Bonhomía [Yoonmin]

《28》

Su dedo índice vacilaba frente al timbre. Se sentía nervioso, ¿De qué?, bueno, ahora mismo estaba parado frente a la puerta del chico que vió por primera vez en aquél local.

¿Quién pensaría que hoy en día hasta entablan una conversación?, ¡Hasta le ha ayudado con su problema!.

<Uno más metido>

Dió un largo suspiro y enterró su dedo índice en aquél timbre. Sólo unos segundos bastaron para que la puerta se abriera de golpe dejando a la vista a un chico con su cabello azulado un poco despeinado.

Yoongi observó con preocupación al chico que estaba frente a su puerta y sin dudarlo lo atrajo hacia él para recibirlo con un fuerte abrazo.

- Maldición Jimin, pensé que te había ocurrido algo -soltó su respiración en la nuca del rubio-. Me tenías preocupado.

- Lo siento, por preocuparte.

- Por favor, basta de lo siento. Siempre los estás dando.

- Lo sien-

Sus palabras fueron cortadas por la mirada de Yoongi. Ahora lo observó detenidamente más de cerca, había estado llorando.

- ¿Qué sucedió?

El rubio bajó su mirada, realmente recordar el momento que había pasado con su padre le devolvía el temor y la furia. Tan sólo recordar esas palabras...

- Vamos a mi habitación.

- ¿Está sólo?

- Si, mamá tiene turno de noche.

Jimin asintió y a paso lento comenzó a seguir a su amigo quién lo guiaba por las escaleras hasta su habitación. Ambos chicos se detuvieron frente a una puerta que tenía un cartel de "No Molestar".

Muy de Min Yoongi.

El chico azulado se dió media vuelta quedando en frente de su amigo, nervioso comienza a rascar su nuca mientras le dedicaba una sonrisa un tanto incomoda.

- No tuve mucho tiempo de ordenar, así que disculpa mi desorden.

Jimin simplemente asintió y se adentró en la habitación después de su amigo. Era tal cual imaginaba que era, claro, un poco más desordenada pero eso no cambiaba sus expectativas.

Ambos chicos se situaron en la cómoda cama que se hayaba en la habitación. Jimin pudo divisar que en la mesita de noche que se encontraba a un lado habían galletas y dos vasos con jugos. Sonrió ante la atenta acción del azulado.

- Allí hay jugo y galletas -Jimin nuevamente dirigió su mirada hacia el chico frente a él-, por si es que tienes un poco de hambre.

La sonrisa del rubio se hizo aún más pronunciada al lograr divisar un tono rojizo en las mejillas de su contrario. Yoongi lo miraba con un poco de desconcierto sin entender por qué la sonrisa de su amigo.

- ¿Por qué sonríes así? -decidió preguntar-.

- Gracias Yoongi Hyung.

- ¿Por qué me agradeces? -alzó una ceja-.

- A pesar de lo mala persona que he podido ser yo a veces con usted aún así está para ayudarme.

- Jamás has sido una mala persona conmigo Jimin.