Capítulo III | Cuidando a papá

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Busco las pastillas que el doctor recetó, papi no se siente bien y me ha dejado faltar a la escuela.

Según lo que he estudiado sobre salud humana su rostro no debería ser tan pálido, ni su piel tan fría.

Le ofrezco un vaso con agua y sus medicinas. Subo a su cama para sentarme junto a él y pasamos todo el día hablando sobre mis nuevas lecturas.

[...]

Papá se ha dormido, bajo de la cama para buscar otra cobija para abrigarlo, al hacerlo me quedo a su lado.

—Mejorarás, lo sé.

Tomo los libros que me ha conseguido en la biblioteca y de los cuales me ha hablado un poco. Son de química general, parecen muy avanzados pero luego de leerlos dos veces durante toda la noche consigo entenderlos.

He descubierto algo: ¡me encanta la química!

Y según lo que dice en el prólogo del libro ella es la base del conocimiento médico.

¿Y... si yo pudiese ayudar a papá?

Igna Fritz | El sueño de una genioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora