Capítulo 32

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No estamos hechas para vivir en un mar de sufrimientos, la alegría, la felicidad y el confort dejo de existir a mi entorno, que podía hacer en aquel entonces si solamente era una niña asustada y sin fuerza alguna, que solo podía llorar sobre ellos, gritar hasta quedarme sin voz, hasta caer inconsciente sobre el lodo.
Jamás creí que alguien con una arma me arrebataría a mi familia completa sin piedad alguna.

Titoreos, gritos, estallidos y  detonaciones de bombas militares quedaron grabadas en mi subconsciente, juró que jamás...

Nadie tocara a la familia que tengo ahora, nadie... nadie lo hara.

-las niñas tienen un cuadro de desnutrición, un poco de gripa, pocas horas de sueño consumidas ya que eso explica su ligero adormelecimiento de sus ojos, por ahora solo necesitan descansar y tomar este medicamento...

-Se lo agradezco Sakurauchi-san, ahora puede retirarse, me haré cargo de ellas.

Con atención ligera observaba la conversación rápida de Eli y la doctora  Sakurauchi-san.

-Una vez que tomen la medicina, sentiran sus cuerpos pesados y adormilados, aconsejo que las haga descansar en un lugar donde el ruido no entre o por lo menos que lo silence de gran manera.

Nos brindo con total respeto un veña para después pasara retirarse del lugar.

Ahora la atención estaba sobre nuestra hermana mayor, quién no dejaba de ver fijamente a esas niñas, como habría sido mi hermana si estaría viva, seguramente encantadora y simpática chica, fue lo que pensé sin dejar de ver a mi peli rubia hermana.

No crees que es momento de decirnos lo que tienes guardado, Eli-chan...- hable volviendo al lugar un mechón de cabello rebelde.

"Es verdad llevamos acerca de unas dos horas aquí, si tienes algo dilo de una vez".- la impaciente y quejumbrosa voz de Maki, tensaba a Eli, el simple y temeroso movimiento de sus hombros la delató frente de mi.

Una vez más el lugar se sentenció de un silencio sepulcral, donde solo nuestros ojos apuntaba en diferentes dirección de sala visión.

"Es hora de hablar, quienes son esas niñas para ti, Eli".- uno, dos más de tres suspiros se escaparon de los labios de Eli, acaso es demasiado grave, pensé retirandome el gorro de la cabeza, acaso son tan importantes?

"Mi hermana...- tan directa y sin emoción alguna.- la niña blanca, esa niña es mi hermana, creí que había muerto en el rio, pero...-silencio, esa maldita palabra me estaba matando en cada situación.- la señora que estaba con ella, se la había llevado, creyendo que fue un abandonó en un intento de salvarla..."

Todas estabamos asombradas, nuestras bocas abiertas decía todo acerca de aquella declaración, simplemente no teníamos palabras, todo era complejo y difícil de analizar.

A los pocos minutos después los azulados ojos igual que los mios se cubrieron de cristalinas gotas, aquel muro construido con fuertes rocas estaba ahora derrumbandose de  pedazo en pedazo...

Como la vida le jugo unas malas cartas a Eli, como pudo alejarla de la única felicidad que pudo convertirla en una persona diferente, como es que nos pago con esta recompensa dificil y desgarradora a ambas, porqué... porqué lo hizo.

Con paso lento todas nos acercamos a ella, era el centro de atención, pero no uno de ellos donde te burlas y acosas al individuo débil y llorón, este individuo era diferente... uno que necesitaba apoyo después de verse derrumbado, después de ver que todo lo que construyó se fue al vacío en un pequeño abrir y cerrar de ojos, anhelo sentir aquello... pero me es imposible, todas mis emociones se fueron al ver cuando mi hogar se derrumbaba con la pequeña bebé adentro, segundos después estallar por los aires, miles de escombros y restos de aquel lugar caían a mi alrededor, incluso tiras de la pequeña manta rosa que había comprando con tando esfuerzo...

La almirante NishikinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora