Cita LXXV

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Mis manos buscan rima a tu entonación

o el cuadro eterno de tus besos a la antigua

que me muero, ahí fenecí a la esquina

por un beso tuyo, solo tuyo. El cenicero viejo

me habló y le cuento mis amores

ya que sol el entiende mi locura. 

Creando mi primeros versos sin vida

colgando el hilo de la rima

le hablo a un cenicero viejo, una niña

se manchó el alma tocando el humo vivo

donde el piano observa tal locura.

Niña, pronto olvidará miradas y hasta el sabor;

pobre, tocando la silueta de un vino imaginario

o una botella vacía que ya acostada esconde 

su mirada, sus cristales en la mano han caído

y fondo, han roto, el alma de niña

el humo del recuerdo y el sabor amargo del vino...

Busco capullo, voz de curvas extrañas

que anhelo tocar, acariciar en lo alto

como un suave viento tejido a mis pies

caminando hacia ti borracha, camino perdida.
















Mi alma siente la mirada de tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora