Capítulo 7

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Unas horas más tarde, Benji y Yuki se ponían a jugar damas y ajedrez. Por supuesto, Benji llevaba dos partidas ganadas y Yuki cero, pero esta última, Yuki estaba a punto de cambiar el resultado. Finalmente, Benji logró terminar la partida ganando nuevamente, para desilusión de Yuki.

_Benji, no soy muy buena jugando a estos juegos, al menos no todavía. ¿Y si hacemos a otra cosa?

_ ¿Otra cosa? ¿Cómo qué? _Benji ya se veía venir la respuesta de Yuki, así que ya se encaminaba hacia su habitación.

_Y... no lo sé... _Benji la miraba como diciendo: "Vamos, dilo, que de todas formas, ya lo sé" _. Quisiera oírte en el piano_ "¿De veras? ¡Yuki, ve al grano, y más rápido iré al arco!" pensó Benji_, ya que aún no tocaste, y quisiera... Sé que es un poco molesto hacer en casa lo mismo que en el trabajo, y entiendo si me dices que no... ¿Vamos a jugar fútbol? _la sonrisa de ángel que mostraba Yuki para intentar convencer a Benji fue más fuerte que cualquier motivación en contra de jugar fuera de un estadio profesional o un campo de entrenamiento, así que Benji fue a buscar su propio material deportivo, y le dijo a Yuki:

_Bueno... Si eso te hace feliz...

_ ¡Sííí! _celebró Yuki, volando hacia la habitación de visitas, también en busca de sus cosas.

Una vez que tomaron y guardaron lo que necesitaban para ir a jugar, se pusieron en camino para buscar un lugar espacioso con un arco, ya que el patio y el jardín de Benji no eran aptos para jugar fútbol en ellos. Benji condujo a Yuki hacia una cancha pequeña, pero estaban ambos arcos ocupados por unos pequeños alemanes que jugaban un partido entre ellos. Fue entonces cuando Yuki divisó un pequeño sitio verde, con algunos árboles y muy poca gente.

_Benji, entiendo que quieras jugar en una cancha de veras, pero, ¿Te parece mala idea que vayamos a jugar a ese pequeño parque? Podríamos usar dos árboles como un arco.

_Está bien... supongo. Creo que prefiero un arco más grande que el de esta canchita, pero, no se me ocurría otro lugar en donde jugar.

Entonces, Yuki y Benji se dirigieron hacia el bosque miniatura, y se instalaron en un pequeño claro que tenía dos árboles alineados y muy separados: había como cinco metros de distancia entre ambos árboles. Usaron esos árboles como un arco, y el espacio vacío y cubierto de pasto les sirvió de cancha. Benji se situó entre los árboles y comenzó a ponerse sus guantes. Yuki tomó su Fevernova, y se situó s cierta distancia del arco.

_ ¿Veinticinco? _le preguntó a Yuki, cuando iba poniéndose el último guante.

_ ¿Qué es eso? _contestó ella, mirando extrañada a Price.

_Es un juego: debes anotarle al arquero y conseguir veinticinco puntos. Depende del tiro que hagas y de cómo sea el gol, obtendrás cierta cantidad de puntos. En realidad, se juega de a tres, como mínimo. Pero sólo porque somos dos los que jugamos, cambiaré un poco las reglas. Bueno, si haces fuera en los costados del arco, atajas. Si toca al palo o al arquero, te salvas: no atajas. Si la levantas en el aire y comienzas a jugar con la pelota sin tocar el suelo, y luego tiras y anotas, ese gol te dará la misma cantidad de puntos que las veces que levantaste la pelota en el aire, ya sea con los pies, las rodillas o la cabeza. Esto no cuenta si en medio del control aéreo la pelota cae al suelo: ahí vuelve a valer un tiro normal el gol que vayas a hacer. Si anotas de taco, obtendrás cinco puntos. Si lo haces de túnel, tendrás dos. Si logras anotar cabeceando, tendrás diez puntos. Si pasas un pie por detrás del otro (rabona), y con el pie de atrás tiras y anotas, serán cinco puntos. Y si se da la ocasión, y logras hacer bien el tiro, y logras anotarme de chilena (cosa de la que dudo) _Benji rio por lo bajo_, habrás cumplido con los veinticinco puntos de una sola patada. No importa si te pasas de veinticinco puntos: con que los alcances basta. ¿Entendiste bien todo?

_Supongo que sí_ el rostro de desconcierto de Yuki decía totalmente lo contrario.

_Bueno, juguemos, y mientras juegas te diré si lo haces bien_ la arregló Benji, y se sonó los dedos de ambas manos.

