Daddy Hard [Ravi]

Atrapada

Acarició mis piernas y me pegó su gran erección en mi feminidad, me sentía muy excitada.

Sus labios bajaron desde los míos hasta mi cuello, una debilidad mía.

Todo iba bien hasta que se detuvo.

—¿Me estás escuchando ___? ¡Te estoy hablando!—Abro de sorpresa mis ojos y el estaba donde ahí mismo y yo arriba de su escritorio..

¿Estaba imaginando que follaria con él? Demonios si que estoy obsesionada.

Lo observé serio y aburrido.

—Uh-uh ¿Qué? Amm si mi comportamiento... —Ahora el me miró confundido —¡Aish! ¿Sabes qué? Dime que mierda es lo que haré en lugar de mi madre—Bajé de su escritorio y me detiene del brazo.

—Pero primero tienes que conocer las oficinas e instalaciones donde tendrás que trabajar —Sonrió divertido.

—Tan sólo tu humor de profesional me hace pensar que tu novia no te lo hace bien.

—¿Qué la traes contra mí? Tienes un comportamiento de niña puberta. No debes de meterte en mi vida sexual—Se cruza de brazos y sigue sonriendo divertido.

—Yo contigo nada. Simplemente que... —Me acerqué a él peligrosamente pero tocan la puerta.

—¡Cariño ya llegué! Ábreme por favor, he preparado tu comida favorita.

Puse los ojos en blanco y gruñí entre dientes.

—No sabía que tenías visitas. —Dije y abrí la puerta.

—¡Amor! Oh tu no eres Kim... ¿Quién eres y que haces en la oficina de mi novio? —Me mira como si le hubiese quitado lo más precioso de su vida.

—Tu debes ser la que interrumpió nuestra sesión porno —Hice una cara divertida y a la vez desafiante, Ravi sólo observaba angustiado.

—¡Eso es mentira! Ella es una niña que viene a trabajar en honor a su madre, Hyuna puedes retirarte estoy tratando asuntos con ella, es mi trabajo y no tengo tiempo para ti, si me disculpas. —Se acerca a nosotras y le cierra la puerta en su cara.

—Okay cariño entonces te espero en la cafetería... —Dijo detrás de la puerta creando un canto con las palabras.

—Que estresante ¿Cómo es que la soportas? —Dije sarcástica.

—Ni yo tengo idea, mi padre quiere que me case con ella para no echar a perder la empresa —Se echa a reír y yo lo miro... Es tan hermoso incluso cuando habla sinceramente. Sonreí por su bella acción hasta que deje de hacerlo cuando las palabras de él vinieron a mi mente '' Mi padre quiere que me case con ella para no echar a perder la empresa''

—Mmm bueno ¿en qué estábamos?—Dije para cambiar al tema y se acerca a la puerta.

—Ya se fue Hyuna... Bien te mostraré las instalaciones.—Salimos por la puerta.

Subimos otro piso en el elevador.

Estuvimos callados durante un rato pero mi mente decía muchas cosas... Por ejemplo comérmelo a besos aquí mismo en el elevador.

—Y dime, ¿qué edad tienes ____?

—¿Ah? Mmm tengo 17 años. —Sorprendido voltea a verme.

—Oh... Bueno no estás tan 'Niña' que digamos. —Su manera de decírmelo me provoca espasmos y con su gruesa voz hacia que mi piel se erizara.

—Ahora suenas como un pedófilo —Reí y acaricié mi cabello.

Él iba a decir algo pero el elevador se detuvo. Salí y el avanzó detrás de mí.

—Bien aquí es la oficina de mi padre, aquí vendrás de vez en cuando para entregar unos papeleos y documentos de gran importancia.

Caminamos por el pasillo y siguió hablando.

—Está es la sala de secretarios de la empresa, aquí también pasarás. ¡Oh! Y por acá... —Subimos otro bendito piso —Está la oficina de tu madre está algo lejos de la mía pero sólo son dos pisos la diferencia. —Puse los ojos en blanco notando su mal sarcasmo. —Acá está la sala de conferencias y juntas, y más hacia delante está el salón de fiestas de la que estuvimos.

[...]

Fueron como dos horas de enseñarme toda la santa empresa. Hasta el momento que subimos otros pisos y me llamó la atención una instalación.

Mientras el caminó más adelante yo me quedé atrás mirando con curiosidad el espacio. La puerta estaba entre abierta y más la curiosidad me ganaba, al abrirla más miré que era como un estudio o más bien un salón de baile donde estaba rodeado enfrente de espejos. Entré.

Miré otro lado y había otra puerta donde había una ventana de cristal y dejaba verse micrófonos y unas cuantas bocinas, este si era un estudio.

¿Ravi canta? Y eso no es lo mejor... ¿También baila? ¿¡QUÉ?!

—¿Te diviertes? —La voz de Ravi hizo que me sobresaltara.

—¡Imbécil! ¡Me asustaste!—Toco mi pecho y voltee a mirarle.

—No tienes por qué estar aquí. —Dijo tomando un control de mano, apretó uno de los  botones y se abrió algo arriba.

—Uy perdón... pero que... —Miré nuevamente arriba y lo que vi me sorprendió.

¡¿Un tubo!? ¡¿Él baila tubo?! ¡No pienses estupideces!

El tubo bajó por completo dejando ver un gran brillo laminado.
Dirigí mi vista hacia Ravi y vi que estaba de espaldas mirando hacia la puerta.

La cerró con llave. Me quedé atónita ante su acción. Volteó a verme.

—Báilame.

[...]