Capítulo XV | Ya no aguanto

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Me siento sucia, ya no me puedo ver al espejo.

Madeleine me ha dado una paliza al llegar por tener la marca de la bofetada de Devón en mi rostro.

Me ha llamado puta, cuando ella ha conseguido el éxito en su carrera es por abrirle las piernas a sus jefes.

Probablemente sí me parezco a ella, pero no en lo físico sino en lo despreciables. Ella por dinero, yo por aspirar el cariño de alguien para quien valgo menos que nada.

Ya no aguanto más humillaciones de su parte ni de parte de nadie, no aguanto más golpes, más abusos, más gritos; no aguanto vivir... Me duele cada respirar.

Todos me detestan, yo misma me detesto.

Entro a la habitación con un cuchillo que tomé de la cocina, es hora de acabar con esto.

Igna Fritz | El sueño de una genioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora