¿Cameron, o Nash? ~ Nash Grier y tu [TERMINADA]

Capítulo 19.

Ding-dong

Sonó la puerta de los Grier.

Yo aún seguí allí, pero Celia y Cam ya se marcharon.

Abrí la puerta con total confianza creyendo que era mi madre la que llamaba pero no era así. Aunque no iba muy lejos la cosa.

- ¿Papá? Pero, ¿cómo se te ocurre venir de tan lejos así, sin más?

- Vengo cuando yo quiero, que para eso eres mi hija – me besó la mejilla - ¿y tú que haces aquí?

- Es la casa de los vecinos

- Ya, eso ya lo veo. Fui a casa y tu madre me mandó aquí. Estaba con otra mujer.

- Ella es Elizabeth Grier. Vive aquí. - Nash vino hacia nosotros muerto de curiosidad – Papá, él es Nash Grier

Y se extendieron la mano y se dijeron algunas palabras sin mucha más demora.

- ¿Podríamos hablar en privado?

Me lo pensé antes de contestar pero finalmente me despedí de Nash, ya que propusimos ir a dar un paseo mi padre y yo.

- ¿Qué pasa papá?

- Hija... quería hablar esto con tu madre presente. Ya sabes, en familia, o algo parecido a eso. Pero a ella ya se lo dije por teléfono y a demás no quería molestarla con su visita y...

- Ve al grano

- Tengo cáncer.

El corazón me dio un vuelco. Paró de palpitarme por unos segundos. Paré en seco y a demás me mareé

- Cariño, ¿estás bien?

- Será una broma

- No lo es. Quería que lo supieras. Me queda una escasa semana. Algo menos quizás. He comprado un billete a una isla que me recomendaron. Está apartada y dicen que es tranquila y muy tropical. Decidí pasar allí mis últimos días.

- Pero papá, no puedes morirte. Es imposible

Ni si quiera las lágrimas me salían...

No tenía mucha confianza con mi padre. Nos veíamos cada seis meses incluso a veces más. Y él no era un hombre muy cariñoso... pero le quiero. Porque es mi padre.

- No he venido a amargarte la semana. Solo quiero que hagas unas ciertas cosas.

- Tu me dirás

- No vengas a mi entierro, ni si quiera me enterrarán aquí. No llores por mi. No estés triste. No tienes motivos. No he sido un padre ejemplar, a si que no tienes nada por qué lamentarte. Quiero que seas feliz en la vida, ____. Siempre haz lo que el corazón te diga.

Yo agaché la cabeza. No sabía como reaccionar...

- Ese chico, Nash.

La levanté rápido y me puse muy nerviosa, empecé a temblar.

- Me gustan sus ojos – rió