Living with a stranger || Sterek

Capítulo 49

Habían pasado un par de horas cuando Stiles comenzaba a despertar de manera lenta, pero repentinamente reaccionó abriendo por completo sus ojos y moviendo su mano hasta su lado para cerciorarse de que Derek estuviese a su lado, pero una vez más la palma de su mano solamente pudo sentir la textura de las sábanas.
Se levantó quedando sentado en la cama y luego soltó un supiro de frustración.

—Lo hizo de nuevo. —Se golpeó un par de veces la frente con la parte baja de la palma de su mano, casi llegando a la muñeca y luego negó con la cabeza. —¿Que hiciste, Stiles? —Se preguntó a si mismo mientras apoyaba su rostro en ambas manos.

—Despertaste. —Tras aquellas palabras se pudo escuchar el ligero grito de Stiles mientras que Derek salía del baño.

—Derek... tú... me asustaste. —Mencionó mientras tenía una mano en el pecho. Observó a Derek caminar hacia la cama y sentarse sobre ella.

—¿Pensaste que me había ido como la última vez?

—No, no... bueno, tal vez. Lo siento.

—Descuida... —Negó mientras se levantaba de la cama. —Ven acá.

Stiles estaba a punto de levantarse cuando recordó que estaba desnudo, las sábanas lo cubrian de la cintura hacia abajo pero al levantarse ya no lo harían. Observó que Derek se encontraba en bóxers y buscó los suyos por el suelo de la habitación hasta que los divisó. —Date la vuelta.

—¿Qué? Stiles ya te he visto desnudo... dos veces.

—¿Y eso qué? Date la vuelta. —Movió su dedo indice en forma de espiral y luego de ver como Derek rodeaba los ojos lo vio darse la vuelta. Se levantó con rapidez y fue hasta donde estaba su bóxer para luego colocárselo. —Listo.

Derek se volvió a dar la vuelta mientras negaba. —Duermes mucho ¿Sabías eso?

—Oye, una persona que siempre se mantiene despierta en la noche sin motivo alguno aprovecha cada oportunidad para dormir como ninguna otra. —Respondió mientras se acercaba a él hasta quedar a escasos centímetros. —¿Algo que quieras decirme?

Derek se relamió los labios y luego soltó un ligero suspiro. —Stiles, desde que... maté a mi familia...

—No mataste a tu familia... —Lo corrigió.

—Desde ese acontecimiento sabes que perdí a todas las personas que me importaban y... obviamente no fue una sensación agradable. Pasé de tener una buena vida a estar solo en el mundo. Desde ese momento decidí que no iba a perder a ninguna otra persona importante en mi vida... porque no iba a dejar que nadie se volviese importante para mi. —Hizo una pausa mientras tomaba las manos de Stiles, misma que se le hizo eterna al castaño. —Hasta que llegaste tú. No sé como, porque desde el momento en que llegué no te soporté, con tu sarcasmo y tus aires de superioridad, creyéndote con el deber de juzgarme...

—Eso fue...

—Antes de saber quien era, lo sé. Pero cambiaste... me diste la oportunidad de ser tu amigo y... aunque sé que te decepcioné la primera vez me diste una segunda oportunidad. Y en todo este tiempo has logrado... ser indispensable para mi. Y me alegra saber que tú sientes lo mismo por mi.

Stiles sonrió, sintiendo como aquellas palabras tocaban su corazón. Soltó las manos de Derek y lo tomó del rostro para poder darle un corto beso. Aquello se sintió bien, de maravilla, poder besarlo de esa manera, sin pensar que se iba a alejar y sin suponer que era el "calor del momento".

—¿Entonces...

—Sí, Stiles. Eso significa que... tu y yo... nosotros... somos...

—¿Novios? —Finalizó en tono de duda al notar como a Derek le complicaba decirlo.

—Sí. Sólo... aún no le digas a tu padre. Al menos por ahora.

—Está bien, está bien. Lo prometo.

—Perfecto. Entonces... —Los brazos de Derek rodearon la cadera de Stiles. —¿Que te parece sí tu y yo tomamos una ducha?

—¿Juntos?

—Sí ¿Es eso un problema?

—No, no en absoluto.

—Entonces andando.

***

En la tarde del día siguiente Derek y Stiles se encontraban sentados en el sillón frente al televisor con un gran tazón lleno de palomitas sobre las piernas de Stiles mientras Derek hacía zapping en la t.v buscando alguna buena película.

—Creo que esta está bien. —Mencionó mientras dejaba el control a un lado.

—Oh no. No me gustan las películas de terror.

—¿Por qué? ¿Te dan miedo? No debes preocuparte, yo estoy aquí para protegerte.

Stiles frunció el ceño tras aquel comentario y se giró para ver al pelinegro. —No necesito tu protección.

—Oh ¿No quieres mi protección?

—Dije que no la necesito... pero sí, sí la quiero.

—¿Sí? ¿La quieres? —Preguntó mientras sonreía y se inclinaba hacia el castaño para poder darle un corto beso.

—Sin duda alguna la quiero. —Respondió mientras le devolvía el beso al ojiverde, pero ambos se exaltaron al escuchar el sonido de la puerta, por lo que se separaron rápidamente para posteriormente observar al sheriff entrar. —Hola, papá.

—Chicos.

—Hola, Sr. Stilinski. —Saludó con un ligero nerviosismo en su voz.

—¿Y eso que regresaste?

—Oh, solamente olvide mi reporte sobre... Derek. —Hizo una ligera pausa antes de perderse en las escaleras.

—¿Sobre mi?

—Tiene que hacer un reporte de tu comportamiento, para que sepan como has avanzado o cómo te has adaptado a vivir con nosotros.

—¿Cada cuanto tiempo?

—Cada una semana. —Respondió el Sheriff mientras regresaba al salón. —Y que bueno que hayan decidido quedarse aquí a ver películas. Derek, no puedes salir hoy... —Lo señaló con su dedo índice. —o el siguiente fin de semana.

—¿Qué? ¿Por qué? —Preguntó extrañado mientras se levantaba.

—Tienes restringidas las salidas hasta nuevo aviso. Hablé para que te dejaran quedarte con tu trabajo y para que puedas quedarte aquí, en casa.

—¿Pero por qué esos cambios repentinos? —Preguntó Stiles mientras se colocaba igualmente de pie.

—Porque en la comisaría encontraron hoyos en su historia.

—Eso es imposible. Porque... eso fue lo que pasó, no estamos mintiendo, papá.

—Lo sé, lo sé... yo les creo. Pero hay ciertas cosas como... ¿Por qué si Derek fue secuestrado no tiene signos de haber sido malogrado? Y otras cosas que son... confidenciales. —Sin decir más comenzó a caminar hasta la puerta para abrirla. —Nos vemos en la noche. —Y salió.

—Te dije que no era buena idea regresar. —Mencionó Derek sentándose nuevamente.

—Oye, no te preocupes. Quizás pasé ese detalle por alto, pero no habrán más hoyos... Lo importante es que estás aquí.

—Me alegra estar aquí.