Bonhomía [Yoonmin]

《26》

Quince minutos han pasado y Min Yoongi aún no ha llegado. El rubio un poco impaciente comienza a caminar por la solitaria biblioteca de la escuela en busca del chico azulado.

- ¿Min Yoongi?

Nada. Comenzó a recorrer los pasillos pero no encontraba nada. Comienza a recordar las palabras del chico para saber si es que se había equivocado de lugar o de hora pero no, estaba en el lugar y la hora del que Yoongi le había comunicado.

Un suspiro deja escapar y decidido, Jimin ajusta su mochila y camina hacia la salida de la biblioteca.

Un ruido lo hizo detenerse. Lentamente voltea y comienza a caminar hacia donde el ruido provenía.

- ¿Yoongi Hyung?.

Pasos comenzaron a escucharse. El corazón de Jimin se aceleró, pero continuó caminando hacia aquel ruido que antes había escuchado.

Unas manos taparon su boca y lo llevaron detrás de uno de los estantes llenos de libros. Desesperado por zafarse del agarre, comienza a dar unos chillidos intentando pedir ayuda.

- Calla tonto o nos expulsaran a ambos.

La reconocible voz hizo que el rubio voltear a y observara a un sonriente Yoongi.

Los pasos se hacían más cerca y, de los espacios formados entre los libros observaron al guardia de la escuela registrar por última vez si es que quedaba alguien dentro de la biblioteca. Una vez confirmado, decide alejarse cerrando la puerta dejando a ambos chicos completamente solos nuevamente.

- ¡Casi me matas de un infarto Min Yoongi!

- Tranquilo, sólo era yo pequeño.

- Bien, te recuerdo que por reglamento de la escuela no podemos estar aquí a estas horas.

- Lo sé...

- ¿Qué es lo que querías?.

Con una sonrisa, el azulado comienza a hurgar en su mochila en busca del paquete reservado hasta dar con él.

- Esto es de parte de Seokjin.

- ¿Qué es?.

- Sólo ábrelo y ya.

Jimin retira el paquete de las manos de su compañero y comienza a sacar el papel logrando divisar la caja que estaba envuelta.

- Un móvil...

-Me dijo que no quería que siguieras incomunicado, y que lo cuidaras bien -el azulado se cruzó de brazos-, gastó parte de sus ahorros para poder comprartelo.

- Le dije que no se molestara.

- Lo hizo.

El rubio con una sonrisa en sus labios decide guardar su aparato nuevo en su mochila y nuevamente dirige la mirada hacia Yoongi.

- ¿Y para esto estamos rompiendo las reglas de la escuela escondidos en la biblioteca en una hora que no corresponde?.

- Claro.

- Pensé que era otra cosa -murmura-.

- ¿Qué esperabas?

Jimin, avergonzado, maldice en su interior por haber pensado en alto e intenta zafarse de la mirada intensa que Min Yoongi le dedicaba en aquél momento.

- Bueno es, lo que me susurraste en la hora de descanso...

- No recuerdo haberte dicho nada.

- ¡Claro que Si!, ¡No te hagas el inocente Min Yoongi!.