¿Cameron, o Nash? ~ Nash Grier y tu [TERMINADA]

Capítulo 23

Salí a la terraza a despejarme. La verdad es que la fiesta era realmente un aburrimiento; llena de vegestales, cócteles y marisco caro, música clásica...

Las vistas eran preciosas. Daban al mar. Observé la callé y por toda ella había otras casas enormes. Había una que me llamó la atención

- Vas a pasar frío ahí fuera

- Shawn, este barrio es impresionante. ¿Viste esa casa?

- Allí hay otra fiesta

- Allí hay UNA fiesta. Esto es un muermazo.

- ¿Vamos?

Y bueno, cinco minutos después estábamos en la entrada de aquella inmensa casa.

Entramos sin dificultades. La música estaba muy alta, las luces apagadas, lásers por dos lados. EL ambiente olía a alcohol y otras sustancias...

- ¿Shawn? - Mierda.

Me giré y le perdí entre la multitud. No me importó demasiado. Ya me llamaría; me preocupé más por conseguirme una copa.

--   ¿Dónde puedo beber algo? - todos me ignoraban

Sentí como alguien me levantó la falda y me di la vuelta dispuesta a soltarle una buena hostia

- ¡Oye! - un chico alto, pelirrojo con unos ojazos entre verdes y azules, no estaba segura y un cuerpazo. La pinta que daba no era la misma que la del barrio: pijo pero algo me decía que tenía algo que ver con él - ¿a qué ha venido eso?

- ¿Perdona? Me levantaste la falda

- Yo no hice eso – rió, y dejó mostrar una sonrisa preciosa

Pasé de él. No quería perder el tiempo estando sedienta.

Por fin encontré una barra donde pedir. Fui corriendo hacia allí cuando me choqué con otro chico, también muy alto, de pelos rizados. Su estilo de niño mimado si que iba a la perfección con el barrio.

- Hola – se veía majo -¿venías a por una copa? - asentí; no me salían las palabras – Espera aquí

Supuse que el chico me traería algo de beber a si que esperé

- ¡Shawn! ¿Dónde te habías metido? - le vi pasar por casualidad

- No puedo hablarte. He ligado – rió – quedamos a las una en la puerta – asentí y se fue, a lo que el otro chico vino.

- ¿Tu novio?

- No

- Mejor – y me extendió un vaso de plástico rojo – Me llamo Harry

Me presenté. El chico me calló muy bien, era muy majo. Me bebí el baso del tirón y después recuerdo que me dormí, o me mareé; me desperté en una habitación.

- ¿Harry?

- Tranquila

El chico estaba allí, con una sonrisa con demasiada maldad en la cara. Miré a mi alrededor y estábamos solos. Quise levantarme pero no pude. Mis piernas no respondían y uno de mis brazos tampoco. Me lo observé y tenía una jeringuilla pinchada en mi vena.

- ¡¿Qué me has hecho?! - me la quité bruscamente