Yuki tiró, dio en el palo, y se fue. Benji trajo la pelota de regreso, y se la pasó a Yuki. Y desde entonces, por más que ella intentase anotar, o él la atrapaba, o daba en el palo, o él la tocaba y se iba afuera. Hasta que Yuki se cansó, y la tiró deliberadamente afuera. Benji sonrió, le dejó el arco a Yuki, y fue a buscar la pelota para tirar, creyendo que anotaría fácilmente en todos sus tiros. Pero no: Yuki tenía tanta agilidad y reflejos como Benji, sólo que tenía un poco menos de técnica. Y no había forma de anotarle desde fuera del "área grande", tal y como lo hacía Benji desde los diez años.

_Ahora sí te creo que podrías haber sido futbolista profesional_ dijo Benji, luego de que Yuki le atajara un fuerte tiro al ángulo.

_Yo te lo dije: sentía que yo era una gran portera_ rio Yuki.

_Bueno, ya me estoy hartando. Te regalaré los veinticinco puntos _dijo Benji, sacándola_, si es que logras apuntarle bien al arco.

_Por mí, no hay problema; mientras yo gane..._contestó Yuki, llevándose la pelota hacia fuera del "área grande" hecha de pequeñas piedritas que rodeaban el "arco".

Benji demostró ser una persona de palabra: se dejó anotar de todas formas, salvo de caño (porque estaba normalmente derechito en el medio de los palos) y de chilena (porque Yuki no había hecho ese tiro). Yuki llevaba veinticuatro puntos ya, hasta que pateó, y la pelota dio en el "palo superior" (una de las ramas de los árboles), yendo como un centro alto hacia donde estaba Yuki. Entonces, una idea cruzó por la mente de ella, y saltó de espaldas al arco, elevando sus pies. Benji, sorprendido, sintió que esos segundos pasaban en cámara lenta; lo mismo sintió Yuki al verse patear la pelota en el aire con una chilena. Al fin, Yuki sintió que caía, y dio con la espalda en el suelo. Ni bien Benji vio volar la pelota por encima de los árboles, corrió a auxiliar a Yuki.

_Estoy bien, Benji _le dijo Yuki, cuando él la levantó, preocupado por los posibles daños de la caída_. No me hice nada. Gracias por levantarme, pero, ¿Y mi pelota?

_Quédate aquí_ dijo Benji, y salió corriendo a buscar la pelota de Yuki. Y ella, luego de unos segundos, fue tras él.

Benji buscó la pelota por todos lados, pero ésta seguía sin aparecer. Justo cuando comenzó a creer que alguien se la había llevado, vio la Fevernova flotando en el río Elba.

_ ¡Mi pelota! _exclamó Yuki, saliendo de entre los árboles repentinamente, y asustando sin querer a Benji.

_ ¡Yuki, te dije que te quedaras allá! _Benji tomó aire profundamente, y lo soltó en un suspiro_. Por poco me infartas con el susto que me diste. Bueno, te tengo una buena noticia, y otra mala.

_ ¿Cuál es la buena? _preguntó Yuki, mirando inquieta a su pelota.

_La buena es que tu pelota aterrizó en una zona donde el agua es baja, y unas plantas acuáticas impiden que la corriente se la lleve.

_ ¿Y la mala?

_Está en la orilla del frente, no se permite nadar, y el puente está algo lejos.

_Entonces, a ver... Podríamos traerla con una soga.

_No tenemos sogas aquí, y además, ¿Cómo harías para traer la pelota con una soga? Mejor usemos una rama.

_Pero está muy lejos, y no creo que lleguemos con una sola rama. ¿Qué te parece una caña de pescar?

_No podemos enganchar la pelota sin correr el riesgo de pincharla. ¿Y si usamos una red?

Y así siguieron conversando sobre lo que podrían usar para traer la pelota, hasta que llegaron a un acuerdo: Yuki se quedaría a vigilar la pelota, mientras Benji iría por el puente hacia la otra orilla para agarrarla. Una vez que Benji tomó la pelota, y ya se disponía a volver al puente, Yuki, desde su orilla, fue corriendo, también hacia el puente. Lo cruzó y comenzó a buscar a Benji, pero no llevaba ni cinco segundos de haber bajado del puente, que Benji salió de atrás de un árbol con un rugido que hizo saltar del susto a Yuki. Era la venganza por haberlo asustado en la orilla del río. Entre risas, Benji y Yuki volvieron a la ''cancha'' conversando.

El Brillo de Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora