Siete Secretos De Un Asesino

Capítulo 28

Harry

Nunca había sentido esto antes, ni siquiera cuando a penas era un capullo de quince años. Me es indiferente, ¿La considero algo propio? ¿Le tendré envidia a ese sujeto?

- Oye tú - le dije a la fémina que se encontraba en el asiento copiloto.

Ella de inmediato se giró sobre el asiento y correspondió a mi "oye tú" pero con un comentario nada agradable para Harry Styles.

Entrecerró sus ojos - ¿Qué quieres, Styles?

- No me hables así y ahora respóndeme, ¿Qué es eso cuando uno siente..., envidia sobre... No, no es envidia...

Dejé una mano sobre el volante y la otra la llevé a mi nuca rascándola confuso.

- ¿Qué?

Le eché una mirada obvia.

- Eso como envidia pero del otro sexo.

- ¿Celos? - preguntó como si esto consistiera en tirar palabras al azar -, espera... ¿Harry Styles siente celos? - se hechó a reír a carcajadas y yo presioné aún más el acelerador -, Okey ya, no te despabiles.

- Entonces no me trates así, Emily.

Sentí su mirada sobre mi.

- Cuenta ya, ¿Cómo se llama?

Fruncí el entrecejo - ¿Cómo se llama qué? ¿Memphis?

Alzó las cejas - ¿Memphis? ¿Te estás ligando a una chica de primero?

- Ella va a pasar a su primer año de universidad en menos de cuatro meses.

- Por eso lo dije, genio. Espera... O sea que no lo estás negando.
Le dejé la palabra en la boca.
Pero... Celos es un sentimiento que tiene una persona cuando cree que la persona que quiere siente amor o cariño por otra, o cuando siente que otra persona prefiere a una tercera en lugar de ésta. Pero yo no sentía celos, porque eso es ridículo, ¿O no?

- Espérate...-dijo Emily sacándome de mis inútiles pensamientos - ¿Me diste la mano para celar a Memphis tú también? - preguntó ingenua.

- Me sorprende que una persona como tu, con tantos problemas presentes en su vida no haya cambiado ni siquiera un poco.

Ella cruzó sus brazos y me miró ofendida - Claro que he cambiado. Sólo que contigo sigo siendo una pequeña de siete años.

- Con mayor razón, conmigo deberías ser con quien mas diferencia trates.

Empezó a jugar con los dedos de sus manos mirando tras la ventana, tal y como Memphis lo hacía.

- Eso paso hace mucho tiempo, Harry. Y no quiero hablar de eso.

El largo trayecto hacia Holmes Chapel me dio tiempo para pensar. Mis errores, si mi madre supiera todo estaría muy decepcionada de mi. Pero lo que más quiero para ella en estos momentos es que descance.

- Mamá - me senté en la silla que se encontraba al lado de su cama - Despierta...

Lentamente empezó a abrir sus ojos.

- Mamá...

- Harry - susurró entusiasta, se llevó mi mano a sus labios y me dio un suave beso.

- Estoy aquí mamá, y no hay nada que temer.

Pero que ironía. Si muchas víctimas se encontraran aquí conmigo, si habría que temer.

- Oh, mi amor, estoy mucho mejor que la última vez que me viniste a ver - sonrió dulce.

- Lo siento, por no haber venido cuando más lo necesitabas.

- No seas ridículo, olvidémonos de esto por un rato. Ahora cuéntame como va tu vida por allá - Dijo mientras se acomodaba en el respaldo de la cama.

- Estoy con unos nuevos proyectos tales como de vida y de trabajo.

Y era verdad.

- Te noto triste, cariño ¿Qué pasa?

- Me pongo así por todo esto.

Qué cursilerías. Pero puta madre que era verdad.

- Hijo...

- Mamá, lo siento, no me quiero mostrar débil ante ti. Lo que más tengo que hacer es darte el ejemplo de un hijo fuerte.

- Y lo eres.

- Lo sé, pero por más que quiera contigo me pongo así, mierda.

- Me recuperaré, te lo aseguro. No he abandonado las quimioterapia, pero... Estoy mejor, cariño - me dedicó una linda sonrisa -, venga - me estiró los brazos y correspondí a su abrazo.

Escuchamos unas risas desde afuera. Mamá me miró ceñuda - ¿Quién está abajo? ¿Trajiste a una chica?

- No, mamá. Es Emily, aproveché de traerla porque quería verlas.

- Oh, que dulce de su parte. No quiero que me vea postrada en esta cama, ahora, ayúdame a levantarme.

- ¿Qué? ¿Estás loca? ¡Es tu sobrina! ¿A que le temes?

- No Harry, no es eso. Pero tengo que caminar un poco. No estoy inválida. Y te dije que estaba mucho mejor.

- ¡Tienes cáncer terminal, mamá!. Lamento decirlo así pero es la verdad.

Su mirada cambió. Sus ojos se cristalizaron.

- No es terminal, Harold.

Perfecto, logré que mi madre se enojara conmigo. Si seré el idiota más grande del mundo.

Hace pocas semanas había arrendado un departamento en un edificio muy lujoso en el centro de Londres. Muchas veces salía a caminar y me topaba con Memphis, lo divertido del asunto es que ella no se daba cuenta que estaba cerca. Y no sé porqué la seguía, me interesaba de alguna forma u otra estar cerca de ella. Y ni sé cual es mi motivo de eso, pero hasta podría decir que la extraño. Cuando me topé con ella en la oficina de Liam, o incluso en otros rincones del SDA pude notar lo fría que se mostraba, había cambiado, y para mal, y todo por culpa mía ¿Lo sentía? ¿Alguna vez me había arrepentido de lo que había provocado luego de actuar como un maniático y hacerle efectos secundarios a mis víctimas? Jamás. Y no tengo la menor idea porque con ella tenía que ser diferente, maldita sea. Le habíamos quitado a un amigo, lo cual le dolió mucho. Y quizás le rompí el corazón, porque podría apostar todas mis malditas armas a que le gustaba, se le notaba, y mucho.

Venga, cuando hace unos días entré a la oficina de Liam pude notar en sus ojos grisáceos lo adolorida que se sentía conmigo. Su timidez se había esfumado por completo pero no por eso podría ocultar lo que a través de sus ojos demostraba.

Liam me dijo que ella le había pedido el dinero que le correspondía, porque como todos nosotros aquí "unos jodidos cerdos" ella también era parte del equipo. Pero lo que ella no sabe es el motivo del porqué nosotros hacemos lo que hacemos, o al menos lo insinúa, pero no por completo. Es la primera chica que participaba en el SDA y si era tan parte del SDA como ella lo decía tenía que cumplir con las cifras de la abreviación, pero tenía más que asumido que el marica de Zayn no le iba dejar hacerlo, y también dudaba que ella fuese capáz de eso, aunque por lo ocurrido cuando le conté mi secreto también creía en la posibilidad de que fuese posible de ello.