Subí a mi habitación para ponerme algo decente para salir, necesitaba despejarme un rato y olvidarme de Jungkook así que me vestí y bajé
No quise tomar un auto y menos un taxi así que sólo caminé sin rumbo hasta después de varias calles llegué a un parque donde no había mucha gente.
Fui hacia una banca para sentarme mientras veía hacia el cielo. En eso escuché unas risas acercarse, bajé mi vista encontrándome con dos niños como de 4 años que venían hacia mi
—¿A donde van niños? —pregunté sonriendo.
—Me iba corriendo de él— él señaló la niña al otro chico que la veía mal.
—¿Y porque te corrías de él? — pregunté tomándola de la mano.
—Porque quería pegarme— dijo tímida.
—Es mentira, solo le dije que era un tonta y ella empezó a correr— se defendió el pequeño.
—No te preocupes yo también soy una tonta— ambos niños rieron por mi comentario.
—Pero eres muy linda — dijo la niña tocando mi rostro.
—¿Sabes que es malo mentir? — apareció Suga de la nada como siempre.
—Yo no miento— respondió la niña defendiéndose.
—Claro que no mientes— la abracé.
—¿Tú que opinas? — preguntó Suga viendo al niño.
—Ella tiene razón, es muy linda— me sonrió el pequeño.
—Agh, niños mentirosos— les hizo una mueca— Es fea, ¿no la ven?
—Unnie ¿él es tu novio?— me vio la niña.
—Ya quisiera ella tener tanta suerte — presumió Suga.
—No, no es mi novio es solo un tipo loco que me sigue a todas partes— reí bajo.
—Ya te dije que yo no te sigo— rodó sus ojos.
—Adiós— se despidieron lo niños para luego irse corriendo.
—¿Que haces aquí? — pregunté viendo al chico quien ahora era rubio, la última vez que lo vi era pelinegro.
—Yo vivo cerca de aquí
—¿Enserio? — alcé una ceja.
—Si — empujó mi frente con su dedo — ¿Y tú que haces aquí?
—Pues me mude a vivir cerca de aquí
—Espero no verte mucho— se acomodó su abrigo desviando su vista de mi.
—Lo mismo digo— vi hacia el frente.
—Adiós— se puso de pie para irse pero lo detuve.
—¿Que tal si vamos a tomar un café? — pregunté sonriendo.
—Agh ¿tengo otra opción? — habló sin verme.
—No— reí.
—Ok vamos — me jaló del brazo.
Llegamos a un café que no estaba muy largo del parque donde estábamos, Suga pidió una mesa y ambos fuimos hasta ahí. Después de haber pedido un café nos quedamos sentados viéndonos el uno al otro
—¿Que me ves? La belleza no se pega—se burló tomando un sorbo de sh café.
—Ni quiero — reí.
—¿Ahora si me contarás porque te casaste? — apoyó sus mano en la mesa y me vio atentamente.
—Pues veras, mis padres iban a quedar en la ruina si yo no me casaba con Jungkook y pues tuve que hacerlo— dije seria.
—Pero la vida te jugo un mala jugada al enamorarte del imbécil con el que te casaste— bebió de su café.
—No me lo recuerdes— rodé mis ojos — Y tú, ¿que me cuentas de tu vida?
—Pues nada, yo respiro, como y bebo como tú— sonrió.
—Que chistosito— hice una mueca.
—Que amargada— río.
—Lo dice el señor amargura
—¿Siempre armas escándalo por todo? — dijo serio.
—No, solo cuando estoy contigo— reí.
—Agh, que insoportable— rodó sus ojos.
—Ya me lo han dicho
Vi la hora y ya era tardisimo el tiempo se había ido volando.
—Me tengo que ir— dije tomando mis cosas.
—Yo igual— dijo poniéndose de pie.
—Bueno vamos — sonreí y ambos salimos.
—Esperó no volver a verte— dijo extendiendo su mano.
—Si Suga, yo también quiero verte pronto — dije sarcástica.
—Adiós— fue lo último que dijo y se fue.
Yo empecé a caminar con dirección a la casa ya que se empezaba a hacerse de noche.
Después de haber caminado un buen rato al fin llegué a casa, abrí la puerta y entre encontrándome a Jungkook en la sala, solo lo ignoré y empecé a subir las escaleras
—¿Donde estabas? — preguntó haciendo que me detuviera.
—No tengo porque decirte — me giré a verlo con mi ceño fruncido.
—Si me tienes que decir. Soy tu esposo y me tienes que decir a donde vas — se acercó a mi.
—¿Acaso tú me dices a donde vas? — alcé una ceja.
—No cambies de tema — me sujeto del brazo.
—¡Suéltame! — grité.
—No hasta que me digas donde estabas
—¡Que te importa! — volví a gritar.
—¡Dime ahora!— gritó.
—¡No! — grité dándole una patada en su entre pierna haciendo que cayera al suelo retorciéndose del dolor.
Cuando me soltó corrí hacia mi cuarto y me encerré, después de varios minutos Jungkook llegó a la habitación y empezó a golpear la puerta.
—¡Abre ______! Esto no se va quedar así— gritó mientras golpeaba la puerta.
—¡Dejame en paz! — grité.
Después de eso dejo de golpear, me acerqué a la puerta para ver si aun seguía ahí, pero ya no estaba así que volví a cerrar y fui a ponerme mi pijama para ir a dormir
Estaba acostada y ya había pasado como 2 horas desde que Jungkook se fue, yo me estaba muriendo del hambre ya que cuando llegué no cené nada. Así que decidí bajar sin hacer ruido para que Jungkook no se enterara
Cuando llegué a la cocina fui hacia la refri y vi un pedazo de torta, lo tomé y cuando cerré la refri vi a Jungkook parado junto a mi. Por poco y me mata del susto
—¿Porque apareces de repente? — dije poniendo mi mano en mi pecho.
—¿Porque te estas comiendo mi torta? — se cruzó de brazos.
—Porque tengo hambre— hice una mueca.
—Eso es mio— dijo quitándome el plato de la mano.
—¡Dámela!— grité intentando quitársela pero este la tenía en el aire y yo era demasiado pequeña para alcanzarla.
—Alcanzala—río.
—¿Sabes que? Cómetela — lo miré y luego empecé a caminar hacia las escaleras —Ojalá y te haga daño — grité desde arriba.
—Lo que tú digas— respondió riendo.
Maldito por su culpa me estaba muriendo de hambre pero me las va pagar.
Me acomodé en mi cama y me quedé dormida

ESTÁS LEYENDO
𝘾𝙖𝙨𝙖𝙙𝙖 𝙘𝙤𝙣 𝙪𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙧𝙖ñ𝙤
Romance𝘕𝘰 𝘤𝘳𝘦𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘴𝘶𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥𝘦𝘴, 𝘴𝘪 𝘦𝘭 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘯𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘪𝘴𝘰 𝘶𝘯𝘪𝘳 𝘧𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰.