Si la vida me diera el último hecho de mirarte a los ojos, acariciar el alma tuya con mis besos silenciosos, lo haría en la muerte mía si fuera necesario. Iría fuerte acariciando tu pecho de amante, dejando un beso en los ojos tuyos, y pediría una respuesta a la vida de por qué te tengo lejos...
Y hoy estando muerta, mi alma anda suelta y nadie se percata, del dolor creado por una muerte ausente, silenciosa que no me deja despedirme de ti...
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Mi alma siente la mirada de tus manos
Ficção AdolescenteParte II de ''Cita con el Alma''