Capítulo 28: Un repentino acto

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Era una día maravilloso, la brisa del mar resonaba en las orillas de las costas japonesas, el picante olor a sal no podía faltar...
Cualquiera lo detallaría así, podría imaginar que incluso las imponentes aves volaban con libertad en la fresca brisa que brindaba el cielo celeste, despejado y con el poderoso sol brillar por todas partes de la tierra, no se podía describir una mejor imagen de lo que se presentaba ante los ojos amatista de una hermosa peliazul.

Le encantaba salir a trotar y observar detenidamente como salía el sol apenas amanecía, ¿Porqué lo miraba?¿Qué significado tenía para ella?¿Qué mostraba un simple astro en el cielo, que calentaba tu cuerpo en las frías mañanas?
Esas y cada una de aquellas preguntas se formulaban en la cabeza de cualquier cadete presente en aquel momento, no podía evitarlo y es que solo ver aquella imagen de esa chica parada, con su vista en dirección al sol, se veía tan pensativa, como si algo o alguien ocupara su cabeza desde que empieza el día.
Concentrada y sin dejar de ver aquel astro, escuchó el llamado de las sirenas de la armada, aquellas que mostraban el inicio de una nueva mañana de ejercicios.

Empezando a trotar nuevamente se dirigió a su habitación y colocarse en respectivo uniforme de entrenamiento, una simple camiseta azul marina al igual que su pantalón, su gorra y botas eran del color de la noche, solo eso necesitaba, no había necesidad de salir formal para un acto que te aría sudar, no valía la pena ensuciar aquella blanca vestimenta.

Además hoy ella dirigiría el entrenamiento en general, pero mucho trabajo para una sola, pues compartiría actividades con sus superiores y amigas.
No tenía nada en contra de nadie, es más agradecía que fuesen sus dos amigas de cabello negro y su pequeña y casi hermana de ojos rubí.
Además de contar con la presencia de las almirantes Todo-san, Hoshizora-san, Kousaka-san y la pequeña más aclamada como la almirante sin corazón...

"Nishikino-san, buenos días".- saludó cortésmente a su superior.
Le gusta considerar así a las almirantes de esta base, pues aún no se sentía preparada para compararse y decirse que son iguales en todo aspecto.

"Buenos días...Matsuura-san, cierto?".- respondió sin emoción alguna en su rostro.
No se sorprendía pues la mayoría de los cadetes ya le había informado sobre su actitud.

"Kanan-san, Nishikino-san, buenos días".- se reverencio ante las chicas presentes, una pelinegra de alta talla y aunque hayan dicho todas ayer que eran amigas, no se sentía cómoda tratándolas con mucha confianza.

Y así paso el tiempo, no fue mucho alrededor de unos diez minutos, todos los cadetes, hombres y mujeres estaban formados ante las siete chicas.

"Empezaremos en el campo de tiro, después de ello iremos a natación, seguida continuamente de supervivencia y combate cuerpo a cuerpo, Entendido!".- la peli azul incluso sabía que hasta Hoshizora cambiaba de actitud confiada a una más estricta y disciplinaria, tampoco le sorprendía.

El día era sumamente refrescante y excelente para ejercitarse hasta no poder más, pero como siempre antes de empezar con ello, debían tomar listado a todos los cadetes y quienes más que sus comando de voz para aquello, todo iba de maravilla hasta que la ausencia de la pequeña pelinegra se hizo notar.

"Que paso con Yazawa-san! Alguien informe!".- la voz de la castaña Kousaka se hacía sonar molesta.

Nadie daba razones de su insistencia y empezaba artarse, pues todos sabían de lo responsable que era Yazawa-san, y es que simplemente no se lo explicaban el porqué faltó, sabiendo que una guerra se realizará en poco tiempo.

Todos estaban callados, les empezaba asustar la actitud de la castaña, hasta que su cierta hermana menor se ofreció hacer el listado de asistencia a sus hombres y mujeres a cargo, después de todo era ella quién estaba a cargo de todo su desarrollo.

La almirante NishikinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora