Decidí calmar la sed
De mi lápiz
De mis labios
Que preguntan por ti.
Y el silencio me arrulla
Entre los hilos del viento
Suaves y tenebrosos recuerdos
Que deseo borrar de mi alma.
¿Pueden existir versos verdaderos?
¡No! ¡No! ¡No!
Mi tinta me habló
De heridas, del llanto.
Decidí calmar mi sed
Pero... necesito tu tinta,
De la verdadera... y cuando
Decidí, mi alma murió.
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Mi alma siente la mirada de tus manos
Roman pour AdolescentsParte II de ''Cita con el Alma''