Las pupilas se han congelado
como fríos perfumes han bañado
el alma mía, clavando un puñal
de rosas negras y cenizas...
Veme ahí, sentada sin mi alma
siento tu aura, bailotea abatida
por lágrimas silenciosas gritando
el alma mía, su regreso...
¡Lo maté! no desee matarlo;
su sangre ha compuesto estos versos
¡te amé como demente! eh aquí una prueba,
mi tinta evaporará el rastro de nuestro amor...