo en el asiento hacia ella

Por unos breves segundos el semblante de Catherine cambió. Se dio cuenta de que nunca había hablado de su pasado con nadie excepto con Justin. De repente sintió retortijones en su estómago y como su respiración se volvía pesada. Nathan se había ganado su confianza en poco tiempo. Él se había abierto para ella y ahora tendría que darle algo a cambio.
Parker vio como algo había cambiado en ella. Notó como había comenzado a tragar saliva con más fuerza y sus ojos ya no se cruzaban con los suyos.

- La confianza se basa en el respeto. Quiero ganarme la tuya y respeto que no estes preparada para abrirte. Creo que en el momento en el que puedas hacerlo, recordarás más cosas de las que crees recordar. Yo lo viví hace cuatro años. No se supera, pero se aprende a vivir con ello.

Blake había fijado su mirada en las vistas de la ciudad para evitar a Nathan. Los ojos se le llenaron de lágrimas por momentos.

- Puedes dormir en el cuarto de invitados, según subes las escaleras. Descansa - se despidió de ella dándole una caricia en la pierna encojida sobre el asiento.

Hablando con él, Catherine había descubierto más de sí misma que en las sesiones con Justin donde se encontraba tensa y perdida. Ahora sabía que por mucho que lo negase tenía un problema que si no comenzaba a tratar, podría explotarle en la cara cuando hiciesen el análisis del medallón.

CONTRABAND - Una guerra sin fronteras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora