Los turnos de Tsukishima se le hacen insoportables a Kuroo. Tsukishima apenas tiene tiempo, y cuando por fin sale de un turno, está tan agotado que lo único que quiere hacer es arrojarse a un colchón y dormir cien horas. Pero le busca, Kuroo se ha dado cuenta de ello, Tsukishima le busca constantemente, busca los espacios en común, busca sus propios espacios, y cada vez que encuentra un hueco en sus quehaceres, le escribe un mensaje, le graba un audio, y le cuenta tonterías de su día a día. Lo que está desayunando, un artículo que leyó en el diario, algo que le comentó Yamaguchi. Cuando está de buen humor Tsukishima recuerda preguntarle por su madre, por Tendou o por Kenma. Y cuando está de muy buen humor le habla de su hermano Akiteru y sus preparativos para su boda.
—No sé por qué creí que ya estaría casado.
—Sí, creo que todos lo pensábamos.
Hablan por videollamada. Tsukishima le explica que hace dos años Akiteru suspendió su primera boda a dos meses de esta. Kuroo no sabe qué replicar. Tsukishima ríe, y sus espasmos hacen vibrar la cámara del móvil.
—Tonto, te estoy tomando el pelo.
—No bromees con algo así. Y no muevas tanto la cámara que me mareo.
Se escucha a alguien llamar a Tsukishima. La imagen frontal que tiene Kuroo de su novio cambia a una imagen desde abajo, que acentúa el largo de su cuello, su tallada manzana, y su nariz respingona. Tsukishima ha dejado su teléfono en la mesa a la llegada de una enfermera, y tras un breve intercambio de palabras, Tsukishima abandona el sándwich que estaba comiendo, termina su café de máquina de un trago y sale corriendo de la sala de descanso.
Muchos de los desayunos de Tsukishima son de ese modo: tragar y correr. Sus almuerzos siguen una línea parecía y por ello suele optar por batidos. En las meriendas solo tiene tiempo para un yogur o una energética, según le pille. Contrarresta su déficit alimenticio con un puñado de vitaminas que consume sagradamente todos los días, y cada tanto, se da el capricho de comprar un pastel de fresa en el restaurante del hospital.
Kuroo cumple horario de oficina. Llega a las nueve, sale a las seis, y dentro de su horario se contempla una hora para que almuerce. Su jefe es cercano y comprensivo y de momento no ha tenido roces con sus colegas. Ya ha formado un grupo de amigos con quienes sale a beber a un bar que es popular entre los de la oficina, y otras veces almuerzan fuera e invitan al jefe. La paga es mejor que la de su anterior trabajo, aunque tiene más deberes y responsabilidades, pero de momento no ha necesitado hacer trabajo fuera de su horario asignado. Y si tiene que salir a terreno, puede utilizar la camioneta de la empresa y cobrar viáticos.
Aquel día almuerza en el casino de la corporación. Tendou Satori le espera en la fila, el menú del día es arroz hayashi. Tendou fotografía su plato desde diversos ángulos.
—Arroz hayashi es la comida favorita de mi mejor amigo —le explica a Kuroo—. Cuando hacían arroz hayashi en el casino de nuestra escuela podía repetir hasta tres veces. Lo único que le impedía seguir comiendo era el horario de regreso a clases.
—¿Un amigo del colegio? ¿Y sigues en contacto con él?
—Ya no nos vemos tanto como me gustaría, pero siempre estamos hablando. Bueno, es una forma de decir. Yo le escribo y le escribo a bocajarro y él cumple dejando en «visto» mis mensajes. A veces me reponde unas cuatro palabras. Otras veces diez. Si me responde más de quince palabras me comienzo a preocupar. Quizá lo conozcas porque también jugaba vóleibol y aún lo hace. Es un pro.
—Ya sé, es Ushiwaka —dice Kuroo—. Sí, Tsukki me comentó hace algunos días que tú y Ushiwaka fueron compañeros de equipo, pero no creí que serían amigos cercanos.
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How Can U Luv Me
FanfictionCómo puedes amarme si yo no te agrado. Kuroo x Tsukishima. Otras ship secundarias.