savoureux。

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Dando un par de retoques a su delineador, Jisoo dio un paso atrás, apreciando cómo se veía.

Ese día se sentía particularmente linda, sus mejillas sonrosadas y sus labios color rubí complementando un delicado vestido simple color carmín. Eso junto a su cabello negro recién estilizado con un fleco hacían que pareciera una princesa total, de acuerdo a su madre. Ojalá y supiera que esta cita no era para encontrar a su príncipe azul, sino que era para estar junto a la reina que había ganado su corazón.

Al momento de llegar a la puerta del restaurante, su corazón se detuvo. Ahí, en la entrada, tal y como un ángel que había llegado sólo para alegrar su noche, se encontraba una Lisa con el cabello suelto y la sonrisa más dulce que podía ser vista en este mundo, pero los labios rojos y el ajustado vestido negro que portaba hacían que deseara ver a esa imagen angelical bajo a ella, sosteniéndola por la cadera y besándola con pasión.

-Hey, unnie. Usualmente no digo esto en la primera cita, pero en verdad creo que eres la mujer más bonita en este mundo.

Jisoo sintió un sonrojo subiendo a su rostro, el cual debía verse más exagerado por el rubor que había decidido ponerse. De todos modos, sonrió con cierta seguridad.

-Puedo decir lo mismo, Lisa. Cuando te vi en la entrada fue como: "¡Pum! ¿De verdad esa es mi cita?", y eso es porque estás tan hermosa que quiero saltar, y sólo salto si estoy emocionada o nerviosa, creo que estoy ambas, aunque empiezo a divagar por los nervios, ¿estoy divagando? Yo...

La menor emitió una carcajada sonora, acariciando los cabellos ajenos en intención de calmarla.

-Hey, unnie, tranquila. Prometo que esta cita será la mejor de todas, ¿sí? Una princesa tan hermosa como tú merece absolutamente todo lo bueno, ¿quién soy yo para negarlo, en especial si tengo la oportunidad de ganar su corazón hoy?

Y, si Lisa ya tenía un pase VIP hacia el fondo de su corazón, simplemente quería llegar a lo más profundo de él, tirando de su puesto a la comida.

La cita en sí fue de maravilla, ambas pidieron ravioli a la bolognesa y se la pasaron riendo, tanto por los comentarios extraños de Jisoo como las bromas de Lisa. Cuando fue tiempo de pedir la cuenta, comenzaron a burlarse del camarero.

-Ulalá señor francés, "lis triirí sus cuintis in in miminti, siñiritis." En mi pueblo, los meseros sólo decían "ya te traigo lo que debe pagar men, esperate."

-¿No que tu familia allá en Tailandia tenía bastante dinero?

-Eso no importa, igual era así en mi pueblo.

Cuando llegó la cuenta junto al mesero (que claramente había escuchado lo anterior, juzgando por su rostro de enojo), Lisa le ofreció pagar la mayor parte a su cita, la cual simplemente se limitó a asentir y avergonzarse mucho.

-Vamos a casa, Chichoo, yo te acompañaré. -las palabras tan dulces de la rubia hicieron que la mencionada ladeara su cabeza, ignorando la ternura que le infundió el apodo.-

-¿No tienes que ir a casa también, Lisa? Puede ser peligroso salir tan tarde.

-Nah, puedo llamar a un Uber. Además, de verdad quiero acompañarte, quiero ver que llegues a casa sana y salva.

-Oh, está bien. Aunque no me haré cargo de cualquier cosa que pueda hacer Dalgom, hm.

-¡No me hará nada! -Se apresuró a expresar la menor, tomando las manos ajenas. Su contraria sólo ladeó su cabeza, pero comenzó a caminar a paso normal.-...o eso espero.

-¡Lisa!

Y, desde ahí, su plática fue una divertida mezcla de regaños y bromas, un camino que se hizo bastante largo en el mejor sentido, que hizo que el mundo a su alrededor desapareciera y sólo estuvieran ellas dos.

-Es aquí, Lisa, en la casa blanca. -La mencionada fingió hacer un puchero, tomando la otra mano de su contraria para besarla cuidadosamente, luego quedando frente a ella.-

-Bien, pero... ¿puede cerrar sus ojos un momento, unnie?

-Uhh, ¿de acuerdo? No entiendo por qué-

Un par de labios tan dulces como la miel interrumpieron sus palabras, estos chocando con los suyos de forma inocente, pero experta. A pesar de tomar completamente por sorpresa a Jisoo, correspondió, abrazando por el cuello a su menor y sintiendo el calor subir a sus mejillas por milésima vez esa noche.

Al momento de separarse, Lisa se limitó a mirarla con una sonrisa tímida, un sonrojo igual de notorio pintado en sus mejillas. Lentamente, separaron sus manos, avanzando hacia la casa y un paso atrás respectivamente.

-Buenas noches, Lisa.

-Buenas noches, princesa.

Gay✧LisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora