Como la flor que se desprende de su jardín, camine, corrí para hacerle compañía al viento; quizá alguna sombra que pasaba, me guardaría en su más infinita memoria...
Así fue, como una flor llena de miles de colores, agarró fuerte sus pétalos para que el propio viento no se las arrancara...
La sombra tomó vida, de la que aún no conozco, me hizo sentir su corazón, y los latidos de su alma, me enseñó por un instante la vida.. Como flor traviesa desee escribir en cada pétalo mío sus caricias, sus besos, el momento.
Momento que hoy se pierde porque una sombra no puede vivir al regazo de una flor marchita. No merece ni la flor marchita vivir a la penumbra de la sombra...