Capítulo VIII | ¿Me quieres?

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La mujer conduce un auto que huele a nuevo, yo voy en la parte de adelante y aunque no me haya pedido que me ponga el cinturón, lo he hecho.

Es una mujer muy bonita, ¿será verdad que me parezco a ella como decía papá?

Papá... El pensarlo de nuevo hace que el vacío en mi pecho vuelva con mayor fuerza y empiece a llorar en silencio.

Entramos al estacionamiento de una linda casa, es grande, ¿será que ma... Ella tiene una familia?

La pregunta se desvanece cuando entramos y veo que la casa está vacía.

-Límpiate la cara -dice haciendo una mueca de asco.

Obedezco.

-L-lo siento -susurro.

La mujer me sirve un sándwich y yo lo agradezco, no he comido ni bebido nada.

Decido hacerle algunas preguntas; descubro que su nombre es Madeleine, es soltera y no tiene más hijos. A pesar de que me parece una buena información sobre mi madre, por mi mente sigue vagando una pregunta que me mantiene inquieta.

- ¿Tú... Me quieres?

El silencio reina por un par de minutos; un minuto cuarenta y ocho segundos para ser exacta. Quizá no debí preguntar, si ella me quisiera, ¿por qué se fue?

-Duérmete -Es su única respuesta.

Igna Fritz | El sueño de una genioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora