Siete Secretos De Un Asesino

Capítulo 3

Terminé de hacer los deberes para el colegio, tomé unas toallas y mi ropa para ir a la ducha - hoy sería un día largo - me dije a mi misma, estaba cansada, y hace tiempo que no dormía las horas suficientes que uno generalmente necesita para dormir, y debía concentrarme más en los estudios, últimamente me iba mal.

Me metí a la ducha sintiéndome relajada y asfixiada por el vapor del agua caliente, me dejé relajar por varios minutos antes de salir. Envolví mi cuerpo en una toalla y me cepillé el cabello, me vestí y salí del baño. Tomé la barra depiladora y la pasé por mis piernas, me acosté boca arriba en la cama y dejé escapar un suspiro pesado, me vestí - perfecto - faltaban veinte minutos para que la hora de trabajo empezara y ni el culo tenía fuera de mi casa.

Me paré disgustada de la cama y arreglé mi bolso, tomé las llaves del departamento y salí, me subí al ascensor y pulsé el botón 1, pero las puertas abrieron en el piso 5.

- ¿Zayn? - pregunté sorprendida, se dio la vuelta y se subió los lentes.

- Memphis - dijo con una sonrisa coqueta -. Iba a visitarte... - pausó -. Pensé que Pascale estaría contigo, hoy he ido a su departamento y no me abrió, no me contestó ni una llamada.

Levanté una ceja -. ¿Y por qué estabas en el piso cinco? - pregunté desconfiada.

- El otro ascensor estaba malo, y en el que vamos ahora nunca llegaba, decidí tomar las escaleras y tenme aquí - subió y bajo los hombros.

- Ah - fue lo único que dije -. ¿Y donde irás ahora?, ya que no sabes dónde está Pascale.

- No lo sé, quizá estaba durmiendo y no contesto el móvil - respondió -. De todas formas tengo hambre - dijo tocando su estomago -. ¿A dónde te dirigías tú ahora?

- Kenny cambió mi horario - respondí -. Ahora sábado y domingo son en la mañana, los días de semana como siempre, a partir de las seis y media, hasta las diez de la noche.

- ¿Un poco peligroso irse en la noche, no? - preguntó cuando el ascensor paró dejándonos salir.

- Sí, no es de fiar irse de noche en un taxi con un extraño cuando no anda nadie por la calle, el otro día me vine sola y tuve la sensación de que alguien me seguía - confesé.

- Oh - dijo el -. Hay que tener cuidado, uno nunca sabe lo que puede ocurrir - me miró a los ojos -. Memphis, no se puede confiar en nadie - hiso una mueca -. En los días de hoy uno puede toparse con cualquier criminal.

- Zayn no seas exagerado - contesté -. Sabría a quién acercarme o no. Ahora me tengo que ir - hice una mueca, empujé las puertas principales del lobby -. Llegaré tarde al trabajo.

- Te llevaré - se ofreció -. Así puedo desayunar, no he comido nada y muero de hambre.

- ¿Comerás solo? - pregunté -. Te podría hacer compañía, claro, si Kenny me deja.

- Demás que te deja - dijo abriendo su auto -. Es un poco obvio que se babea por ti.

Lo miré disgustada y me subí al asiento de acompañante -. No lo creo - dije ya dentro aguantando la risa.

- Lo demuestra, te apuesto 10 euros a que te deja a la primera vez que le preguntes - el coche se puso en marcha -. Si no - continuó -. A la segunda serán solo 4 euros.

- ¿Sí no me deja? - pregunté aburrida mirándo mis uñas.

- Tu me pagarás siete euros - contestó.

- Trato hecho - confirmé, era inútil si no lo aceptaba, era muy probable que Kenny asintiera.

- Me debes 10 euros - dije dejando la bandeja frente a Zayn mirándole con la sonrisa más grande de la historia.