Capítulo 18

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Las últimas semanas me he mantenido distante del equipo, con la intención de que Memphis no se percatara del engaño. No tengo como toparme con ella, y de alguna forma me he hecho dependiente de esa cercanía. Quiero verla, y no sé el porque. Ya no trabaja en el local de Kenny, y eso es cien por ciento mi culpa. No está en su departamento, y aunque sea innecesario vigilarla sigo haciéndolo, no he tenido el jodido valor para llamarla. Me tiene el borde de la locura. Nunca pensé y asemeje el hecho de llegar a depender de la presencia de una mujer, ni menos la de una completa niña inocente. Como es que aún no se percata de quién soy. Como es que no sospecha nada en lo absoluto. Porque tiene tanta confianza en alguien como yo, en alguien que la ha lastimado tanto como yo. No quiero hacerle más daño y tampoco quiero que tenga la esperanza de poder llevar a tener algo conmigo y esa quizás la razón que tengo para no llamarla. Aunque quiero hacerlo y he llegado hasta a pensar que necesito hacerlo, dependo de ello.

MEMPHIS'S POV.

Observalo atentamente antes de entrar. Repetía una y otra vez en mi cerebro las palabras de Liam. Este era el plan, y ya era lo suficientemente tarde para negarme. Estoy aquí, ahora y en este preciso instante. Estoy nerviosa y por otro lado también impaciente, hoy se abriría un camino de luz ante mis ojos, ya no seguiría creyendo una mentira y sólo, y más que nada ahora, viviré en una verdad, que en unos cuantos minutos más se sabrá si es feliz o triste.

Los chicos me dijeron que fuera del plan no podía mantener ningún contacto con mi verdadera familia, y si es que alguno de ellos me llamaba tenía que avisar enseguida que es lo que ellos habían mencionado. Es triste saber esto, es triste saber que viví en una mentira, y se que fue para protegerme de alguna manera de lo que me ocurrió más menos hace un mes, cuando conocí a Liam y a los demás y pude hacerme llamar parte de la SDA.

- ¿Quién es? - dijo una voz ronca en respuesta a los golpes de la puerta.

- Señor, una chica aquí pregunta por usted. ¿La dejo pasar? - respondió la secretaria.

- ¿Puede decirme el nombre de la chica? - la señora se da la vuelta y se dirige a mí.

- Cielo, ¿Cuál es tu nombre?

- Memphis, Memphis Lawrence - fue en ese momento que la secretaria frunció el ceño con extrañeza y la puerta se abrió de golpe dejándome ver a un hombre alto, de más menos de metro noventa, vestido de traje negro, acompañado de una camisa blanca y corbata azul marino. Demostraba unos ciencuenta años y lo que más me llamo la atención fueron sus ojos azules grisáceo, como los míos, tal y como son los míos.

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Dedicado a: @LadyEdnahorxnStyles

Siete Secretos De Un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora