La luz tenue y las gotas de lluvia golpeaban la ventana con suavidad, esto se había vuelto rutinario para Ochako que cada mañana despertaba sin el calor de Katsuki a su lado.
Cada día se levantaba, preparaba comida, llamaba a sus padres para saber cómo estaban, limpiaba el departamento sí es que era necesario y finalmente se quedaba leyendo o viendo la televisión, su única compañía era un gato que suponía era del departamento contiguo que, durante las tardes, se asomaba por el balcón a saludarla.
El gato color anaranjado descaradamente entraba por cualquier ventana que se hallara abierta y se posaba sobre el regazo de la chica, quién lo acariciaba por horas, como si supiera que la chica necesitaba compañía. Extrañaba mucho a Katsuki, pero al menos el minino se quedaba junto a ella.
- ¿Por qué vienes siempre a verme, pequeño?
Decía en voz baja como si le fuera a responder, mientras pasaba su mano con el meñique levantado por el lomo del felino, después de todo, no quería que anduviera flotando por ahí.
- Genial, ahora hablo sola... Soy patética - se repudió a sí misma, odiaba ese hábito de ella.
- Sí, sí que lo eres.
Una voz hizo que se sobresaltara, era Katsuki, no lo había oído entrar como de costumbre.
- ¡Hey, no tienes por qué ser tan malo, maldito gruñón! - dijo ella sacándole la lengua como si fuera una niña, sabía que esos gestos hacían que la sangre del rubio hirviera.
Bakugou pasó por frente a ella, en dirección a la habitación, quitándose el saco seguido de la corbata, ritual que hacía cada tarde al llegar de la oficina. Volvió a la sala de estar y se desplomó junto a Ochako en el sillón.
- ¿Qué hace ese estúpido gato aquí de nuevo? - gruñó él tirando su cola para molestarlo.
- ¡Oye, no lo trates así! - dijo ella dándole una palmada en la mano y acurrucando al minino en su pecho - Es el único que me hace compañía cuando no estás aquí.
Katsuki bajó la vista hasta el felino y lo vio muy cómodo en el pecho de la chica, lo miraba con los ojos entrecerrados, casi como si le hiciera burla, él debía estar ahí, no ese pequeño intruso.
- Puto gato feo... - dijo picando al gato con un dedo insistentemente hasta que este se movió, sin antes soltar una "hisss" en contra el rubio - Buen chico, ese puesto es mío.
El joven se inclinó y apoyó su mejilla sobre el pecho de la chica, ella contestó acariciándole el cabello.
No lo parecía pero estaba nerviosa, Bakugou lo sabía por lo rápido que latía su corazón. Deslizó sus manos por sobre su cintura lentamente, introduciéndolas por debajo de la camiseta y acariciando su cintura, aquello hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de la chica, y el prosiguió a alterar más su ritmo cardiaco enterrando la nariz entre sus pechos y besándolos.
- Uhm, ¿K-katsuki? - dijo ella, su rostro comenzaba a ponerse colorado nuevamente.
- Sí sí, no te entusiasmes demasiado... - dijo el apartando su rostro de los pechos de la chica.
- ¡PERO SI TU ERES EL NINFÓMANO QUE ME EMPIEZA A SEDUCIR!
- MIRA CARA DE ANGEL, SOLO VE A LA HABITACIÓN Y PONTE ALGO LINDO, ¿SI?
- ¿Y PARA QUÉ SI IGUAL LO VAS A TERMINAR RASGANDO?
- NO ME REFIERO A ALGO LINDO DE ESA FORMA - dijo el apretándose el puente de la nariz, comenzaba a convencerse de que lo único que pensaba esa chica era en sexo, aunque él era peor. Rodó sus ojos con exasperación- Ugh, vamos a salir.
- ¿Salir? - se cuestionó ella, nunca le había propuesto que salieran, ¿se trataría de una ocasión especial? Se imaginó con vestido de novia y esperó que no fuera así.
- No creas que me olvidé de la cita a la que te llevaría - dijo él elevando sus hombros, y sacando un cigarrillo de su bolsillo el cual se colocó entre los labios.
- Oh... ¡Es cierto! - dijo ella levantándose animosamente - ¡Descuida Katsuki, me pondré lo más linda que pueda para que esta noche sea inolvidable!
- Ugh, ya comenzaste con tus cursilerías...
- Lo dice quién me trajo cerca de una docena de ramos de flores distintas porque no sabía cuál era mi favorita... - dijo colocando sus manos sobre su cintura y con una sonrisa ganadora curvada sobre sus labios.
- ¡SÓLO NO QUERÍA QUE PENSARAS QUE NO QUERÍA ESTAR CONTIGO!
- Uhm, claro que sí - dijo ella aún con la sonrisa en el rostro y dando media vuelta para dirigirse a la habitación - En fin, iré a ponerme bella.
- Ugh - se quejó él algo avergonzado, ella tenía razón - Aunque vayas en pijama te verías hermosa de todos modos - dijo él en voz baja, creyendo que la chica no había oído.
La chica sonrió levemente y antes de cerrar la puerta tras ella contestó.
- ¡Qué dulce eres, mi caramelito!
- ¡SI EMPIEZAS CON LOS SOBRENOMBRES ESTÚPIDOS NO TE LLEVO A NINGÚN LUGAR! - reclamó con el rostro totalmente rojo.
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A la castaña le tomó al rededor de una hora en arreglarse por completo, se colocó un vestido negro de cintura alta que dejaba ver sus hombros, y por detrás dejaba caer una larga y elegante cola de gaza que se meneaba con la brisa que entraba por el balcón. Llevaba su cabello tomado con un peinado simple pero lindo que dejaba al descubierto su cuello, aspecto que le encantaba a Katsuki.
Cuando salió de la habitación Bakugou se encontraba enterrado en el sillón tomando una siesta con el gato sobre su regazo, ella atinó a sacar su celular y tomarle una fotografía mientras pudiera, aquello se veía una vez en la vida.
Se acercó a él y lo meneó suavemente con el brazo, haciendo que se despertara.
- Hey, sí estás muy cansado mejor nos quedamos... - susurró acariciando su cabello picoso y rubio con una dulce sonrisa.
- ¿Estás loca...? - dijo rascándose los ojos del sueño, cuando terminó abrió los ojos y se le quedó mirando bastante tiempo con una mirada atónita y los mejillas algo rojizas, se veía incluso más hermosa que cuando tuvo la cita con el bastardo de Issei - Oh...
El chico se levantó y se colocó de nuevo el saco que llevaba al trabajo con prisa, la tomó de la muñeca y se dirigió a la salida del departamento casi trotando.
- ¡Vámonos antes de que te coja aquí mismo, Cara de Ángel!
- ¡No digas eso, Katsuki!
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Eres mi Héroe. || Kacchako
FanfictionKatsuki lleva una vida aburrida. Ochako es una chica con muchos problemas. Cosas del destino hacen que vuelvan a reencontrarse y a llevarse mejor de lo que esperaban... Aunque ninguno de los dos sabían el peligro que conllevaría tener un admirador s...