Capítulo 18

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Luego de haber comido un poco más y Stiles haberle contado a Derek sobre lo que su padre le había contado esta mañana, el pelinegro le había pedido visitar su antigua casa, o al menos lo que quedaba de ella. 

Stiles condujo hacia la dirección indicada y ambos se bajaron del vehículo. A lo lejos se podía ver un terreno casi vacío, se podían ver varios escombros y una cinta amarilla para que nadie cruzara dichos límites, parecía como si estuviesen esperando que alguien de la familia Hale reclamase el terreno. Ambos se acercaron hasta tener la cinta casi pegada a sus caderas, Derek observaba con detenimiento mientras Stiles miraba hacia los lados, al frente y varias veces hacia Derek para asegurarse de que estuviese bien, o al menos que lo demostrara un poco; el castaño guardaba silencio, pues sabía que era algo delicado. 

Tras varios minutos Derek soltó un leve suspiro y se dio la vuelta. —¿Estás seguro que venir aquí fue una buena idea? —Preguntó el castaño al hacer una pequeña mueca. 

—No... pero aún así quería venir. —Derek llevó su mirada hasta el menor y luego se giró, agachándose para cruzar la cinta amarilla y adentrarse en el terreno. 

—¡Derek! No debemos cruzar esto. —Al ver como él continuaba avanzando imitó sus acciones y se apresuró para alcanzarlo. —Debemos salir. 

—¿Por qué? Esta solía ser mi casa. 

—Sí, pero... 

—Ustedes dos deben salir de aquí. —Dijo el oficial que estaba encargado de vigilar a Derek ese día. —¡Ahora! 

—Sí, oficial, enseguida nos vamos. 

—No me iré. Esta es la casa de mi familia... o lo que queda de ella. 

—Por favor, oficial, deje que nos quedemos, sólo será unos minutos. —Intervino Stiles con un tono de voz totalmente diferente al de Derek. 

—Está bien, sólo unos minutos. —Comentó antes de alejarse. 

—Lo odio. —Murmuró y luego escuchó como una pequeña risa provenía del menor. —Lo digo en serio. De todos los que he conocido a él lo odio más. 

—¿Eso quiere decir que los odias a todos? 

—Sí. Yo odio a todo el mundo. —Mencionó con un ligero tono de diversión y notó la impresión del contrario. —Por eso necesito un psiquiatra ¿No? 

—No es un psiquiatra... es un psicólogo. Son cosas diferentes. 

—Como digas. —Mencionó antes de adentrar aún más en el terreno. Ahora que estaban más cerca se podían ver trozos de madera quemados, no eran muchos, pero algunos si habían permanecido. Derek comenzó a girar sobre sus pies intentando recordar su casa lo más que podía. Sus ojos se cristalizaron y se quedó quieto, viendo hacia un punto en específico, se abrazó a si mismo y dejó caer sus párpados y con tal acción un par de lagrimas corrieron por sus mejillas, seguidas por unas cuantas más. 
Derek soltó sus brazos y volvió puños sus manos a la par que fruncía el entrecejo, la ira comenzaba a recorrer su cuerpo hasta que sintió algo en su hombro. 

—Oye... calma. 

Sin que Stiles lo viese venir Derek se giró y se abalanzó sobre él, rodeando el cuerpo del castaño con sus brazos y lo abrazó con fuerza mientras dejaba escapar más lágrimas. —Gracias... gracias por esta salida y por todo. Por ser bueno cuando yo fui un idiota. —Mencionó entre susurros y con un poco de dificultad, sin embargo no tartamudeó. 

Stiles sin saber que hacer solamente se quedó estático por varios segundos, pero al darse cuenta que el ojiverde no lo soltaba correspondió el abrazo. —No te preocupes, Der. 

Al escuchar aquel diminutivo Derek abrió sus ojos y se separó de Stiles para luego secar su rostro. —Ahora sí, vayámonos. 

*** 

Stiles finalmente estaba llegando a su casa y abrió la puerta para que tanto él como Derek pudiesen entrar. Atravesaron el living y en el camino del mismo escuchó una voz autoritaria. 

—¿Cómo les fue? —Preguntó el Sheriff cruzándose de brazos mientras veía a su hijo y a Derek. 

—¡Papá! A mi bien, muy bien en la escuela. Le dije a Derek que lo pasaría buscando. 

—¿Sí? ¿Y tú aceptaste, Derek? 

—¿Por qué no? Él quiso llevarme y luego buscarme... y es más agradable que el idiota del oficial. 

—Oh, ya cállense. ¿Por qué siempre tienen que hacer exactamente lo que les digo que no hagan? Rivers me llamó para avisar que ya estaban regresando a casa luego de la salida que yo autoricé. 

Stiles se tensó al escuchar eso. —Bueno... 

—Fue mi culpa. Yo le dije que quería hacer algo diferente y que estaba cansado de estar encerrado aquí todo el tiempo. —Una parte era mentira, pues nunca se lo había pedido, pero si estaba cansado de la monotonía... además, eso de seguro lo ayudaría con el tema del loquero. 

El sheriff entrecerró los ojos y turnó su mirada de Stiles a Derek varias veces. —Igual no es excusa para faltar a la escuela. Stiles, estás castigado y tú, Derek... —Lo señaló con el dedo mientras pensaba por unos segundos. —Tienes suerte de no ser mi hijo. 

—¡Eso es injusto! —Protestó Stiles enseguida. —¿Por qué a mi me castigas y a él no? 

—Porque no soy su hijo y no soy un niño.

—Cállate, Derek. —Stiles caminó atrás de su padre hasta la puerta. —No estás siendo equitativo. 

—Luego hablaremos de esto... ahora debo regresar al trabajo. 

Living with a stranger || SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora