âme sœur。

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Aunque fuera sólo cuestión de tres sencillas palabras, Jisoo consiguió que Lisa acabara en su habitación, jugando con dos de sus peluches como si fueran tan sólo unas niñas y no estudiantes universitarias.

ㅡ¡Conejito, yo te salvaré!

ㅡ¡No, Rayitas, soy un conejo fuerte e independiente que no necesita ser salvado!

ㅡTienes un buen punto, Conejito, pero estar al borde de un acantilado no es algo en lo que tantas personas probarían su independencia.

ㅡ...Touché. ¡Ayúdame, Rayitas! ¡Me caigo!

ㅡUnnie, tu conejo es muy fácil de sobornar, y es muy crédulo.

ㅡ¡Claro que no! Es muy listo, es sólo que confía mucho en Rayitas.

ㅡClaro, unnie. En fin, ¿algo más que pueda hacer para alegrarte?ㅡla rubia dejó ambos peluches sobre la mesa de noche de la contraria, sentándose con las piernas cruzadas viendo a la mayor con un toque de curiosidad en sus ojos. Ésta se tomó un tiempo para apreciar la perfección que era su cuerpo, escaneando sus curvas con la mirada. Luego, comenzó a analizar sus manos, eran suaves cual terciopelo, sus uñas estaban pintadas del mismo tono rubí que sus labios, y cortadas a la perfección, lo cual causó que pensamientos impuros aparecieran en su mente, pero intentó alejarlos. Luego, miró su rostro. Sus ojos tenían un brillo particular, y una forma distinta a la que acostumbraba ver en la gente de la universidad, de las personas en la calle, de cada persona famosa que salía en la televisión. Su nariz era muy pequeña, como un botón, y sus labios eran grandes, carnosos, perfectos. Observo sus labios perdidamente por un rato antes de recordar que debía responder.

ㅡ¡Oh! Uh, un... ¿un abrazo?

ㅡUn abrazo será.

¿Conocen la sensación que se tiene al tomar chocolate caliente en un día frío? Así eran los brazos de Lisa rodeándola, un placentero y casi doméstico calor del que no quería alejarse jamás. No sabía si era capaz de brindar el mismo sentimiento, pero devolvió el abrazo con toda el cuidado y la fuerza posible, y escondió su rostro en la comisura de su cuello. Había un olor particular, una mezcla de jabón y perfume de jazmines que la volvió loca en un instante.

Sintió la mirada fija de Lisa sobre ella, por lo que levantó la cabeza para juntar el rumbo de sus ojos. Antes de darse cuenta, sus rostros se acercaron cada vez más, y los labios de la rubia se veían casa vez más apetecibles.

Ahí, encima de la cama de Jisoo y cerca de unos padres sin sospecha alguna, el segundo beso de unas jovencitas enamoradas se daba a lugar.

En ese momento, Jisoo creyó en las almas gemelas. Creyó con fuerza que Lisa y ella eran destinadas a ser, que por eso llegó de Tailandia a su ciudad, que por eso logró estar entre sus brazos, sintiendo sus dulces caricias.

Un pensamiento demasiado placentero invadió toda su mente: Kim Jisoo y Lalisa Manoban son almas gemelas.

Gay✧LisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora