Amigos

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"Bakugo"

"¡Bakugo-kun!"

"K-Kacchan"

"Blasty"

"Katsuki"

Despertó al ver como su madre era destrozada por una explosión, la pesadilla se había vuelto recurrente,  cada vez que cerraba sus ojos alguien moría frente a sus ojos, la primera vez fue Deku, quién fue atravesado por una mano de lado a lado, luego siguió Kirishima, quién le fue aplastada la cabeza con un pie de un Nomu, el tercero fue Todoroki, quién fue corroido por Tomura y finalmente fue ella, Uraraka Ochako, quién era asesinada por sus manos alrededor de su cuello hasta que el aire dejaba de ingresar a los pulmones de la chica.

Se golpeó el rostro con fuerza,  frustrado, con el ceño fruncido esperando así salir completamente de esa maldita pesadilla,  porque él sería un héroe,  no iba a matar a nadie, ¡Quisiera quién quisiera jamás sería un maldito villano!.

Y bueno, necesitaba ir al baño. Se puso de pie para ir por sus zapatos,  ni siquiera buscó un abrigo; el frío le ayudaba a calmarse y también le ayudaba a no producir sudor así que las explosiones eataban mucho más controladas en ese aspecto, de todas formas no importaba mucho, era ir a mear y luego buscar un puto jugo de naranja porque le había dado sed, si, fue allí por el jugo, no para ver si alguien estaba despierto y en la sala común de los dormitorios.

Bien, obtuvo el jugo, pero no había nadie, quizás un poco decepcionado dio la vuelta para volver a su habitación,  incluso el mal nacido de Mineta le hubiera servido para quitarse el mal sabor de la garganta, pero no había nadie y... ¿Por qué no quedarse leyendo un libro que siempre dejaba Yaoyorozu?.

Se agachó y buscó entre los que estaban bajo la mesa de centro, sonriendo sin querer cuando encontró el mismo libro de alpinismo que antes había leído,  pensaba seguir en eso cuando una voz llamando su nombre le detuvo y le obligó a voltear para mirar, porque la muy maldita estaba justo a su espalda.

—Uraraka —

Casi con odio en su voz habló,  pero esa maldita tipa no dejaba de sonreír como siempre lo hacía, decidió dejar el libro dónde estaba, no pensaba leer con ella presente.

—¿Eh? ¿No vas a leerlo? Parecía que estabas muy feliz por encontrarlo. —

¿¡Qué acaba de decir!?.

—¿¡Ah!? ¿De qué mierda estas hablando?, ¿Te jodiste la puta cabeza de juntarte tanto con Deku?.

No, él no estaba avergonzado.

—¡No digas eso!, oh vamos,  tener intereses no es vergonzoso. —

—¿Cómo el tuyo de espiar a los demás? —

—¡N-No te estaba espiando! Vine por una bebida —

—Cómo si me importara las mierdas que haces —

Aunque quizás si lo hacían un poquito, pero primero se muerde la lengua y se desangra antes de aceptar eso.

—Mh~ Aunque yo creí que ya éramos suficientemente cercanos para que me llamaras por mi nombre, "Ka-tsu-ki-kun" —

¿Creen que hay algo mas rojo que el cabello de Todoroki? Pues si que lo hay, la cara de Bakugo en ese momento.

Y cómo dice el dicho, y para poner un poco más de suspenso a esta historia cliché,  el chico fue salvado por la campana, la campana llamada Kirishima Eijiro.

—¡Blasty! ¡Uraraka! ¿Qué hacen...¿Blasty? ¿Estás bien? ¿Te resfriaste? ¿Tienes fiebre? ¡Debió ser por la lluvia del otro dia! —

Kirishima había corrido directamente donde Bakugo para tocarle la frente,  haciendo que el susodicho le golpeara ligetamente la mano para alejarla de su frente, murmurando un "ya cállate imbécil,  estoy bien" entre líneas,  pues se estaba cubriendo parte del rostro con su brazo.

Y por primera vez Bakugo había huido de algún lugar sin mostrar una molestia tan clara, sólo un rostro totalmente avergonzado.

—Ah~ creo que lo arruiné, ¿Puedo saber qué pasaba? —

Preguntó Kirishima al sentarse en uno de los sillones, sonriendo mientras suspiraba con cansancio,  eso era exactamente su plan, unir a todos los chicos y chicas con su Blasty,  y sin querer lo había arruinado.

—¿Hm? ¿Eso? Sólo me burlaba un poquito de Bakugo-kun —

Uraraka sonrió como siempre,  con esa sonrisa angelical que sólo ella poseía,  y por primera vez Kirishima sintió el temor hacía una chica y sus planes malévolos,  quizás no debió intentar unirlos.

—¿..Y cómo? —

—¿Cómo?  Eso es un "se-cre-to" —

Uraraka movió su dedo de lado a lado negandole saber cómo lo había logrado, porque principalmente era su carta de triunfo, también era quizás su placer culpable, y no le gustaría que todos estuvieran llamando a Bakugo por su nombre, porque ella quería ser especial, aunque fuera un poquito.

Por otro lado Bakugo había destrozado la pobre almohada de tanto golpearla, el rojo de su rostro no se iba, era imposible mantenerse tranquilo, no después de ese desliz que tuvo su lengua, no siquiera recordaba decirlo. En realidad no le avegonzaba decir su nombre, era un puto nombre, lo que le había avergonzado totalmente fue el hecho de no poder salvarla después de hablar tan altaneramente.

El único que no pertenecía a esa discordia, Midoriya, veía escondido detrás de un pilar la escena, con una sonrisa bastante amplia en sus labios, ¡Estaba muy feliz que por fin Kacchan tuviera mas amigos!.

Todoroki que había pasado con Midoriya y estaba siendo obligado a esconderse detras del mismo pilar solo podía mantener sus ojos cerrados,  sabiendo que allí había algo mas que solo un par de "amigos", a sus ojos veía algo parecido a una dueña entrenando a su mascota, aunque la idea le hizo sonreír en ese momento.

El poder de dar fin. 『Kacchako』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora