Daddy Hard [Ravi]

Te Quiero

Seguíamos a risas. Hasta que corté el bello momento, me detuve puse mi cara de malos amigos, me sacudí y miré a otro lado.

—¿Pasa algo? —Dice intentando atraer mi atención. —Oh... Tu blusa está muy... Mojada.

—Tsk maldito pervertido—Le digo aventando un trapo de cocina en su cara.

Subo las escaleras en dirección al baño y me ducho rápido.

Al bajar me encuentro con una sorpresa.

Ravi sostuvo a Soo Min y ella reía entre balbuceos.

—¿Quién es la bebé más hermosa del mundo? ¿Quién? ¡Tú! ¡Pequeña princesa! Saliste igual de guapo que tu padre.

—Ejem. El problema es que es niña. —Me recargo en el barandal de la escalera.

—Oh quise calmarla un momento, al parecer tiene hambre. Empezó a llorar y la cargué. —Se acerca a mí con mi pequeña.—Bien mi pequeña es hora de que vayas con mamá.

Me entrega a Soo Min.

—Bueno hermosa dama terminé los deberes de la casa. Creo que tengo que irme —Dice quitándose el mandil para hacer limpieza. Acomodó su camisa y tomó su saco. Soo Min empezó a llorar.

—¡Espera! —Lo tomo del brazo —¿Porqué no te quedas con nosotras? Y ya puedes aprovechar en quedarte a comer. —Por un momento quería que se quedara conmigo. Me sentí un poco sola cuando se estaba retirando.

—¿Enserio? ¡Oh cielos! —Ríe de felicidad y nos abraza.

—Sí, si ya. Bueno ¿puedes encargarte de la comida? Me hace falta unos vegetales.

—¿Por qué no vamos todos? ¡Es más vamos de una vez! —Me jala del brazo.

—Pero Soo Min... —Se detiene —Tengo que cambiarla... Creo que se hizo. ¡Ah ya se! —Lo miré malvada.

No entiendo las mujeres. Por qué siempre obligan hacer esto.

Soo Min estaba frente mío llevándose a la boca un dedo. Mi cara de frustración era más grande que la cabeza de mi padre.

—Ok Wonsik... Respira... A la de tres... Uno.. Dos... ¡Ouh mierda esto no puede ser posible! —Intento quitar el pañal de Soo Min. —Vaya pequeña ¿tu mamá te ha alimentado bien? —Susurro para mí mismo.

Ella parecía reír de mis caras.

—¡Estoy tan orgulloso de tu madre! —Busco el talco y las toallas húmedas.

—¡_____! ¿Dónde están las toallas húmedas?

—¡En la repisa arriba! —Observo la repisa a lado mío. Esto me pone nervioso. Si me llego a alejar Soo Min puede moverse y caer. Me entrará una depresión.

—Ok... ¡Respira idiota reacciona! ¡Es tu hija! —Vuelvo a decirme. —Escucha hermosa bebé quédate aquí no te muevas ¿ok? —Un balbuceo deja acompañado de una sonrisa. Suspiro cansado y de rápido busco las toallas sin perder de vista a Soo Min.

Una vez que las tomé me acerco nuevamente a mi pequeña.

Tardaré un año, intentando cambiarte Soo Min.

Me quejo como un adolescente en apuros. Me movía de un lado a otro intentando cambiarle el pañal.

Tomé una bocanada de aire me armo de valor y hago el trabajo de todo un padre.

[...]

Mi idea fue muy buena. Así aprenderá todo el tiempo que viví con mi Soo Min. Y que ser padre y madre no es nada fácil. Estaba viendo la televisión.

—¡_____! ¿Dónde están las toallas húmedas? —Lo escuché en el otro cuarto.

—¡En la repisa arriba! —Respondo, escucho como se quejaba cada minuto.

Me reía silenciosamente.

—Eso te pasa por hacer muchas cosas incorrectas. —Me susurro tomando una bolsa de papas fritas aún viendo la televisión.

—¿Va todo bien? —Le digo intentando no reír.

—¡Lo único que quiero es salir de aquí! —Se escuchaba como si quisiera llorar.

—JAJAJAJAJAJAJA. —Suelto una carcajada y voy hacia él.—¿Qué sucede Wonsik? ¿No puedes cambiar unos simples...

—¡Ja! No fue tan difícil como pensé. —Se burla cargando a Soo Min y aventandome el pañal en la cara.

Soo Min se rió.

—Esa es mi niña—Dice Ravi moviendo a Soo Min de un lado a otro.

—¡Esto no es gracioso idiota!

—Tranquila preciosa, sólo estaba jugando. —Ríe burlón. —Bueno ya estamos listos, es hora de ir de compras.

Lo miro sin sonrisa.

—Ya era hora. Te tardaste como una hora cambiando sólo un pañal. —Me cruzo de brazos.

[...]

—Bien abrochate el cinturón preciosa.

—Podrías dejar de decirm... —Enciende el motor y me avienta un beso.

—Dije que estás preciosa. —Volteo a un lado sonrojada y sonriendo como boba. Suspiro como una enamorada.

—¿Eso... Fue para mí cierto? —Habla manejando hacia el mercado.

—Sí tu lo dices —Ok lo admito. Aún te quiero. Mi bebé estaba conmigo agitando una sonaja.

Volteo a verlo y sostenía en sus labios una sonrisa.
Hago el mismo gesto sin que se dé cuenta.

Idiota... Te sigo amando.