Capítulo 2

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Una vez que el doctor salió de la habitación, Benjamin se sentó junto a la cama donde la paciente seguía inconsciente, y se puso a pensar. Esa muchachita lo hacía remontarse a aquel tiempo en el que Benjamin iba a la escuela en Fujisawa, Japón, donde había nacido; no entendía por qué, ya que de aquel tiempo no recordaba otra cosa que no fuera el equipo de fútbol de la escuela, los partidos que ganaron, la única vez que perdieron, la vez que se juntaron con la escuela rival para ganar un campeonato nacional, sus compañeros, sus rivales... pero nada más. O mejor dicho: recordaba una cosa más, pero ésta trataba de olvidarla continuamente. Su oficio de portero lo obligaba a que se olvide de todo y a que se concentre en cada partido, pero esos partidos sólo lograban que él vuelva a recordar lo que quería olvidar; eso no evitaba que en todos los juegos diese lo mejor que tenía, aunque a veces, al salir de los vestuarios, se lo veía melancólico y pensativo. Aun así, él sabía cómo disfrutar los partidos con sus compañeros, y le gustaba recordar que el que le había enseñado a divertirse jugando había sido primero su rival y luego uno de sus mejores amigos. Pero cada vez que se acordaba de la final del campeonato nacional, la que había ganado con sus amigos cuando tenía doce años, lo llevaba a recordar también su repentino viaje hacia Alemania, y una despedida que formaba parte de lo que deseaba con alma y vida olvidar. Luego de eso, él había ingresado a la división inferior del equipo de Hamburgo gracias a su entrenador Ferdinand Marshall, un ex-portero de la selección japonesa que se había retirado como el mejor portero que había tenido Japón, y que se dedicó a entrenar a Benjamin desde que éste era pequeño, para que sea el mejor portero del mundo y logre lo que Ferdinand no pudo lograr.

Benjaminle decía "Fredie" a su entrenador, y él, a su vez, lo llamaba como le decíansus padres: Benji. Cuando Benji iba a cumplir doce años, sus padres se fueron aLondres por causas que él desconocía; y como Fredie no podía ir a Londres,Benji decidió quedarse con él en Japón. Fredie lo convirtió en el mejor arquerode Japón cuando Benji tenía diez años. De los siete años en adelante, todo elmundo lo llamaba "Benji"; salvo alguien, una amistad preferencial de Benji, quele decía "Ben". Esa amistad no le podía caer mejor a Benji, así que el cortodiminutivo también fue aceptado, aunque nadie más le decía "Ben". Aunque habíansido tiempos muy alegres, ahora Benji no quería recordarlos; por eso, al llegara Hamburgo, se presentó como Benji. Sus compañeros de Alemania, aun en laprimera división (ya siendo profesionales) lo llamaban así. Y así lo preferíaBenji.    

El Brillo de Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora