[ d é c i m o t e r c e r c a p í t u l o ]

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Pasó el miércoles, pasó el jueves y por fin el viernes, el fin de la primera semana escolar y habían pasado muchísimas cosas. La relación de Ámbar y Benicio ya era pública, cosa que no ponía muy contento a Simón pero el susodicho decidió olvidarlos y enfocarse en la escuela

—¡Buenos días! ¡Yo soy German Floyd! ¡Su profesor de combate!— se presentó el hombre alto y musculoso con una barba negra que decoraba casi toda su cara

—¿Por qué grita?— preguntó Luna con una mueca

—Tú te preguntas eso mientras yo me pregunto si usa shampoo en su barba— le susurró Emilia y la castaña la miró raro

—¿Sí, señorita?— preguntó el profesor señalando a Ámbar que había alzado la mano

—Tengo una duda, ¿para qué quería yo aprender a pelear y para eso están los kanay?— Emilia rodó los ojos

—Buena pregunta, así usted tenga un kanay de su lado si quiere hacer las cosas bien, mejor hacerlo con sus manos— Ámbar frunció el ceño —Bien, pónganse en parejas de su mismo sexo, lo primero que aprenderemos será el bloqueo

—¡Yo voy con Emilia!— Jim rápidamente abrazó a la rubia mirando a Luna

—Ella es mi hermana— reclamó molesta

—No, no lo soy— Luna bufó y se fue a buscar otra pareja —Y tú suéltame, odio los abrazos— se apartó rápidamente de la pelirroja

—Hey tú, teñida— la llamó una chica rubia

—No soy teñida— aclaró Luna mirándola de pies a cabeza ofendida

—¿Entonces por qué volteaste?— preguntó divertida y Luna entrecerró los ojos

—¿Qué quieres?

—Tenemos algo en común, yo estoy sola y tú estás sola, pongámonos juntas— la demonio miró a su alrededor y efectivamente no había otra chica disponible

—De acuerdo- caminó a zancadas hacia ella —Soy Luna BlackMerMoon

—Lo sé, todos hablan de ti— se encogió de hombros

—¿Cosas malas?— la chica asintió —Perfecto

—Yo soy Yam Aberdeen, kanay— extendió su mano y Luna la estrechó

—Eres la primera chica kanay que veo por aquí

—Soy la única chica kanay por aquí, digamos que es un poco raro encontrar chicas kanay— bajó la mirada forzando una sonrisa

—Adivino, los ángeles y las hadas te excluyen por eso— Yam asintió

—Y las semidiosas, y las elfinas, y las sirenas— Luna la miró con un poco de pena

—¿Por qué no te sientas conmigo y con mis amigos en el desayuno?— la kanay la miró sorprendida

—¿Enserio?— Luna asintió con una sonrisa

—Chicas, dí la indicación hace cinco minutos pero parece que su charla es más entretenida— intervino el profesor

—Lo sentimos— respondieron al unísono y rieron

[ e n   e l.  d e s a y u n o ]

—¿Todo está listo?— le preguntó Ámbar a Matteo y él asintió mientras comía

—Todo está perfecto, no tienes de qué preocuparte— le guiñó el ojo

—Que bueno— le sonrió a su hermano y a sus amigas —A propósito, ¿han visto a Benicio?— preguntó frunciendo el ceño y todos negaron —Que raro— murmuró para sí misma

ʟɪᴛᴛʟᴇ ʜᴏʀɴs《ʙᴇᴍɪʟɪᴀ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora