La Noche Anterior

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Bakugou despertó y pudo sentir una dulce esencia invadir el cuarto, el rostro le dolía y su cabeza le daba vueltas, ¿qué había ocurrido la noche anterior? Sentía como si lo hubiese atropella un camión, la resaca lo golpeaba junto con las náuseas y un dolor punzante en todo su cuerpo, se incorporó sentándose sin destaparse y pudo notar que seguía con la ropa de la noche anterior, exceptuando sus zapatos.

Oyó un ruido, como de platos chocando entre sí y se sobresaltó, no podía ser Kirishima, eran cerca de las 11 de la mañana y él jamás se levantaría a esa hora , ¿habría dejado la puerta abierta la noche anterior sin darse cuenta por lo borracho que estaba, dejando así entrar a un intruso? Bueno, si era así no dudaría ni un segundo en destruirlo con su quirk.

Se levantó furioso, abrió la puerta de su habitación y se dirigió a la cocina dando fuertes pisadas mientras sus manos se precalentaban para poder atacar. Entró a la cocina por el humbral en posición de ataque pero se quedó helado a ver tan inesperada visita.

—¡¿Y A TI QUIEN TE DEJÓ ENTRAR?! — vociferó al ver tan poco deseada visita acercándosele por detrás.

— ¡Ahhh! — chilló Uraraka dándose media vuelta y poniendo una mano húmeda y con espuma sobre su corazón que palpitaba frenéticamente, mojando así la camisa de Bakugou que se había puesto — ¡No hagas eso, me asustaste!

— ¡¿QUÉ HACES AQUÍ, ESTÚPIDA CARA REDONDA?! — exclamó el rubio inclinándose sobre ella para quitarle la esponja con la cual lavaba la loza.

La chica castaña cruzó de brazos e inclinó su cadera.

— ¿No recuerdas nada? — preguntó secándose las manos.

— ¿Tú que crees, tonta? — la miró con una mueca de desdén en su rostro.

— Dormimos juntos.

Bakugou quedó boquiabierto, sostuvo la mirada con su ex compañera mientras podía sentir como su rostro enrojecía, el ambiente se había vuelto algo incomodo, pero en el fondo la idea no le desagradaba demasiado. De repente en el rostro de Uraraka se formó una sonrisa y comenzó a reírse.

— ¡Sólo era una broma! — reía ella sosteniendo sus mejillas — ¡Debiste haber visto tu cara!

— ¡MALDITA CARA REDONDA! — vociferó nuevamente el rubio dándole un puñetazo a la pared para luego acorralar a Uraraka entre sus brazos, quedando a centímetros de su rostro, al hacer eso pudo sentir un aroma, el mismo que sintió al despertar, delicioso— Si vuelves a hacer eso, te mataré.

— O-okay, okay — respondió ella tímida cubriéndose el rostro para que el chico no notará el rubor que florecía en su rostro. — Ya cálmate.

— Ahora, Cara de Ángel — respondió mirándola amenazante, sin alejarse ni un centímetro de ella — Me vas a a decir que haces aquí.

— Bueno bueno.

~ Flashback  [Uraraka narrando]

Eran cerca de las 3 de la madrugada y el bar ya comenzaba a vaciarse, cuando hallé una carta sobre el mesón, lo cual me pareció raro porque no vi a nadie, aunque también me emocioné porque quizás tengo un admirador, nunca en la vida he teni...

¡UGH, VE AL PUNTO!

¡Okay, okay! No sé en que momento te acercaste y me arrebataste el sobre...

— ¡Oi, Ochako! ¿Qué sucede, tu novio te la envió? ¿O quizás fue el maldito nerd de Deku? — me dijiste.

— Ahora sí, ¡es suficiente!

Me sentí tan furiosa... Pero sabía que estabas borracho, aún así comenzaste a decir muchas cosas hirientes por lo que te di un buen puñetazo en el rostro.

Eso explica por qué me duele el rostro.

Lo merecías... En fin, antes de que te fueras de espalda por mi golpe utilicé mi quirk para hacerte flotar hasta tu departamento, mi turno ya se había terminado, por lo que no tuve problemas. Estuviste todo el recorrido insultándome y ordenándome que te bajara, hasta quisiste hacerme explotar. Cuando llegamos me costó demasiado quitarte las llaves del departamento, realmente eres un borracho molesto y muy necio... Bueno, no está muy alejado a como eres cuando estás sobrio...

¡OI!

Ya cálmate, volviendo a la historia... Luego de casi 30 minutos logré arrebatarte las llaves.

— Me siento mal, Cara de Ángel — me dijiste con el rostro pálido y me preocupé, por lo que te liberé y cuando ya estabas en el suelo te acercaste a mi y... y...

¡¿Y?!

Lo siento, me da un poco de asco contarte que ocurrió luego.

¿Tan así?

E-es que... me vomitaste encima, por eso llevo esta camisa puesta.

¡LO ESTÁS INVENTANDO, TONTA!

¡No, es enserio! Tuve que dejar mi ropa en tu lavadora, ew. Si no me crees ve a ver.

Solo... solo continúa con la maldita historia.

Luego de eso no ocurrió mucho, estuviste un buen rato en el baño mientras yo me cambiaba la camiseta. Después te llevé a tu habitación, te quité los zapatos y te dejé dormir.

Ya era tarde por lo que no me quería ir a casa sola, otras veces Akira me va a dejar en su auto, pero anoche se había tenido que ir antes, así que... Me quedé a dormir en tu sillón.

~ Fin del Flashback.

— Espero que no te moleste —se lamentó la chica castaña, algo avergonzada.

— Claro que me molesta idiota, debiste haberme preguntado si podías quedarte. — gruñó él alejando su vista de los ojos castaños de la chica y cruzándose de brazos.

— ¡¿Cómo iba yo saber que tendría que hacer de niñera?! — frunció el ceño molesta, al menos podría darle las gracias o algo por el estilo.

— ¡YO NO TE PEDÍ QUE FUERAS MI "NIÑERA"! — respondió él furioso haciendo énfasis en la última palabra, imitando una voz burlesca.

Ella frunció el ceño, estaba enrabiada, la chica no podía creer que luego de toda la molestia que se tomó por atender a alguien que nisiquiera consideraba un amigo, este ni las gracias le diera.

Sabía que en su interior los sentimientos por ese chico explosivo seguían floreciendo, pero ya no quería más, no quería más guerra. Sus ojos se llenaron de lágrimas por la furia y él pudo notar eso, pero antes de que pudiera decir algo ella ya había tomado su bolso y había salido de ahí dando un portazo.

Bakugou sólo se quedó ahí, observando el desayuno que la chica le había preparado mientras el dormía.


Eres mi Héroe. || Kacchako Donde viven las historias. Descúbrelo ahora