17. MATRIMONIO DE SANGRE

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Las dos criaturas se miraban fijamente mientras sus manos izquierdas eran entrelazadas por un lazo rojo.

—Kagura —llamó el sacerdote demonio junto a ella —extiende tu mano derecha.

La mujer obedeció. No le fue extraño descubrir la daga y mucho menos el corte vertical que se le propicio en la palma. No obstante lo que si llamo su atención fue que su propia sangre fuera vertida en una de las copas de oro y más aún se sorprendió cuando Sesshomaru bebió de ella como si nada.

—Han quedado unidos a perpetuidad —anuncio el sacerdote encapuchado —que su separación nazca de la traición a nuestras leyes.

Sesshomaru relamió sus labios y Kagura espero a que hicieran lo mismo con él. Algo que no llego. El lazo rojo fue retirado por los otros sacerdotes y ambos entrelazaron sus manos en señal de unión. Y quizás descubierta por su extrañeza su ahora esposo se acercó hasta sentir su aliento chocar contra su oreja.

—¿Sucede algo? —pregunto

—¿No beberé yo de tu sangre?

La risa ahogada le dio su repuesta antes de que él pudiera pronunciarla.

—Supongo que tu familia no te ha explicado.

—¿Exactamente qué, tenían que explicarme?

—Un InuKami jamás daría su sangre a alguien que no es su igual —interrumpió una voz diferente. Era la madre de Sesshomaru que agitaba su abanico contra su rostro. Se había acercado a la pareja con intenciones de desfilar como era la costumbre.

—Yo soy un demonio puro —azuzo Kagura ofendida.

—Pero no de la misma raza que nosotros —repuso ágilmente sin dejar de mirar al frente —el que le dieras tu sangre a mi hijo es aceptable e incluso tolerable pero el que tú bebas la suya queda fuera del trato con tu familia.

—¿Por qué?

La mujer se detuvo por enfrente haciendo una escueta reverencia.

—Un matrimonio de sangre no fue lo acordado. No estás a nuestra altura, niña.

Sesshomaru respondió al gesto sin reproducir en su rostro ningún tipo de molestia y a Kagura no le quedo de otra más que reaccionar de la misma forma, de mala gana le siguió.

—¿Matrimonio de sangre? —repitió incrédula al seguir la marcha por el largo pasillo.

No obstante su indagación quedo fuera de sus pensamientos al llegar a la celebración. Descubría más tarde lo que aquella frase significaba.

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Regresar al departamento no era opción, tampoco lo era el seguir conduciendo. Ya se había pasado tres altos consecutivos y el exceso de velocidad le estaba cobrando infinidad de groserías por parte de los transeúntes afectados. Tenía que salir de las calles y a la vez necesitaba estar ahí para no imaginarse lo que ese sujeto estaría haciéndole a Kagome en esos instantes. Sin embargo era prácticamente imposible no pensarlo. Ese tipo era el verdadero dueño del: corazón, cuerpo y alma de la chica que él más amaba en ese mundo ¡Y él se la había brindado en bandeja de plata! Apretó la mandíbula de solo recordar el estado tan deplorable de Kagome y de lo que habría sucedido si ese hijo fuese suyo <<pero no lo es>> murmuro lo voz interna de su cabeza. Encolerizado y sin tener ya la facultad de seguir conduciendo la motocicleta se detuvo en el primer bar que encontró a su paso. Le valió un sorbete llamar la atención de los moteros que estaban afuera fumando y que lo miraban como si se tratara de un jodido extraterrestre.

TRANSACCIÓN (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora