Lo siento Bakugo-kun

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―¿Aló?  ¿Uraraka? ―

―¡KIRISHIMA-KUN! ―Chilló histérica ―¡Dime por favor que Bakugo-kun fue para allá!  ―

―¡No! ¡Se quitó el controlador! ¿¡Qué pasó!? ―

Uraraka sintió que el suelo se le abría,  por eso se detuvo, respirando más que agitada, llevaba casi treinta minutos buscando a Bakugo sin descanso.

―Bakugo-kun... Bakugo-kun se me confesó ―

Logró articular,  con las mejilas rojas.

―Creo ―

―¿Cómo que crees?  ―

―¡Hubo viento!, no escuché muy bien.. creí que me equivoqué, entré en pánico y huí, ¡Ahh! ¡Dios! ¿¡Dónde se metió!? ―

Kirishima se guardó todo lo que quiso decir, cargando un suspiro más que ahogado en sus labios.

―Ahora mismo, eres la que más le conoce, ¿Dónde crees que iría sí tiene el corazón roto? ―

―...¿Entonces no me equivoqué?  ¡Oh mi dios! ―Uraraka sintió las piernaa fallar y un ahogado sollozo se le escapó de los labios.  Era su oportunidad para ser feliz y la arruinó,  cómo siempre.

Además,  había herido a Bakugo por culpa de eso.

―Seguiré buscando a Bakugo-kun ―

―Aizawa-sensei ya fue a buscarlos,  sí lo encuentras avisame, por favor ―

―No lo dudes, gracias Kirishima-kun ―

Uraraka cortó,  golpeando sus mejillas para despabilar y no llorar,  ¡No era momento!. Bakugo estaba mal, y era claramente su culpa, claramente ella la jodió y dañó no sólo a una persona realmente importante en su vida, también dañó a quién amaba, a quién anhelaba con toda su alma. Lo encontraría,  lo traería de vuelta y jamás lo dejaría ir, nunca.

―――

Oh ~ ¡Aquí viene! ¡Aquí viene! ―

―Tranquilizate Toga, debes seguir el plan ―

Dabi regañó a su compañera,  empujando su cabeza al estar tan cerca de él en la pantalla del celular que ocupaban para vigilar a Bakugo, sólo habían estado esperando, esperando que la maldición que le habían puesto lo destruyera por completo, justo cómo ese momento, dónde lo vieron caer al suelo.

―Bakugo-kun... Lo siento, ¿Sí? , antes cometí un error, yo estoy enamorada de ti, muy enamorada ―

Bakugo se dejó guiar por Uraraka, sosteniendo su mano, caminando en medio  de la oscuridad que no dejaba de consumirlo, ya había caído. 

El poder de dar fin. 『Kacchako』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora