Un minuto llevaba montada en el auto de Harry, jugaba con los dedos de mis manos apoyados en mi regazo, muy bien, pasamos por fuera de mi colegio, quedaba menos.
Quizá la demencia se me subió por los chorros.
- School of Cambridge - pronunció suavemente Harry -. ¿En qué colegio vas?
- En un instituto a una hora de aquí - traté de sonar pasiva y calmada para que no notara mi mentira. Me miró soslayo y rió entre dientes.
- Memphis, no es necesario mentir - dijo doblando a la izquierda, donde se supone que estaría mi departamento.
- ¿A qué te refieres? - no sabía cómo es que Harry supo que mentía, quizá fui muy obvia, no lo sé.
Me miró pausadamente como si estuviera estudiando todas mis facciones, me quedé mirando sus ojos color verde, eran imnotizantes, sus labios, era como si encajaran a la perfección con su rostro, como si cada pieza estuviera hecha perfecta a su medida. Parpadeé al escuchar su risita burlándose de mí.
- ¿Puedo pasar a tu baño? - me preguntó desprevenida, levanté una ceja.
- Claro - dije en tono a pregunta. Se bajó del auto rodeándolo y abriendo mi puerta -. No era necesario - admití bajándome del auto de Harry y caminando por la acera directo al lobby del departamento.
- ¿En qué piso vives? - preguntó pulsando el ascensor.
- En el nueve - dije sonriente, me aterrorizaba la idea de que Harry estuviera en el mismo salón que yo, aunque sólo me había pedido pasar al baño... en la misma sala... en la noche... y a solas -. ¿Vives muy lejos? - le pregunté abriendo la puerta principal del departamento.
- No - respondió -. Vivo con unos amigos.
- ¿Con el chico rubio? - pregunté con interés.
- Niall - me corrigió.
Cambié de tema al seco, a veces era tan arrogante, como hablaba tan posesivamente y eso que sólo he hablado con él muy poco.
- ¿Y tu familia?, ¿Por qué no vives con ellos? - le pregunté curiosa.
- Tú tienes dieciséis y tampoco lo haces.
Hice una mueca, de todos modos tenía razón.
- El baño está dentro de mi habitación, el fondo a la izquierda - dije indicando con mis manos.
Asintió. Me senté en el sofá y encendí la televisión, más noticias sobre el gobierno mostraban en la tele, las noticias me ponían aburrida, no entendía nada sobre el gobierno, cambié de canal dejando una película de terror, un asesino que descuartizaba a víctimas dejando sus cuerpos entre las paredes de su propia casa, nada interesante, película que ya había visto, cambié de canal dejando una película de acción, prefiero eso a una película de un asesino y secuestrador en serie.
¡Harry!, no creo que haya tenido problemas estomacales o que se haya quedado atrapado en el baño. Me dirigí a mi pieza forzando para abrirla y me encontré con Harry parado delante de mi cómoda.
- ¡Qué haces entre mis cosas! ¡Deja de ver mis sujetadores! - dije alterada caminando hacia él, se dio la vuelta sujetando una caja en sus manos y su ceño fruncido.
- ¿Por qué tienes una caja completa condones? - preguntó lacónico.
Me lancé a reír, ¡Joder que imbécil!
- ¿Por qué te ríes?, no es gracioso, Memphis - me dijo a la defensiva.
Me calmé -. Oye, eso me lo dio Pascale, mi mejor amiga - volví a reír y luego de un corto plazo suspiré -, Ahora, ¿Qué hacías entre mis cosas?
Pero entre más segundos pasaban él estaba más cerca de mí, retrocedí unos pasos topándome con la salida de la puerta, su mirada me ponía nerviosa, los latidos de mi corazón subían y bajaban pero cuando sus labios estaban a milímetros de los míos retrocedí.
Apagué las luces del corredor y me aseguré que todo estuviera cerrado, me metí bajo las sábanas y suspiré, mis suspiros eran más repetitivos estos días, pero no sé si será por el cansancio del nuevo horario o porque cada hora que pasa me recuerda a Harry.
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Siete Secretos De Un Asesino
Novela JuvenilMemphis Lawrence. Liam Payne, Zayn Malik y Harry Styles son un equipo. Memphis es la hija del político más importante del país, lo que ella no sabe es que pertenece a su familia ni menos que es su hija. Ella vive cerca de su mejor amiga Pascale Edwa...