Cita LXXXII

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Gritos de dolor se empeñan a tocar

por la puerta de mi antiguo camino

ese dolor tan veloz como su mirada

penetrante y astuta para consagrar este episodio...

Una vez más, gritan, no hacen silencio,

¡Silencio! me estoy volviendo loca

las letras corren y no alcanzo la tempestad

y la ruina de mis versos los puede sentir, perdí el aliento...

Suave como el naciente viento de sus ojos

salió para esconderse en mi pecho ausente;

notas dementes se visten de negro

retorcidas  como mi memoria tocan el pincel

que vida a formado en sus esquinas

agudas y sonoras como el hilo que pierdo,

ahí va, regándose por el suelo, ¡corre! 

te pido, como la venida de una tinta

en el cielo que hoy pinta tonos naranjas

como tres noches que dibujan su mirada

¡piérdete  entre el matorral y el papel!

de la tinta roja y recién exprimida 

de sus pupilas de mar, ahí el encuentro

del cielo y su mirar, el néctar, el matiz

fuego del alma que danza en desesperación...





Mi alma siente la mirada de tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora